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Pescanova incumple el calendario para entregar sus cuentas reformuladas, pero la CNMV le da una prórroga

La compañía pesquera debía entregar sus cuentas a requerimiento de la CNMV este sábado, pero, tal como se preveía a tenor de las denuncias de sus consejeros y su propio auditor, no ha podido hacerlo dentro de plazo. Así, el regulador ha concedido un nuevo margen (se habla de ocho días más), dentro del cual la empresa que preside Manuel Fernández Sousa deberá entregar los nuevos estados financieros.

La empresa está suspendida de cotización, sujeta a investigación por parte del regulador y en situación de preconcurso de acreedores, ante la incapacidad de presentar sus cuentas. Desde la Comisión insisten en no hablar de plazos y no confirman la prórroga concedida, aunque no lo desmienten. Pero fuentes bien informadas sobre esta crisis aseguran la existencia de esta prórroga, señalando que se ha avanzado muy poco a lo largo de la pasada semana en la reformulación. Entre otras cosas, el propio auditor se ha desesperado por lo poco que fluye la información. Nadie apostaba por la presentación de unas cuentas convincentes en sólo una semana. 

La maraña entre sociedades filiales es grande y, tal como han apuntado los bancos acreedores, puede esconder una cantidad ingente de deuda no reconocida. Se habla de un total comprendido entre 2.500 y 3.000 millones, es decir, alrededor del doble de la declarada, aunque, en cualquier caso, eso se sabrá una vez la empresa entregue sus cuentas al auditor, BDO, para que certifiquen que reflejan fielmente el estado de la compañía. Conviene recordar que la empresa alimentaria ya ha reconocido oficialmente que en sus cuentas hay "discrepancias". 

Facilitar las cosas

Pescanova deberá dejar que KPMG y el despacho Freshfields realicen las tareas de Forensic (Prevención, Detección e Investigación de fraude empresarial y financiero), obligatorias para que el pool bancario obtenga la información necesaria para refinanciar la deuda.

Por último, se está a la espera de conocer la convocatoria de un nuevo consejo extraordinario, requerido con urgencia por consejeros como Grupo Damm o Luxempart, aunque de momento sigue en vigor la última declaración del presidente Sousa: “no está contemplado”.

El regulador ha demostrado benevolencia con una compañía que está bajo investigación por abuso de mercado y falta de transparencia. Mientras no haga públicas sus cuentas, Pescanova seguirá suspendida y la semana que viene entrará en la tercera sin cotizar.

Todo lo aflorado en las últimas semanas no invita al optimismo. Pescanova necesita con urgencia comunicar algún tipo de acción. El tiempo va en su contra, entre otras cosas, porque el preconcurso de acreedores al que está acogida vence en poco más de tres meses. 

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