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La presión de CNMC enfrenta a los taxistas, que se atacan entre sospechas de traición

Los taxistas franceses han logrado cesiones del Gobierno tras varios días de protestas

El principio de año está siendo muy convulso para el sector del taxi, cuyos miedos a la CNMC y sus reiteradas proclamas a favor de la liberalización del sector les están empujando a enfrentamientos entre asociaciones, acusaciones de traición, mucha tensión y, en definitiva, desunión de las principales organizaciones. Durante este martes surgió desde el seno de un conocido programa radiofónico de los taxis de Madrid el rumor de que la Federación Profesional del Taxi, una de las tres organizaciones que hay en la capital, había solicitado la concesión de 5.000 licencias VTC, aquellas que se utilizan para vehículos con conductor que no pueden circular por la calle a la espera de pasajeros pero que sí acuden bajo llamada o por una aplicación. Curiosamente, esta es la cifra que la semana pasada el representante en España de Uber, Carlos Lloret, aseguró que necesitaría para comenzar a operar en Madrid. Así que los contubernios están servidos... ¿estaría el presidente Julio Sanz pensando en trabajar para Uber?

Desde la federación afectada se ha respondido a Vozpópuli sin confirmar ni desmentir que se haya hecho esa operación: "Nosotros defendemos al taxista autónomo y el modo de trabajo que tenemos y que queremos que prevalezca nuestro servicio público y hacemos presión con todas las herramientas legales para que esta situación no se rompa", ha asegurado un portavoz, que ha asegurado que no tienen por qué "estar desmintiendo lo que se dice", lo cual es muy sospechoso para la Federación Nacional del Taxi (Fedetaxi), otra asociación gremial, que ha considerado que sería un "drama" que esta información se confirmase.

Los rumores no afectan tan sólo Sanz ya que también se habla de que el mallorquín Gabriel Moragues, presidente de la tercera asociación en discordia (Asociación de Autónomos del Taxi) también habría solicitado la concesión de estas licencias, que los taxistas ven como enemigo número 1 para su supervivencia y cuya proliferación ha llevado a duros problemas y enfrentamientos en Francia en los últimos días, tal y como aseguraba la asociación Élite Taxi, que aseguraba que París había perdido el control sobre las VTC lo cual había provocado una caída espectacular de los ingresos del gremio.

El "monstruo" de la CNMC

En el fondo del asunto, la intención de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de liberalizar el sector del taxi. La profesión espera con expectativa la publicación de un próximo informe del regulador que se presume contrario a los intereses de los taxistas por cuanto podría pedir que entraran nuevos actores en el juego de una forma significativa. Un reglamento publicado en el BOE el pasado mes de noviembre, e instigado por el Ministerio de Fomento, suponía una ayuda para los taxis al exigir varios controles que no existían para este tipo de licencias (por ejemplo, que sólo pueda haber una VTC por cada 30 taxis o que una empresa o autónomo sólo pueda entrar a operar con un mínimo de 7 VTC). Ahora, la comisión creada por Luis de Guindos en esta última legislatura y presidida por José María Marín Quemada ha anunciado que recurrirá hasta el final esta modificación legal: el futuro del sector del taxi también enfrenta a la propia administración y esta lucha Fomento-Economía a través de la CNMC lo deja en evidencia.

"La CNMC es un monstruo", ha asegurado el presidente de Fedetaxi, Miguel Ángel Leal, en rueda de prensa, refiriéndose a la multitud de competencias que aglutina el 'superregulador'. Leal lamenta que no haya unión entre las distintas asociaciones del taxi para la próxima manifestación del 18 de febrero en Madrid, que han solicitado pueda ir escoltada por vehículos de taxi en una marcha que acabará frente a las puertas de Competencia en un lugar próximo a la calle Alcalá de Madrid. Las asociaciones rivales han declinado participar en la protesta.

El proceso para obtener licencias en el Supremo

Tal y como informó este diario en diciembre, el abogado José Andrés Díez fue el primero en percatarse de que la ley omnibus liberalizaba en cierto modo el sector del taxi. Presentó contencioso administrativo contra la Comunidad de Madrid por no otorgar las licencias y en el Supremo lo ganó. De ese modo, por el coste de unos cientos de euros para litigar, se podía vender una licencia por varios miles de euros. Un negocio redondo que se ha estado repitiendo, siendo utilizado por empresas como Cabify para obtener más licencias, y que sirve de precedente para esta petición de 5.000, totalmente desmesurada dado que en la Madrid hay, a fecha 1 de febrero, sólo 1.580 licencias VTC.

En otras ciudades europeas, los últimos años han vivido la proliferación de licencias VTC que han aportado más competencia al sector y bajado los precios lideradas por empresas como Uber. En Londres, por ejemplo, hay 55.000 VTC frente a 22.000 taxis y en París 2.000 frente a 17.000 (proporción de 1 a 8). Por el momento, la ley española es mucho más restrictiva con este nuevo tipo de licencia, con la cual también se puede especular como la del taxi y que alcanza varios miles de euros en el mercado.

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