Quantcast

Empresas

Perú coloca a Ferrovial entre los interesados por el gran gasoducto del sur, valorado en 6.000 millones

Íñigo Meirás, CEO de Ferrovial (izq.) y Rafael del Pino, presidente

Ferrovial peleará por una de las concesiones más atractivas de Latinoamérica, la del Gasoducto Sur de Perú (GSP), cuya construcción volverá a licitar el Gobierno local tras haberse visto obligado a rescatar la anterior concesión. El proyecto, valorado en más de 6.000 millones de euros, ha sido una de las víctimas indirectas del escándalo en torno a Odebrecht, que lideraba el consorcio adjudicatario del GSP y que no pudo cerrar la financiación debido a que la banca internacional dio la espalda al proyecto por la presencia del grupo brasileño.

El interés de Ferrovial por participar en la licitación no proviene de rumores de mercado ni del sector. Fue desvelado ni más ni menos que por el ministro peruano de Energía y Minas, Gonzalo Tamayo, en sede parlamentaria, a finales de la pasada semana. Durante su intervención en una comisión del Congreso, para informar del estado actual del proyecto de GSP, Tamayo ratificó la intención del Gobierno liderado por Pedro Pablo Kuczynski de poner en marcha la nueva licitación en doce meses, dado el interés mostrado por algunas empresas en participar en el proceso.

Tamayo identificó a estos interesados con su nombre y entre ellos mencionó a Cintra, filial de concesiones de infraestructuras de Ferrovial. También se refirió a grandes fondos internacionales como Brookfield y Macquarie.

No es la primera vez que Ferrovial aparece relacionado con el proyecto del GSP. Cuando la anterior concesión entró en crisis debido al estallido del escándalo de Odebrecht, a la que se acusa de haber obtenido numerosos contratos en la región a cambio de comisiones a políticos, el Gobierno peruano buscó compradores para que se hicieran con el paquete que la empresa brasileña poseía en el consorcio, del que también formaba parte la española Enagás.

Operación frustrada

Entre los posibles interesados en adquirir parte del 55% del consorcio que estaba en manos de Odebrecht se encontraba Ferrovial aunque, en este caso, el interés no se hizo oficial.

Fuentes del sector apuntan que Ferrovial llegó a estudiar la operación aunque finalmente la descartó. Con Brookfield hubo algo más. El Gobierno de Kuczynski llegó a anunciar un principio de acuerdo para que el fondo comprara la participación de Odebrecht. Sin embargo, la operación no llegó a concretarse. Antes de que pudiera cerrarse venció el plazo contemplado en el contrato de concesión para el cierre de la financiación, que no pudo completarse porque los bancos cerraron el grifo debido a la presencia del grupo brasileño en el consorcio.

De esta forma, el Ejecutivo peruano tuvo que rescatar la concesión e iniciar un nuevo proceso de licitación de una obra que se considera fundamental para llevar gas a la parte sur del país.

Viejos conocidos y aliados

Ferrovial tiene una estrecha relación con Macquarie, otro de los mencionados por el ministro peruano de Energía para optar al nuevo proyecto del GSP. El australiano, uno de los mayores fondos de infraestructuras del mundo, llegó incluso a ser accionista de Cintra hasta que vendió su participación aprovechando la salida a bolsa de la filial del grupo controlado por la familia Del Pino.

Macquarie ha participado en numerosas concesiones de infraestructuras junto al grupo español, aunque aún es demasiado pronto para empezar a hablar de consorcios y alianzas. Por el momento, el Gobierno peruano debe diseñar la licitación e introducir algunos cambios en relación con el proyecto original, que procede de la etapa de Ollanta Humala como jefe del Ejecutivo.

También está por ver si la concesión del GSP al consorcio que lideró Odebrecht está relacionada con las comisiones que el grupo brasileño pagó en Perú.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.