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¿Qué supone y en qué me afecta la filtración de datos de Facebook?

Imagen de archivo del logo de Facebook.

Unos 50 millones de cuentas de usuarios de Facebook fueron filtradas a una empresa, que hizo con ellas lo que en la actualidad se hace con los datos: negocio. Una noticia que no es la primera de esta ralea ni tampoco será la última. Estar en la nube, utilizar las redes sociales, expone al usuario a que su información sea utilizada o robada por terceros.

Es como el que tiene un chalé en la manga o un coche de lujo. Si se utiliza una alarma, se deja el coche en el garaje o se instala una puerta blindada será más difícil que los malos nos causen un disgusto, pero la posibilidad siempre estará ahí. Aunque no nos haya ocurrido aún, raro es el día que no se escucha en las noticias o en nuestro círculo cercano que han entrado en una vivienda, han abierto un coche o han robado una cartera.

Empieza a suceder lo mismo con las redes sociales e Internet. El delito no es un mito. Allí donde se olisquee negocio estarán los ciberdelincuentes, los amigos de lo ajeno, con la escopeta cargada. Y si nos son ciberdelincuentes al 100% serán granujillas digitales como el que en este último episodio recogió en una encuesta datos de usuarios de Facebook -con permiso de Zuckerberg- y se los vendió a una empresa.

Sin negocio no hay malhechores. No tenga redes sociales. Viva desconectado. Desconectará también de este tipo de delitos, sin duda

La red social dice que sus usuarios dieron el consentimiento implícito a compartir sus datos al firmar las condiciones. La empresa que los compró dice que ella tampoco hizo nada malo porque los adquirió de un tercero -como el que compraba hace años una radio robada en un rastrillo- y quien hizo negocio cuenta en casa los 800.000 euros que recibió.

Es una noticia que supone, una vez más, que la red no es segura. No se saque la cosa de quicio. No lo es tampoco ese chalé del que hablábamos antes ni ese coche de lujo. Tampoco esa cartera que guarda en el bolsillo. Pálpeselo, a ver si la tiene.

El problema es que con esto de Internet cuesta más verlas venir, pero se lleven a engaño, volverá a suceder. Y Facebook volverá a lavarse las manos, usted a indignarse y a volver a entrar, al día siguiente, a la red social a ver qué han hecho sus amigos. La curiosidad mató al gato -al dato, en este caso-.

Puede que de momento a usted no le haya afectado algo así directamente, pero llegará el día. Porque, aunque no lo sepa, cuando firma las políticas de uso de Facebook o WhatsApp ya le está afectando. Ponemos al zorro a cuidar de las gallinas, los datos

"Es otra demostración más de que nada es 100% seguro y de que incluso los grandes proveedores de servicio pueden ser víctimas de robo de información o datos. Ya hace unos años Yahoo! sufrió la sustracción de la información de 1.000 millones de cuentas. Fue un problema que tuvo lugar en 2014 y fue identificado y comunicado por la compañía dos años después, en 2016. Con respecto a Facebook, y según la información publicada, la fuga de información también se habría ocultado durante mucho tiempo", me comentaba ayer el hacker ético Deepack Daswani. Razón no le falta. Nada es 100% seguro.

Puede que de momento a usted no le haya afectado algo así directamente, pero llegará el día. Porque, aunque no lo sepa, cuando firma las políticas de uso de Facebook o WhatsApp ya le está afectando. Ponemos al zorro a cuidar de las gallinas, los datos. Si quiere estar a salvo no compre coche ni casa en la playa. Sin negocio no hay malhechores. No tenga redes sociales. Viva desconectado. Desconectará también de este tipo de delitos, sin duda. Y también de una parte de la vida que, nos guste o no, está ahí fuera. Mejor dicho, aquí dentro, donde se muestra esta columna que usted lee. Una columna que paradójicamente le habrá llegado a través de Twitter o Facebook. Somos la pescadilla que se muerde la cola.

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