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El escaso tino en las previsiones de consumo de REE alimenta el déficit tarifario

Una línea de Red Eléctrica.

Al final, todo suma; o, mejor dicho, resta, a la hora de cuadrar los ingresos y los costes del sistema eléctrico. Los errores en las previsiones de demanda del pasado ejercicio figuran entre las tres “circunstancias imprevistas” que, según el Gobierno, hicieron que el déficit de tarifa (desfase entre los ingresos y los costes reconocidos del sistema eléctrico) pulverizara en 2012 y los límites legales vigentes hasta entonces.  

"La reducción de la demanda ha sido más acusada de lo previsto, a resultas de la reducción de la actividad industrial y del consumo, teniendo como consecuencia directa una menor recaudación de los peajes de acceso a las redes", ha señalado el Ejecutivo en el Real Decreto Ley por el que, de tapadillo y en el descuento (el último día del año pasado), se cargó los límites al déficit tarifario vigentes hasta entonces para este año y 2012, ante la evidencia de que no iban a cumplirse.

Los otros dos factores no previstos, según el Ministerio de Industria, fueron el crecimiento de las primas del régimen especial (cogeneración, renovables y residuos) y el incumplimiento, por parte del propio Gobierno, del compromiso de traspasar a los Presupuestos el sobrecoste de la generación en los archipiélagos (que se sigue cargando a la tarifa). Como ha dicho el titular de Industria, José Manuel Soria, "por encima de cualquier objetivo de política sectorial, el Gobierno tiene un objetivo de déficit público" que, de no cumplirse, "habría hecho un daño mucho mayor a la credibilidad de la economía" española.

La CNE recuerda la "incertidumbre" respecto a la demanda de este año, que según REE caerá sólo un 0,2%

El año pasado, el consumo eléctrico fue un 2% inferior a lo que había previsto al inicio del ejercicio el operador del sistema, Red Eléctrica (REE), lo que se tradujo en una caída de los ingresos regulados (donde se genera el déficit) de unos 460 millones de euros, según la Comisión Nacional de la Energía (CNE). 

El propio regulador ha advertido de que “la estimación de demanda de electricidad para 2013 se sitúa en un entorno de incertidumbre, debido al impacto de la evolución del ciclo económico sobre la demanda electricidad, y, en consecuencia, sobre la previsión de ingresos por peajes previstos para el sistema eléctrico” en este ejercicio.

La CNE considera que “no es improbable que la evolución de la demanda en el año 2013 esté por debajo del escenario contemplado”, que cifra el retroceso respecto a 2012 en sólo el 0,2%. La semana pasada, el presidente de REE, José Folgado, pronosticó que la demanda eléctrica, que suele funcionar como un indicador adelantado de la economía, crecerá el año que viene, ejercicio para el que el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera la salida de la recesión en España.

El desfase entre las previsiones de demanda eléctrica y la realidad ha sido una constante casi cada ejercicio desde 2005, cuando comenzó el estallido del déficit tarifario, con la única excepción de ese año y de 2010. En 2009, la diferencia llegó a ser del 8%.

Algunas fuentes consideran que a REE le interesa sobrestimar la demanda para lograr una mejor retribución

Aunque la demanda depende de múltiples factores que, evidentemente, escapan al control de REE (los más importantes, la evolución de la actividad económica y la climatología), en el sector (tanto por parte de eléctricas tradicionales como desde grupos de energías renovables) se apunta que al operador del sistema puede interesarle sobrestimar la demanda para garantizarse una mejor retribución.

Jorge Fabra, exconsejero de la CNE y primer presidente de REE, discute esta tesis, que la empresa rechaza comentar. Fabra recuerda que “la caída de la demanda se debe a la crisis y REE se ha equivocado respecto a la crisis, igual que se han equivocado todos los analistas de una punta a otra del mundo”.

Este experto de la órbita del PSOE, miembro del colectivo Economistas frente a la crisis y muy crítico con el funcionamiento actual del sistema eléctrico, subraya que REE es una empresa “que no tiene conflicto de intereses con el resto del sector” y cuya “retribución es siempre la misma, independientemente de la demanda”. Además, sostiene que el consumo tampoco incide en sus planes de inversión.

REE (cuyo mayor accionista es el Estado, con el 20%) acaba de lograr, vía Orden Ministerial, que el Gobierno desbloquee inversiones por importe de 1.000 millones de euros hasta 2016, que habían quedado suspendidas por un real decreto-ley de marzo del año pasado que por el que se paralizó la Planificación de los sectores de electricidad y gas 2008-2016.

Dichas infraestructuras, consideradas “críticas” por REE, van a ponerse en marcha porque el Gobierno entiende que "su construcción resulta estratégica para el conjunto del Estado” y, de no construirse, existiría un “riesgo inminente en la seguridad del suministro" o conllevaría "un impacto económico negativo en el sistema eléctrico".

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