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Economía

Técnicos de Hacienda piden que la inspección se centre en grandes empresas

María Jesús Montero

Los Técnicos de Hacienda (Gestha) han pedido a la Agencia Tributaria que cuando diseñe el programa de inspección que se desarrollará a partir de septiembre se centre en la vigilancia a las grandes compañías, las que más eluden al fisco, y reduzca el seguimiento a las pymes por la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran tras el coronavirus

"Hemos pedido a la AEAT que en esta post-crisis se desplace la investigación a las grandes empresas y grandes fortunas, que han podido estar mejor en los últimos años y estar defraudando. Pedimos un cambio de orientación de la inspección que está siendo considerado por el Gobierno", explica a Vozpópuli el secretario general de Gestha, José María Mollinedo

Después del verano, hacia mediados o finales de septiembre, cuando se hayan concluido los programas de investigación que están en marcha, los técnicos recibirán notificaciones sobre cuál es el perfil medio de contribuyente que se va a investigar después de esta crisis, que en su opinión deberían ser las grandes empresas. 

"Es importante cambiar la óptica. Ese cambio de paradigma es muy necesario ahora, porque sino a poco que liquides una deuda de 20.000 o 30.000 euros ahora a una pyme, se puede quedar en muy mala situación después de la crisis de la covid. Sin embargo, una compañía grande puede tener riñón y que, como ha ocurrido en algunos casos, un fraude de 200 millones de euros sólo suponga un 15% de su base declarada, una cuantía pequeña para sus cuantías milmillonarias", señala. 

Cómo evitar el fraude de pymes y autónomos

Dado que los Técnicos de Hacienda proponen reducir la vigilancia a pymes y autónomos, sugieren potenciar el envío masivo de cartas de advertencia, como se hizo el año pasado, en las que advierten a cada empresa de cuánto declara de media el resto de empresas de su sector en esa zona geográfica, de forma que si se encuentran por debajo de ese umbral sean conscientes de que pueden ser objeto de inspección por posible fraude.

"Es una estrategia que disuade de defraudar, el asesor de esa empresa sabe que o bien esa empresa tiene menos suerte que la media del sector o es que puede estar defraudando. En ese caso puede presentar una declaración complementaria. Si esto se generaliza para empresas y también para autónomos, irán declarando, sin dormirse en los laureles pensando que no se les va a tocar, y se fomentará esa prevención del fraude", señala.

Mollinedo reconoce que reorientar la política de inspección supondrá más trabajo para los técnicos, ya que las grandes empresas pueden tener "una estructura defraudatoria más importante o sofisticada". 

"En una pyme a lo mejor en un mes de trabajo has podido comprobar las deudas, es verdad que en una gran empresa no es tan fácil y hace falta un equipo de inspectores y técnicos para investigar durante varios meses", señala. 

Aumento de la economía sumergida

El experto reconoce que para los próximos meses se prevé un incremento de la economía sumergida en términos relativos sobre el PIB, como suele ocurrir en época de crisis económica

Sin embargo, no considera que medidas como la renta mínima vayan a contribuir significativamente a incrementar la economía informal, porque están diseñadas para evitarlo y, sobre todo, porque son las grandes compañías las que más defraudan al fisco, insiste.

"De las medidas recientes la más controvertida es el Ingreso Mínimo Vital (IMV), pero precisamente por cómo está configurado lo que trata es de sacar de la pobreza extrema y de los canales de la economía sumergida a las personas que estaban sometidos a ellos", comenta.

Impacto de la renta mínima

Hace alusión a requisitos como la obligación de presentar la declaración de la renta, de estar inscrito en las oficinas del SEPE y tener disponibilidad para aceptar cualquier trabajo o hacer cursos de formación. 

"Aunque sea un mito urbano, los receptores del IMV pueden creer que el que presenta la declaración está fichado por Hacienda, eso ya hace que las personas que se vean obligadas a presentar la renta son más temerosas. Los potenciales receptores tienen poca información y poca formación, puedan creerse ese mito de que Hacienda sólo controla a los que presentan la declaración de la renta y no a cualquier que tenga rentas o mantenga propiedades, o compre vehículos, o tenga saldo en cuentas bancarias, aunque no presente la declaración...". 

Además, dado que tendrán que hacer cursos de formación, tendrán menos tiempo para dedicarse a la economía sumergida. "Las personas que estén en esos cursos van a estar en peor disposición para poder ser recogidos en las glorietas de las ciudades para ir a trabajar en el campo, o para estar en determinados hipermercados para hacer mudanzas o transportes de grandes materiales a los clientes a sus domicilios, o a aquellos que hacen chapuzas domiciliarias o son contratados para reforzar la hostelería... van a tener menos disponibilidad de tiempo".

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