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Repsol prepara la salida de Sacyr: comprará su 9,5% como autocartera para neutralizar a Pemex

El presidente de Repsol, Antonio Brufau.

Los fantasmas de diciembre de 2011 han vuelto a pulular por los despachos de Repsol en estas pasadas Navidades y el nerviosismo por la estabilidad accionarial del grupo petrolero en un momento tan sensible como éste comienza a hacerse patente.

El causante del problema es el mismo, Sacyr, la constructora que en la antesala de las Navidades de hace dos años tuvo que vender de urgencia a la propia Repsol un 10% de su participación para evitar su quiebra, después de haber intentado sin éxito echar al presidente Antonio Brufau y tomar el control de la petrolera.

Han pasado dos años y la historia se repite, pero con un guión diferente. Fuentes cercanas al accionariado de Repsol han confirmado a Vozpópuli que algunos de los accionistas y la propia dirección del grupo estudian un 'Plan B' por si el problema en Panamá da al traste con la relativa estabilidad financiera conseguida por la constructora que preside ahora Manuel Manrique.

Ni los accionistas de Repsol ni su equipo directivo quieren nuevos sobresaltos en el seno de un grupo sobre el que pende, de forma casi recurrente, el posible asalto a la cúpula de poder que sigue liderada por el ejecutivo de Mollerusa.

Así que el plan que se ha trabajado este mes de enero, a la vista de que Sacyr no ha sido capaz de solucionar el problema con el Canal de Panamá, pasa por facilitar la salida del grupo constructor, al que la petrolera estaría dispuesta a comprar el 9,53% que aún controla la constructora para aparcarlo en su autocartera. El valor de este paquete a precios de hoy (Repsol cotiza a 17,34 euros) sería de 2.152 millones de euros.

Según confirman esas mismas fuentes, la fórmula sería la misma que en diciembre de 2011. Repsol compró entonces el 10% de Sacyr por 2.572 millones de euros, lo aparcó en autocartera y posteriormente se deshizo de las acciones en dos operaciones por las que en su conjunto ingresó 2.400 millones.

En este caso perdió 172 millones de euros, pero al menos pudo controlar el destino de un paquete tan importante que en manos de un accionista como Pemex, que se alió con Sacyr para derrocar a Brufau, sería incontrolable. Parte de las acciones acabaron diluidas en el mercado y un 6,3% cayeron en manos del dócil fondo soberano singapurí Temasek.

Ahora, en febrero de 2014, tanto si la Autoridad del Canal decide prescindir de los servicios de Sacyr y le ejecuta los avales y garantías (600 millones de dólares) como si la española, al frente del consorcio en el que controla el 48%, decide seguir adelante y afrontar los sobrecostes de 1.600 millones de dólares, Repsol quiere tener preparado un plan para aligerar, llegado el caso, la asfixia financiera de su accionista.

Según las fuentes cercanas al accionariado consultadas, el plan no se ha presentado oficialmente en el consejo de Repsol, "se ha trabajado de forma oficiosa entre algunos de los accionistas y la dirección de Repsol para estar listos llegado el momento. Si Sacyr necesita vender un parte de su paquete o todo, presionado por las necesidades de financiación adicional para terminar las obras del Canal, la petrolera le compraría el paquete para colocarlo en su autocartera y más tarde controlar su venta".

Pero la situación de la Sacyr de hoy, pese a ser complicada, dista mucho de la que vivió a finales de 2011, señalan fuentes financieras. La guerra del ex presidente Luis del Rivero en alianza con Pemex para desbancar a Brufau de la presidencia y el pesado préstamo que arrastraba desde 2006 para afrontar la compra del 20% de Repsol estuvo a punto de hacer quebrar a la constructora, que atrapada en un callejón sin salida vendió la mitad de su paquete para sobrevivir.

Ahora, Sacyr ha desconsolidado de su balance la deuda de la inmobiliaria Vallehermoso y ha realizado algunas desinversiones para recortar se endeudamiento, con lo que su situación no es asfixiante. Sin embargo, "la oferta que hizo Sacyr por hacerse con el contrato de ampliación del Canal fue a pérdida, inferior en más de 1.000 millones de dólares que el segundo licitante, y ni el Gobierno panameño ni las autoridades del Canal están por la labor de ceder en su batalla con la española, que de continuar la obra tendría que afrontar la financiación extra de los 1.600 millones de extracoste, posiblemente sin su socio italiano, Impregilo, así que el panorama no parece muy alentador. Y llegado el momento de hacer cuentas, si consiguen terminar la obra en junio de 2015, el grupo española tendrá que apuntarse importantes pérdidas por un proyecto que ganó no para ganar dinero, sino para tener mayor relevancia internacional", señalan en fuentes financieras.

Sea como fuerte, Repsol ya ha hecho saber a Manuel Manrique que si se ve obligado a vender parte de su paquete, ya sabe cuál es el comprador preferente. Porque Pemex, con su 9,4%, sigue estando al acecho en el accionariado de Repsol y trabaja en la hipótesis de colocar a un consejero delegado que reste poder al presidente Brufau, Si la mexicana se convierte en accionista mayoritario de la petrolera, con la compra del 9,5% de Sacyr, el status quo de poder se daría la vuelta, situándose por encima de La Caixa, que posee en torno a un 12,5%.

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