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El exbaloncestista Ferrán Martínez deja Mirabaud, donde llegó como jefe de banca privada para deportistas

El ex baloncestista Ferrán Martínez.

Ferrán Martínez, histórico pivot del baloncesto español (Joventut, FC Barceona, entre otros), ha dejado la firma suiza independiente Mirabaud, a la que llegó a principios de 2012 para liderar la división de Sport, Art & Culture, dedicada a altos patrimonios con procedencia de esas áreas. Así lo confirman desde la propia entidad, aunque no facilitan ninguna información más. Según las fuentes de mercado consultadas, el ex baloncestista se marchó a finales del pasado mes. Martínez llegó a Mirabaud procedente de Banco Sabadell, donde también ocupaba funciones parecidas, liderando la división BS Sports & Entertainment de su banca privada. Asimismo, había colaborado con UBS antes.

Martínez, además de ser uno de los pocos jugadores que pueden presumir de haberlo ganado todo a nivel clubes, posee estudios de informática, análisis bursátil y un MBA en gestión de empresa deportiva. Es habitual verle impartiendo conferencias, escribiendo artículos y relacionado con el mundo académico y empresarial. Explicándolo con simpleza, es de los escasos deportistas 'con estudios' que han tenido trayectoria reconocible después de su carrera en la élite.

La gestión de las fortunas de los deportistas es un nicho en el que están interesadas todas las entidades de banca privada, ya que es un segmento que realmente necesita asesoría. Son recientes casos como el escándalo patrimonial de Arancha Sánchez Vicario o la separación societaria de Iker Casillas con sus padres, que hasta entonces figuraban como administradores de sus sociedades personales.

Bancos como Fibanc (ahora, en manos de Mediolanum) pueden presumir de haber nacido poco menos que en el palco del Nou Camp y en su día, Caja Madrid captó un montón de dinero de jugadores del Real Madrid.

Un desastre en el pasado

Remontándonos al pasado, han sido muchos los deportistas célebres que han acabado sus días poco menos que en la pobreza, por la incapacidad de administrar un patrimonio que llega rápido, pero se esfuma con la misma fugacidad, por la falta de cultura financiera de sus dueños y el elevado número de personas que quieren beneficiarse, lícita o ilícitamente, del mismo.

Cualquier aficionado al deporte tendrá que pensar poco para dar con algún nombre de deportista exitoso pero con indudables carencias de formación que, además, está rodeado de un séquito familiar o de asesores poco recomendable, al menos a primera vista. En el fútbol de Primera División habría decenas de nombres con sólo efectuar un sondeo entre hinchas.

El modelo no acaba de funcionar

Las bancas privadas han buscado como enganche en muchas ocasiones un deportista ilustre con cierta formación económica o empresarial para atraer patrimonios de estrellas, intentando, además, ayudarles a preservarlo.

En este sentido, se ha podido escuchar el nombre de Manuel Sanchís (Real Madrid) asociado a distintos bancos, mientras otros del País Vasco, como Luis Arconada (Real Sociedad) o Genar Andrinúa (Athletic de Bilbao), también están vinculados con el mundo de las finanzas, con especial mención a este último, que preside un fondo de pensiones y maneja patrimonios de jugadores del Athletic.

Otra historia interesante es la del exjugador del Tottemham y Celtic de Glasgow, además de internacional por Suiza, Ramón Vega, que registró el pasado año su propio hedge fund en la CNMV y, además de tener su propio campus en Marbella, veía con buenos ojos el establecimiento de un puente de banca privada Premier-Liga, para manejar el patrimonio de los futbolistas.

Vega es licenciado en económicas y compaginó sus prácticas en Credit Suisse con sus primeros pasos profesionales en el fútbol. El experto ponía de manifiesto un hecho insólito, como es el de que haya tanto español en la liga británica, lo que provocaba que pudiera tener sentido ese eje bancario Londres-Madrid.

Sin embargo, no está claro que los deportistas de élite sean un buen reclamo comercial. Martínez duró poco tiempo en Sabadell, donde, pese al éxito mediático, la captación de clientes dejó que desear. Ahora, la salida de Mirabaud, una entidad agresiva tanto en las contrataciones como en lo contrario, apunta a algo parecido. 

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