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Fitch presiona a Brufau para vender el 5% de Repsol antes de fin de año

Antonio Brufau, presidente de Repsol.

Las dos crisis más recientes de Repsol (Sacyr-Pemex y Argentina) están ejerciendo presión sobre la caja de la petrolera y los analistas y las agencias de calificación están forzando a la petrolera que preside Antonio Brufau a activar la venta del 5% de autocartera que posee. La agencia Fitch, que redujo la semana pasada su calificación crediticia, condiciona la rebaja de su perspectiva (actualemente estable) a esta venta, alertando de lo negativo que sería para la compañía que no pudiera colocar este 5% en el mercado antes de fin de año. "La valoración positiva es limitada, pero se podría plantear si Repsol pone en marcha este proceso", añade la nota.

Este paquete del 5%, que viene coleando de la crisis con Sacyr desde finales de diciembre, vale 1.175 millones de euros a precios de mercado (compró a 21,06 euors por título y el último precio es de 19,24 euros). En el mercado creen que su venta sería una carta que permitiría compensar gran parte de todos los riesgos que corre la compañía en estos momentos y blindarse del acoso del gobierno de Cristina Fernández de kirchner. Pese a que la propia Repsol ha dicho recientemente que no ve prioritaria la venta de este 5% de autocartera, e incluso, se ha especulado con que se podría utilizar para el reparto en acciones del dividendo de julio, su presidente Antonio Brufau podía estar buscando ya un socio internacional de para este 5% de Repsol (no para YPF), según las informaciones que maneja la prensa local argentina, que apunta a que el ejecutivo estaría sondeando los mercados chino y ruso de nuevo. 

Entre los potenciales compradores destacan las rusas Gazprom y Lukoil, entre otras, que conocen la región desde que estrecharon sus lazos con Hugo Chávez; y las chinas CNOOC, que entró en el mercado argentino para comprar la mitad de una petrolera (Bridas, socia de BP en PanAmercan Energy) y Sinopec, socia de Repsol en Brasil.

Unos u otros, lo cierto es que la entrada de un nuevo socio internacional en Repsol ayudaría a hacer frente a las elevadas exigencias de inversión de la petrolera en Argentina -y desarrollar con holgura el mayor yacimiento de la historia de la petrolera de Vaca Muerta-, y podría gestionar con más fuerza las amenzas de Cristina Fernández de Kirchner. Un gobierno chino o ruso, detrás de los intereses de Repsol, ablandaría las presiones de Argentina.

Argentina sigue retirando licencias

Repsol, que cuenta con el apoyo en todo momento del Gobierno español y de la Casa Real para la defensa de sus intereses en el exterior, sigue en el punto de mira del Gobierno argentino. Aunque Repsol se ha quedado sin cobrar en efectivo su dividendo de YPF este año (unos 600 millones de euros) y se ha visto obligada a invertir en 2012 entre un 5% y un 10% más que el año anterior (calificado de ejercicio record en inversión), según datos de la SEC, la presión seguirá aumentando, por su negativa a crear un fondo de inversión, tal y como exigieron los representantes del gobierno argentino en el último consejo de administración de YPF.

Las provincias argentinas siguen retirando las licencias a la compañía, bajo el argumento de que no invierten lo suficiente. Por ahora, YPF ha perdido ocho yacimientos en cuatro provincias equivalentes al 3,9% de su producción de crudo y gas (y del 7% de la producción de crudo), pero hay 18 bloques de hidrocarburos más en peligro, ubicados en las provincias de Mendoza y Santa Cruz. El gobernador de Santa Cruz, que tiene bajo revisión diez de estos bloques en cuestión, ha dado de plazo a YPF hasta el 11 de abril para que la petrolera presente su plan de inversión. En total hay 27 áreas comprometidas, de las 60 concesiones que posee. 

Las provincias petrolíferas definirán esta semana su estrategia en una reunión de la Organización de los Estados Productores de Hidrocarburos, en la que participarán los funcionarios del Gobierno nacional. Pero deberán de ser cautelosos, según la prensa argentina, dado que el deterioro de la imagen de Argentina podría desembocar en la expulsión del país del G-20, que podría estar moviendo España.

'Scrip dividend' para La Caixa, Sacyr, Pemex...

La factura de las dos grandes crisis más recientes de Repsol (el pacto Sacyr-Pemex, que pretendía retirar el control de la petrolera a Antonio Brufau, y el conflicto argentino de YPF, que amenazaba con la renacionalizaciíon) está siendo muy elevada. Mientras, Repsol busca un nuevo socio y sigue gestionando la crisis con Argentina, en España, la petrolera se verá obligada, por primera vez, a repartir el dividendo complementario de julio bajo la fórmula del scrip dividend, una opción muy utilizada por las grandes compañías en España (Iberdrola, Santander, BBVA...), que permite ofrecer la posibilidad de pagar en acciones con el fin de cuidar su caja.

Según fuentes conocedoras, a los accionistas de referencia no les ha gustado la idea. Dada la situación financiera y las necesidades de liquidez en los mercados, todos los accionistas de referencia prefieren cobrar en efectivo: La Caixa (12,9%), que se encuentra negociando su fusión con Banca Cívica; Sacyr (10%), ahogada en su deuda; y la mejicana estatal Pemex (9,5%). Las cantidades que dejan de percibir son importantes. Si finalmente, Repsol aprueba un incremento del 10% de su dividendo complementario (0,635 euros por acción), La Caixa dejará de ingresar este verano unos 100 millones de euros en efectivo. El desembolso total de este dividendo para Repsol ascendería a 774 millones de euros. 

No obstente, pese a que a los accionistas de referencia de Repsol no les guste la idea, el reparto del dividendo en acciones es razonable dada la situación. Fitch alerta también en este punto y dice que sería negativo para Respol si no consigue ahorrar al menos el 50% de la caja que destina dividendo por esta via. 

Cierto es que esta fórmula permite cobrar en efectivo. Pero las compañías no suelen optar por el cobro en acciones, para eludir el efecto dilutivo que conlleva la opción cash. La Caixa y la propia Repsol cobraron en acciones, por ejemplo, el dividendo complementario de Gas Natural Fenosa el verano pasado (una opción que siguió el 96,4% del capital), y esta misma opción se aplicará en el dividendo complementario de este año, que se ratificará en la junta de accionistas de la gasista del 20 de abril.

Las recientes tensiones de Repsol obligan a ello. En la reciente crisis de Sacyr-Pemex, Repsol tuvo que poner 2.572 millones (ha recuperado 1.364 millones). El pacto de control entre Sacyr y Pemex, que pretendía tomar el control de Repsol, no prosperó y la constructora se vio obligada a ceder un 10% de su participación (asumiendo minusvalías de 940 millones de euros) a finales de diciembre del año pasado, y para evitar más tensiones sobre la acción de Repsol, la petrolera asumió dicho paquete, del cual queda por colocar un 5%.

Y en la segunda crisis, una de las implicaciones es que Repsol no recibirá los 600 millones de euros en efectivo que viene recibiendo cada año por los dividendos que reparte su filial YPF (posee un 57,5%), y además, asume los riesgos colaterales de su socio local. Repsol financió en 2007 al grupo Petersen, entonces cercano al gobierno argentino de Nestor Kirchner, para la compra del 25,5% de YPF en dos plazos. Fruto del acuerdo de argentinización de la compañía, la familia Eskenazi debía pagar el préstamo con los dividendo (90% de los beneficios). Su posible impago, al no recibir dividendo en efectivo, coloca ahora a la petrolera en una situación delicada, ya que en última instancia, estaría obligada a comprar de nuevo las acciones de Petersen. La familia Eskenazi, que ya no cuenta con el apoyo del Gobierno argentino, no obstante, podría acudir a la Bolsa de Nueva York y vender su participación, para hacer frente al crédito. Para ello, sería positivo que la petrolera Repsol recupere la confianza de los mercados. La entrada de un socio internacional en la matriz ayudaría mucho.


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