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Slim recupera el dividendo de FCC: ingresará entre 1.000 y 1.200 M. por Aqualia

Carlos Slim, principal accionista de FCC

Carlos Slim, principal accionista de FCC, se ha cansado de esperar a que su apuesta por la compañía comience a darle algo de rentabilidad. El magnate mexicano recuperará el dividendo que la compañía dejó de repartir hace cinco años aunque, para ello, haya tenido que recurrir a la venta del 49% de la joya de la corona del grupo de construcción y servicios: su filial hídrica Aqualia. La operación, que ejecutará el fondo IFM y por la que FCC ingresará entre 1.000 y 1.200 millones de euros, permitirá cumplir con las duras condiciones impuestas por la banca acreedora para la vuelta de la retribución al accionista. Una circunstancia que iba a ser muy difícil de conseguir a corto plazo simplemente con la evolución del negocio.

La operación, que adelantó la propia compañía con una comunicación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), está muy avanzada, de tal manera que el consejo de administración de FCC podría aprobarla en su próxima reunión, prevista para el 27 de febrero, en la que se dará el visto bueno a los resultados anuales del grupo. Según fuentes del mercado, la oferta de IFM llegó a FCC durante el pasado fin de semana y los acontecimientos se han precipitado.

Sin embargo, esta operación llevaba bastante tiempo en la hoja de ruta que Slim trazó para FCC, antes incluso de que recurriera a Aqualia para llevar a cabo la emisión de bonos por 1.350 millones de euros del pasado mes de mayo que posibilitó la refinanciación de la deuda de grupo.

La filial de ciclo integral del agua, una de las principales compañía del sector en el mundo, es el activo bandera de FCC, cuyo negocio de construcción se ha visto afectado por el desplome de la obra pública en España y los problemas para obtener márgenes razonables en el exterior. La propuesta de IFM, que está a punto de cerrar también la compra de la división de concesiones de OHL por más de 2.200 millones de euros, ha convencido al fin al magnate mexicano.

Más de 2.000 millones sin retorno

Slim llegó a FCC a finales de 2014 y desde entonces ha invertido más de 2.000 millones de euros directamente en el grupo, del que actualmente controla algo más de un 61%, con lo que es el principal beneficiado por la vuelta del dividendo. A esto hay que añadir el apoyo de su grupo industrial a la compañía en del exterior, con ejemplos como el gran contrato para la construcción del nuevo aeropuerto de Ciudad de México (FCC figura en el consorcio adjudicatario, liderado por Slim) o la financiación para la construcción de la línea 2 del metro de Panamá (después de que algunos bancos se retiraran del proyecto).

Sin embargo, desde entonces FCC sólo ha registrado números rojos como consecuencia del notable saneamiento que tuvo que llevar a cabo, lo que ha cortado de raíz cualquier intento de recuperar el dividendo que el consejo se vio obligado a suprimir a finales de 2012 (circunstancia que, precisamente, derivó en el aterrizaje de Slim en el grupo como salvavidas de Esther Koplowitz, anterior accionista de referencia).

Precisamente, el año que acaba de terminar pondrá fin a una racha de cinco ejercicios consecutivos con pérdidas. Pero la vuelta a la rentabilidad no será suficiente para recuperar la retribución al accionista. La banca acreedora impuso duros compromisos en este sentido y la única manera de revertir la situación en el corto plazo es una inyección extraordinaria. Un esfuerzo que Slim hace tiempo que no está dispuesto a hacer.

Operación al modo Slim

La operación de la venta parcial de Aqualia permitirá obtener los ingresos necesarios para cumplir con la banca pero sin perder el control del principal activo del grupo. De esta forma, FCC podrá seguir consolidando la filial en los resultados. Una maniobra recurrente en el conglomerado empresarial de Slim, partidario de dar entrada en sus empresas a socios aunque siempre manteniendo el control (un sistema que también puso en práctica Esther Koplowitz con su participación mayoritaria en la compañía hasta que la falta de ingresos por la pérdida del dividendo hizo que saltara por los aires).

Eso sí, la llegada de IFM al capital de Aqualia deberá cambiar su perspectiva como salvavidas o palanca financiera del grupo. FCC deberá definir el nuevo papel de una compañía que contará a partir de ahora con un inversor estable pero que le exigirá rentabilidad. Y eso será incompatible con préstamos o emisiones de bonos a favor de la matriz como ha sucedido hasta ahora.

El mercado ha recibido la proximidad de la operación con optimismo, consciente de la derivada del dividendo. Los títulos de la compañía que preside Esther Alcocer Koplowitz cerraron la sesión del este martes con alzas del 3,94%, hasta 9,75 euros.

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