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El carbón desencadena un nuevo rifi-rafe entre Nadal y Galán

Álvaro Nadal, ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital

Primero fueron las nucleares, con Garoña como punta de lanza, y ahora el carbón. El Ministerio de Energía e Iberdrola han vuelto a exhibir en público sus discrepancias tras la anunciada decisión de la compañía de solicitar el cierre de las dos únicas centrales de carbón que aún mantiene en todo el mundo, situadas en España. Una nueva batalla entre el ministro Álvaro Nadal y el presidente de la eléctrica, Ignacio Galán, está servida.

Al anuncio de Iberdrola de cerrar sus centrales de carbón en España respondió el ministro Nadal enviando a la CNMC el decreto que amplía los criterios para aceptar o denegar permisos para clausurar centrales eléctricas. La normativa entrará en vigor con carácter retroactivo, por lo que afectará ya a la reciente decisión de Iberdrola.

Hasta ahora, tan solo se tenía en cuenta la seguridad del suministro para otorgar estos permisos o denegarlos. La nueva normativa incluirá elementos como el impacto en el precio de la luz y el medioambiental.

Iberdrola anunció el pasado viernes su decisión de cerrar las centrales de carbón de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia), con lo que eliminaría de su careta la totalidad de instalaciones de este tipo, en línea con su política de avance hacia una energía totalmente renovable. la respuesta del Gobierno no se ha hecho esperar. Nadal ha advertido a Iberdrola que la última palabra la tendrá el Ejecutivo, que debe autorizar el cierre. Y que su idea pasa por mantener el papel actual del carbón en el mix energético.

"La decisión de Iberdrola es empresarial pero tiene que ser compatible con la política energética, que es la que define el mix", apuntó el ministro tras participar en la Asamblea Iberoamericana de Cámaras de Comercio.

En la actualidad, la definición de esa política energética está pendiente del informe en el que trabaja un comité de expertos creado ex-profeso para esta cuestión por el Ministerio. Al mismo tiempo, como recordó Nadal, el Gobierno mantiene negociaciones con los diferentes partidos políticos para que el mix sea definido a partir de la política energética. "El Gobierno cree que en ese mix debe mantenerse el carbón", aseveró el ministro.

La respuesta de Galán

De forma implícita, las palabras de Nadal fueron contestadas por Galán y desde un foro tan oportuno como la Cumbre del Clima, que se está celebrando en la ciudad alemana de Bonn. El presidente de Iberdrola ha recordado el compromiso de los países, entre ellos España, para luchar contra el cambio climático y el calentamiento global plasmado en el Acuerdo de París y ha instado, en un mensaje también dirigido a las empresas, a pasar de las palabras a los hechos. "Ha pasado el momento de hablar y ha llegado el momento de actuar", sentenció Galán.

El máximo ejecutivo de la compañía eléctrica hizo mención a la medida de cerrar las centrales de carbón que Iberdrola aún mantiene y recordó que desde 2001 la empresa ha clausurado 7.500 megavatios en instalaciones similares en todo el mundo, de tal manera que su capacidad de generación libre de emisiones se situará en el entorno del 70%.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sanchéz Galán, al inicio de la Junta General de Accionistas de Iberdrola

Todo eso siempre y cuando el Gobierno permita a Galán seguir adelante con sus planes, algo que a día de hoy parece complicado. 

No obstante, antes que Iberdrola fue Enel, accionista mayoritario de Endesa, la que comprobó cómo es las gasta Nadal cuando alguien cuestiona las centrales de carbón. Cuando hace unos meses Enel anunció que Endesa dejaría de invertir en algunas instalaciones de este tipo en España por motivos de rentabilidad, Nadal lanzó un furibundo ataque contra la compañía italiana, a la que acusó de actuar sin preocuparle generar desempleo en el país debido a que no era en el que tenía su sede social.

Iberdrola y el Ministerio de Energía ya tuvieron sus diferencias a cuenta de la energía nuclear, cuando Galán aseguró en la última junta de accionistas de la compañía que ninguna central de este tipo era rentable. El Gobierno, igualmente partidario de mantener la nuclear en el mix durante algún tiempo, decidió finalmente no prolongar la vida de la central de Garoña (participada al 50% por Iberdrola, que había insistido en su cierre) pero, al mismo tiempo, aseguró la pervivencia del resto. La polémica del carbón promete un segundo asalto en esta contienda.

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