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Economía

¿Por qué Ferrovial traslada su negocio internacional a causa del brexit a Holanda y no a España?

Rafael del Pino, presidente de Ferrovial (dcha.), e Íñigo Meirás, consejero delegado

Ferrovial se encuentra en la última fase del traslado de su negocio internacional, actualmente radicado en Reino Unido, a Holanda con el fin de mantenerlo en territorio de la Unión Europea y, de este modo, evitar efectos negativos del brexit. En este proceso, que se inició a mediados del pasado año, el grupo de construcción y concesiones está procediendo actualmente a la conversión de sus filiales internacionales en sociedades anónimas europeas, antes de registrarlas en Amsterdam. La elección de esta sede no es casual. Son varias las circunstancias, especialmente de índole fiscal, que han llevado a Ferrovial a decantarse por el país centroeuropeo en detrimento, sin ir más lejos, de repatriar las sociedades a España.

Hace unos tres años, la compañía decidió acometer una reordenación de su negocio internacional, que supone ya más del 75% de su facturación anual y en el que mercados como Reino Unido y Norteamérica cuentan con un peso muy destacado.  Por entonces, Ferrovial optó por registrar sus filiales referidas a activos que estaban fuera de España en territorio británico. Por entonces, pesaron circunstancias como la gran importancia de Reino Unido en la cartera de negocios y el hecho de que Ferrovial contaba con numerosas sociedades ya radicadas en el país, especialmente a raíz de la adquisición de Amey, a comienzos del presente siglo.

Precisamente, fue Oxford, ciudad en la que está radicada la sede social de Amey, el lugar elegido para dar cobijo a las filiales internacionales de Ferrovial. Para realizar la operación, Ferrovial creó una serie de filiales en las que agrupó los diferentes activos en función del área a la que pertenecían.

La sorprendente decisión de abandonar la Unión Europea por parte de Reino Unido hizo  que Ferrovial tuviera que modificar la sede de estas empresas, especialmente a medida que avanzaban las negociaciones entre ambas partes y comenzaron a atisbarse las dificultades que podrían tener las compañías que se quedaran en territorio británico.

Precisamente, en esto se basa la explicación oficial de la compañía acerca del traslado de la sede de las compañías que integran sus negocios internacionales: "que se mantengan al amparo del derecho comunitario".

El atractivo fiscal

A partir de ahí, ¿por qué en Holanda? A comienzos de siglo, la Comisión Europea aprobó la regulación en torno a las sociedades anónimas europeas, un estatuto que permite a las compañías cambiar su sede mientras ésta permanezca en territorio de la UE, algo que Reino Unido va a dejar de ser en breve. Para ello, se exigen una serie de requisitos entre los que se encuentra tener filiales radicadas en, al menos, dos países miembros. Al margen del Reino Unido (y, obviamente, de España), Ferrovial cuenta, desde hace tiempo, con sociedades en Holanda, a través de las que realiza emisiones de deuda corporativa.

El cambio de sede no afecta a la fiscalidad intrínseca de los activos que figuran en la cartera internacional de Ferrovial, ya que cada uno de ellos tributa por su actividad en el territorio en el que se encuentra situado, con independencia de dónde se encuentre la sociedad de la que depende.

La legislación comunitaria permite que las filiales establecidas en territorio de la Unión Europea siga pagando el impuesto de sociedades en España, tal y como estaba haciendo hasta la fecha Ferrovial y como lo seguirá haciendo cuando sus filiales obtengan el estatuto de sociedad anónima europea. Desde este punto de vista, el cambio no afecta a los ingresos fiscales en España.

España, sin opciones

Sin embargo, Holanda es uno de los países miembros que ofrece una fiscalidad más atractiva para las empresas que sitúan la sede en su territorio, con tasas notablemente más reducidas que en la mayoría de los otros socios comunitarios, en especial en lo que se refiere al cobro de los dividendos procedentes de filiales. Este punto es bien conocido por la empresa, por su dilatada presencia en el país, e incluso por sus principales accionistas, la familia Del Pino, algunas de cuyas sociedades instrumentales a través de las cuales controlan su participación en la empresa también tienen su sede en Holanda.

Ferrovial considera que desde el punto de vista operativo, de visibilidad para el mercado y para facilitar posibles sinergias, el escenario más adecuado es mantener el holding que agrupa los activos internacionales fuera de España. Ante el hecho, cada vez más evidente, de que la legislación británica va a a pasar a ser un tanto hostil para los que siguen, por el momento, siendo sus socios comunitarios, el destino que mejor se adaptaba a su esquema es Holanda, que comparte ciertas similitudes con el esquema de Reino Unido, que cambiará tras el brexit.

Para el Fisco español, el escenario no cambiará. Es cierto que iría a mejor si se hubiera optado por la repatriación, como han hecho otras compañías con intereses en Reino Unido. Pero esta opción no estuvo encima de la mesa cuando se realizó la primera reordenación ni lo ha estado a la hora de la mudanza.

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