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Pese al portazo de Pemex, Brufau salva los muebles en Repsol con el apoyo de Fainé

Antonio Brufau, presidente de Repsol.

El presidente Antonio Brufau consiguió ayer salvar los muebles en un tenso y largo (más de cuatro horas) consejo de Repsol, gracias al apoyo de La Caixa (13%) y Sacyr (9,5%), dos de los tres accionistas de referencia.

Ese tercer accionista, Pemex (9,4%), que junto a la caja presidida por Isidro Fainé ha sido el impulsor del acuerdo con Argentina, se negó a respaldar la gestión de Brufau al frente de la petrolera, al final de un encuentro en el que la compañía estatal mexicana fue el blanco de las críticas de algunos consejeros.

Manuel Manrique, que llegó a la presidencia de Sacyr y al consejo de Repsol gracias a la salida de Luis del Rivero de ambos cargos por la guerra con Brufau, fue el vocal que abrió fuego contra Arturo F. Henríquez, consejero de Pemex.

El ejecutivo jienense criticó duramente la estrategia seguida por Emilio Lozoya, máximo ejecutivo de Pemex, de criticar la gestión de Brufau y pedir públicamente su cabeza en varias ocasiones. Tanto Manrique como otros dos consejeros, en este caso independientes, exigieron a Henríquez que la compañía a la que representa ponga fin a sus críticas de puertas afuera y "diga todo lo que tenga que decir en los consejos de administración", señalaron a Vozpópuli fuentes cercanas al accionariado de Repsol.

Juan María Nin, 'número dos' de Fainé (que no asistió al consejo y delegó su voto en Brufau), no criticó a su aliado en la búsqueda de una solución pactada y mantuvo silencio, señalan las mismas fuentes.

Manrique fue muy duro con Lozoya por pedir la cabeza de Brufau, al igual que hicieron otros dos consejeros, mientras Nin prefirió guardar silencio

Las críticas a Lozoya ocuparon buena parte de las más de cuatro horas que duró el consejo, en el que Brufau, como ya ocurrió hace dos años cuando Sacyr y Pemex trataron de desalojarle de la presidencia, forzó una propuesta para que el consejo respaldara su gestión.

Así fue, todos los consejeros, excepto el de Pemex, votaron a favor de "manifestar, como órgano de administración de la compañía, el pleno apoyo a la estrategia de la misma y a la gestión que viene desarrollando el equipo de dirección, conforme a las mejores prácticas de gobierno corporativo. Todo ello se evidencia tanto en las tasas de crecimiento, como en resultados positivos y en rentabilidad de la acción".

El mensaje iba dirigido a acallar las críticas de Lozoya, que hace unos días declaró a Bloomberg sentirse “muy decepcionado” porque las acciones de Repsol se han revalorizado un 13% desde que llegó Brufau (2004), frente al 65% que, según él, subieron el resto de compañías del sector.

El mexicano pidió la salida de Brufau, pero ayer se encontró con el cierre de filas ante el presidente, que ha salido muy tocado de la última batalla. Han sido La Caixa, Pemex y después los gobiernos de España, Argentina y México los que han solucionado el conflicto de Repsol en el país austral y han dejado a Brufau al margen de todo el proceso, del que ha salido un acuerdo, aprobado ayer por unanimidad del consejo, muy similar al que presentó la mexicana en junio.

Brufau saca adelante una especie de 'moción de confianza' de todo el consejo, en un momento en el que está muy debilitado por haberse quedado al margen del proceso liderado por Fainé, Lozoya y Soria para sellar la paz en Argentina

Serán 5.000 millones de dólares los que recibirá Repsol en bonos soberanos argentinos, frente a los 10.500 millones que pedía Brufau, pero muy por encima de los 1.500 millones que inicialmente ofreció Argentina en compensación por el 51% de YPF.

Según las fuentes consultadas por Vozpópuli, el ejecutivo de Mollerusa, que ayer no puso su cargo a disposición del consejo, estaría preparando su salida de la presidencia de Repsol, después de haber perdido la confianza de algunos accionistas y de haber sido desautorizado en el proceso final del acuerdo con Kirchner.

El hecho relevante enviado ayer a la CNMV aprobaba "iniciar en breve plazo conversaciones entre sus equipos y los del Gobierno argentino, a fin de buscar una solución justa, eficaz y pronta a la controversia" y "la contratación de un banco de inversión de prestigio internacional para apoyar al equipo de Repsol y facilitar la conducción profesional del proceso". Ahora toca redactar la letra pequeña del acuerdo y fijar las condiciones para que Repsol pueda hacer líquidos los bonos.

Pemex, por su parte, a última hora de ayer emitió una nota en la que se felicitaba de la aprobación del acuerdo, pero reiteraba su voto en contra del punto 3 "porque considera que [Brufau] no ha ofrecido los resultados deseables para la compañía y sus accionistas".

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