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La plantilla de Bankia peleará por subir a 30 días por año el ERE

La plantilla de Bankia comenzará a negociar las condiciones del ERE, después de que la cúpula de la compañía planteara las suyas el pasado día 11. La propuesta de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri contempla un escenario de 22 días por año trabajado, lo que motivó una inmediata reacción airada por parte de los representantes de la plantilla. Los afectados querrán elevar esa cifra al menos hasta 30 días por ejercicio, según fuentes cercanas a los trabajadores. Una cifra que genera controversia, ya que está por encima de lo que establece la ley por estos casos. Pero, por otro, late el drama de los históricos empleados de las cajas (sobre todo de Caja Madrid), que han gozado de excepcionales condiciones y habían organizado su vida en torno a esa realidad laboral.

A partir de ahora, se abre el periodo abierto de negociaciones. Las fuentes consultadas muestran su razonable seguridad en que esa cifra se elevará hasta los 30 días “o muy poco menos”, reconociendo que por encima de dicha cota “sería difícil que dieran el visto bueno en Bruselas”.

Sin embargo, sigue habiendo motivos para la polémica, ya que incluso el planteamiento inicial de Bankia, aunque claramente a la baja, está por encima de los mínimos que establece la ley, de 20 días por año y 12 mensualidades como máximo.

Si al final se alcanza un acuerdo en el entorno de esos 30 días, habrá que ver la repercusión social, ya que la entidad ha sufrido fuertes pérdidas, ha sido intervenida y precisa de un rescate bancario.

Dinero público

El coste del rescate, que se afronta con dinero público, hace que puedan ser contestadas desde varios flancos de la sociedad las condiciones, en cierto modo privilegiadas, en un momento de recorte de prestaciones generalizadas.

En el caso de Caja Madrid, “una entidad de la que no se va nadie”; como históricamente se decía sobre la firma, despedir a profesionales de mediana edad supone un auténtico drama personal, ya que se trata de una plantilla que ha gozado de unas excepcionales condiciones durante mucho tiempo.

Esa fuerza laboral siempre ha descontado que, en caso de despido, tendría condiciones de banca (más de 45 días por año) o, especialmente, disfrutarían de ventajosas prejubilaciones. Ahora, un despido con tope salarial amenaza con dejar a cientos de personas con menos de 60 años con mucha dificultad para recolocarse, muchos años por delante y una pérdida de nivel de vida muy acusada.

Pero en la sociedad española, muchos parados que han sufrido en sus carnes los 20 días por año por el hecho de no pertenecer a una gran corporación verán con malos ojos que se abonen indemnizaciones más altas que las preceptivas por ley. 

Gestión del riesgo

Los responsables de Bankia tienen que hilar muy fino, sabiendo, además, que será difícil que cuenten con reconocimiento en ningún caso. Si hubieran optado por una posición dura, se le habría echado en cara la escasa sensibilidad en un proceso que cuenta con fondos públicos, así como la innecesaria puesta en riesgo de una entidad financiera. Conviene no olvidar que la salida de miles de trabajadores de un banco puede ser muy conflictiva, si hay mucho malestar. Sólo hay que ver el caso de Telemadrid y las huelgas furibundas de la plantilla. 

Pero, por el contrario, si Bankia se pliega a facilitar una salida lo menos onerosa posible para sus trabajadores, también se escucharán voces contrarias, que se posicionarán en contra de pagar salidas con dinero público por encima de lo estipulado por ley. Un contencioso que se anuncia más que complejo. 

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