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Calatrava traslada a Suiza su sociedad patrimonial con casi 40 millones de euros en activos

Santiago Calatrava, uno de los arquitectos más famosos del mundo, no parece dispuesto a repercutir al menos una parte de los cuantiosos ingresos que llegan de los encargos procedentes de su país. Envuelto últimamente en la polémica por la llegada a los tribunales de varios de sus proyectos y por su imputación en el caso Palma Arena, Calatrava dará una razón más para la discordia: el traslado a Suiza de una de sus sociedades instrumentales.

Afincado desde hace tiempo en Zurich, Calatrava trasladó recientemente a la localidad helvética el domicilio social de Calatrava & Family Investments, una patrimonial a través de la que gestiona junto a sus hijos parte de su patrimonio. De acuerdo con las últimas cuentas registradas, la mercantil cuenta con unos activos cercanos a los 40 millones de euros.

La estrategia de Calatrava coincide precisamente con las iniciativas que está llevando a cabo el Gobierno de Mariano Rajoy para tratar de repatriar capitales, entre las que se incluye una amnistía fiscal que está generando una gran polémica. El arquitecto valenciano seguirá el camino contrario: de la calle Bravo Murillo de Madrid a la capital financiera de la siempre fiscalmente atractiva Suiza.

Bien es cierto que en el contrato para el proyecto del Centro de Convenciones de Castellón, presupuestado en unos 100 millones de euros, se estipulaba que el despacho de Calatrava facturaría en Zurich. Sin embargo, el proyecto no ha seguido adelante debido a que los cambios de ordenación urbanística necesarios para la puesta en marcha de las obras están a expensas de la decisión de los tribunales.

Los proyectos de la discordia

No obstante, el arquitecto ha decidido continuar con sus planes y ha consumado el traslado de la sociedad a territorio helvético. Aunque Suiza no es ya considerado un paraíso fiscal y el tan apreciado secreto bancario va siendo cada vez menos radical, el país centroeuropeo sigue atrayendo capitales que dejan de tributar en sus países de origen.  

Sólo en su tierra, la Comunidad Valenciana, Calatrava ha desarrollado proyectos por un valor superior a los 700 millones de euros, entre los que destaca el de la Ciudad de las Artes y las Ciencias. En el resto de España, Calatrava ha dejado su firma en proyectos como el Auditorio de Tenerife y el Palacio de Congresos de Oviedo, además de numerosos puentes.

La llegada de la crisis ha paralizado algunos de sus proyectos en los últimos años. Destaca el de tres rascacielos en Valencia, una idea por la que el Gobierno valenciano presidido entonces por Francisco Camps llegó a pagar 15 millones de euros y que ahora duerme el sueño de los justos. En los últimos tiempos también se ha hablado mucho de los sobrecostes de las obras encargadas a Calatrava así como de algunas denuncias relacionadas con trabajos fuera de España, como el puente sobre el Gran Canal de Venecia, al que califican de inseguro.

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