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Economía

EE. UU. amenaza a las empresas españolas con pagar el doble de aranceles como represalia a la tasa Google

Donald Trump.

El Comité de Finanzas del Senado de los Estados Unidos ha instado al Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Tesoro Steven Mnuchin a que se intensifiquen los esfuerzos para que Francia dé marcha atrás en el Impuesto Sobre Determinados Servicios Digitales (ISDSD), también llamada tasa Google.

El impuesto pretende grabar la facturación de empresas de corte digital como Google, Amazon, Facebook o Apple

"El presidente puede duplicar los impuestos sobre empresas y personas de países que aprueben impuestos discriminatorios o extraterritoriales a organizaciones y entidades estadounidenses", han reclamado en una carta el senador Chuck Grassley, y el miembro de mayor rango del organismo, Ron Wyden.

La carta considera que "el impuesto a los servicios digitales se dirigirá injustamente a ciertas empresas multinacionales con sede en los Estados Unidos, se aplicará de forma retroactiva a principios de este año y potencialmente generará una doble imposición".

La misiva, además, expresa alarma por la posibilidad de que Francia acabe por aprobar la tasa Google en los próximos días, motivo por el que apremia al Ejecutivo norteamericano a actuar.

A pesar de que el sentir general es el de castigar a Francia y a los países que apuesten por un impuesto de estas características, otros funcionarios públicos norteamericanos alertan de que tomar una decisión como doblar los impuestos podría provocar represalias en el seno de la UE contra Estados Unidos.

España, el impuesto más duro

En España Pedro Sánchez planea aprobarlo tan pronto como se forme Gobierno, en la que se prevé como el ISDSD más duro dentro de la UE.

El Impuesto a Determinados Servicios Digitales pretende gravar la facturación de empresas de Internet con una facturación local (en España) de más de tres millones de euros o con unos ingresos globales de 750 millones de euros.

Bruselas planteó las mismas condiciones pero en el ámbito local sólo estarían obligadas a tributar aquellas empresas con más de 50 millones de ingresos a escala local.

La falta de consenso en la Unión Europea ha acabado por aparcar la instauración de la tasa Google, mientras la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) debate un impuesto de este tipo pero consensuado internacionalmente, algo por lo que aboga Estados Unidos.

España seguirá adelante con sus planes de aprobarlo, si bien desde el Ejecutivo aseguran que, de aprobarse una tasa Google consensuada por la OCDE, adaptarán el impuesto a lo que decida este organismo.

El G20 tendrá también en el orden del día el ISDSD en la cumbre que este fin de semana tendrá lugar en Japón.

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