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Nueva Pescanova no presenta cuentas y aleja a la vieja Pescanova de Bolsa

Sede Pescanova en Chapela, Pontevedra.

El auditor de las cuentas de Pescanova, Ernst & Young, advierte en su informe de auditoría sobre el ejercicio 2015 de la compañía la existencia de una "incertidumbre que puede generar dudas significativas sobre la capacidad de la compañía para continuar como empresa en funcionamiento". Pescanova, la vieja Pescanova, es la compañía controlada por fondos de inversión y antiguos accionistas de la empresa que en la actualidad mantiene como principal activo el 20% de Nueva Pescanova, resultante del concurso de acreedores de la multinacional gallega. Esta última empresa, controlada por la banca acreedora -Popular, Sabadell, Caixabank, Bankia, Abanca, BBVA, y la italiana UBI, es la que mantiene el grueso del negocio que el grupo ha podido salvar tras la quiebra declarada en 2013, unos ingresos anuales cercanos a los 1.000 millones. 

La consultora explica que no ha podido disponer de las cuentas de Nueva Pescanova, por lo que no ha contado con la documentación suficiente para expresar una opinión sobre el último ejercicio de Pescanova. EY señala que el negocio de Pescanova depende de la capacidad que tenga Nueva Pescanova de hacer frente a determinados pagos que debiera hacer a la vieja Pescanova. 

La denegación de la opinión por parte de EY de las cuentas de Pescanova supone un varapalo para la intención de la empresa de regresar a Bolsa. Mientras no estén disponibles las cuentas de Nueva Pescanova y no estén claras las de Pescanova, la Comisión Nacional del Mercado de Valores no va a permitir la vuelta al parqué de Pescanova, una de las pocas alternativas que, especialmente los accionistas minoritarios, tienen para recuperar algo del dinero invertido en la compañía gallega. 

Nueva Pescanova es ahora una sociedad limitada, por lo que no tiene la misma obligación que una sociedad anónima de presentar las cuentas en determinada fecha. De acuerdo a fuentes del mercado, Nueva Pescanova podría demorar la presentación de sus cuentas hasta el próximo mes de junio, cuando tiene previsto celebrar junta de accionistas. Las mismas fuentes consideran que esa demora, que perjudica a Pescanova y su intención de salir a Bolsa, es un capítulo más de la tensa relación entre la vieja Pescanova y Nueva Pescanova. 

Nueva Pescanova ha activado un crédito de 125 millones de euros que tiene un interés del 15% anual y una comisión de aseguramiento de 300 millones a pagar en 20 años; parte de los accionistas de la vieja Pescanova consideran que la compañía no necesita ese préstamo y que reducirá el patrimonio de la nueva sociedad.

Pescanova indica en sus cuentas de 2015, publicadas en la CNMV, que los ingresos y gastos de la empresa son ahora "poco significativos", y señala que la "totalidad de las deudas que tiene la Sociedad están garantizadas por la cuenta recíproca con Nueva Pescanova, S.L., por lo que los problemas de liquidez de dicha sociedad tendrían, en su caso, efectos inmediatos sobre la liquidez de Pescanova, S.A". La compañía añade que a la fecha de formulación de las cuentas anuales "no se tiene conocimiento de problemas de liquidez en Nueva Pescanova".

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