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La ambigua reforma de Soria irrita a las empresas del sector

"No tenemos ni pajolera idea de qué van a hacer; están llevando el proceso con mucha opacidad". La frase, pronunciada por el director de Regulación de una de las principales eléctricas españolas, ilustra un hecho: la irritación del sector con el Ministerio de Industria, que no termina de rematar su anunciada reforma energética. 

El departamento de José Manuel Soria prepara un nuevo paquete de medidas para intentar alcanzar una solución definitiva al déficit de tarifa (desfase entre ingresos y costes regulados del sistema eléctrico), el principal problema del sector. Un agujero que ya supera los 25.000 millones y que los consumidores pagan, con intereses, en su factura de la luz.

La iniciativa la anunció nada más tomar posesión el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su discurso de investidura. De momento, hay muchas especulaciones sobre en qué consistirá: además de nuevas subidas de la luz, Soria ha insinuado, entre otras medidas, la puesta en marcha de algún tipo de tasa a la producción hidráulica y nuclear y un recorte de los pagos por capacidad (compensaciones a las centrales térmicas por estar disponibles). También se baraja un cambio en el funcionamiento del mercado mayorista de electricidad (conocido como 'pool'), la aplicación de una quita parcial al déficit o la ampliación de la moratoria a la energía termosolar a las centrales actualmente en construcción.

Pero, de momento, no hay ninguna certeza. Y las cotizaciones bursátiles de las empresas se resienten, en un momento de zozobra en los mercados.

"Si planteas una reforma así, hazla rápido", resume otro directivo del sector, que critica la escasa concreción de Soria, pese a lo mucho que se prodiga el canario en los medios de comunicación. "Yo creo que de aquí a algunas semanas [la reforma] estará lista", dijo la semana pasada el titular de Industria. Sin embargo, en su departamento no se descarta que pueda llevar meses.

De lo que no pueden quejarse las eléctricas es de falta de diálogo con el ministro y su secretario de Energía, Fernando Marti, algo que contrasta con cómo abordó Soria la moratoria a las renovables (las empresas se enteraron el mismo día en que se anunció). En los últimos meses, se han mantenido múltiples reuniones, de forma individual, a varias bandas y con la patronal Unesa. No obstante, la expropiación de YPF, filial de Repsol, por parte de Argentina ha paralizado los encuentros al más alto nivel. Aun así, desde una eléctrica se quejan de que en el Ministerio "no están escuchando" sus propuestas.

Como argumento ante el ministro, el sector esgrime su capacidad para actuar como motor de la economía, al ser uno de los pocos con músculo para acudir al mercado y captar liquidez, tan escasa en estos momentos, y por operar en segmentos que no dependen del ciclo económico, como la distribución de electricidad.

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