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Economía

Un gurú de Wall Street da por hecho el freno de la globalización tras el coronavirus

Wien (izquierda) junto a Joe Zidle, jefe de inversiones de Blackstone

Byron Wien (87), el ya mítico gurú del por muchos considerado mayor fondo de capital riesgo del mundo, Blackstone, y una de las voces sino la más escuchada en tiempos de incertidumbre en Wall Street, da por hecho que la crisis generada por el coronavirus tendrá un efecto represivo sobre la globalización más allá de la pandemia.

"Durante mucho tiempo he creído que el crecimiento más que satisfactorio que hemos experimentado en todo el mundo en la última década es el resultado de la globalización y la política monetaria. La fabricación se ha subcontratado a los productores de menor costo donde sea que se encuentren, y las empresas han confiado en que las fuentes de transporte podrían llevar las piezas de componentes a varios lugares para ensamblarlas en productos terminados. Esto cambiará dramáticamente", afirma el vicepresidente de Blackstone Advisory Partners en su primer análisis para inversores tras el estallido de la pandemia.

"Las empresas querrán el control interno de la fabricación, y la globalización disminuirá. Esto tiene que resultar en mayores costos de producción, pero dudo que el efecto inflacionario sea significativo. Hay demasiadas fuerzas desinflacionarias sucediendo al mismo tiempo, entre ellas el precio del petróleo, el producto más importante en el comercio mundial, está en los 20 dólares", añade.

Jefe de inversiones estratégicas de Morgan Stanley durante 21 años y coautor de Soros vs Soros: Mantenerse por delante de la curva junto al magnate e inversor húngaroestadounidense, Wien pronostica que la pandemia hará que las empresas de la principal economía del mundo, EEUU, quieran "llevar a casa la producción de medicamentos (frente al coronavirus) y miles de otros componentes y productos terminados, en particular productos tecnológicos".

Esta semana, de hecho, el presidente Donald Trump convocó a los líderes empresariales americanos para trabajar en "la Gran Industria de la Reactivación Económica de Estados Unidos".

"Algunos creen que cuando termine la crisis, todo volverá rápidamente a como era la vida en enero, pero creo que habrá algunos efectos persistentes. Estaremos preocupados por una segunda ola y seremos más conservadores en nuestros movimientos", añade paralelamente Wien, que considera que la cura al coronavirus no estará lista hasta dentro de un año.

Nacionalismos y autoritarismos

"Debido a que el coronavirus es un fenómeno global, uno debe preguntarse qué impacto tendrá en la geopolítica. La esperanza sería que hubiera más cooperación internacional. Sin embargo, eso no está claro. Henry Kissinger (exsecretario de Estado americano) argumenta en un artículo de opinión del Wall Street Journal que los países deben cooperar en tiempos de crisis, pero me preocupa que se vuelvan más insulares. Ya tenemos ejemplos de gobiernos autoritarios que gobiernan por edicto (decretos). El mundo es un lugar interdependiente y el libre flujo de ideas y comercio beneficia a todos. Si nos alejamos de eso, es probable que el crecimiento sea más lento y que la armonía política se vea afectada", advierte Byron, incidiendo además en un cambio radical en la agenda mediática.

Los asuntos de salud y económicos dominarán las iniciativas del sector público y privado durante varios años"

"Es probable que el desempleo alcance los niveles más altos registrados. Muchos estadounidenses, después de haber perdido sus trabajos, están luchando y esperando asistencia que puede no llegar debido a la inelegibilidad de algunos trabajadores. Creo que algunos de los principales problemas a largo plazo como el cambio climático, la desigualdad y la inmigración pueden no abordarse por un tiempo. Los medios de comunicación están totalmente centrados en cuestiones médicas y económicas", apunta.

"Estamos encerrados porque estamos esperando que la situación mejore, pero nos faltan las pruebas o las instalaciones médicas para acelerar ese proceso. Hasta que pasemos por este período difícil, es poco probable que estos problemas a más largo plazo reciban una atención seria. Algunos creen que las cuestiones ambientales, sociales y de gobernanza se centrarán más a nivel político y entre los inversores, pero creo que los asuntos de salud y económicos dominarán las iniciativas del sector público y privado durante varios años".

En materia de salud, el gurú apuesta por una política más laxa de los gobiernos frente a las farmacéuticas e incluso proyecta que se genere el caldo de cultivo para que se avance como nunca antes en la manipulación genética. "La genómica y la edición de genes pueden convertirse en una herramienta importante para hacer frente a las pandemias en el futuro. A medida que aprendemos más sobre las diversas enfermedades que nos amenazan, podemos alterar nuestra susceptibilidad a la enfermedad a través de la terapia génica. Hay problemas éticos involucrados en el proceso, pero encontraremos una manera de abordarlos".

Las empresas también están aprendiendo que el contacto cara a cara, aunque deseable, no siempre es necesario

Sobre cambios en la vida, Byron añade un impacto en la educación, sobre todo privada, y en las interacciones, si bien deja claro que el teletrabajo no lo reemplazará todo.

"También he pensado que el aprendizaje remoto a través del uso de Internet se infrautilizó como una forma de educar a más personas a un costo menor. El costo de la educación universitaria privada ha aumentado veinte veces en el último medio siglo y eso no tiene sentido para mí. Valoro la interacción con profesores y estudiantes en una universidad residencial, pero alguna combinación de aprendizaje remoto y en el sitio puede ampliar la disponibilidad de una educación de calidad y reducir su costo", señala.

"Con los estudiantes de todos los niveles yendo a la escuela de forma remota después de las vacaciones de primavera, tendremos la oportunidad de resolver algunos de los problemas con el enfoque remoto, para que sea más efectivo cuando sea una opción y ya no sea obligatorio. Las empresas también están aprendiendo que el contacto cara a cara, aunque deseable, no siempre es necesario. Esto debería resultar en más reuniones virtuales y menos viajes, lo cual es costoso y requiere mucho tiempo. Obviamente, esto tendrá implicaciones para las aerolíneas y los hoteles. Sin embargo, no existe un sustituto real para una reunión física con un cliente en una situación de marketing", concluye.

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