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La quiebra de Orizonia pasa tres años después una factura a Barceló de 60 millones

Imagen de archivo de las protestas de los trabajadores de Orizonia en 2013.

Los administradores designados por el juez en el concurso de Orizonia reclaman 60 millones de euros al grupo turístico Barceló. En un escrito enviado recientemente al juzgado mercantil número uno de Palma de Mallorca sostienen que Barceló adquirió sin prácticamente coste alguno tres aviones y 152 agencias a Orizonia poco antes de que esta compañía fuera declarada en concurso de acreedores.

En marzo de 2013 las 21 empresas que conformaban el grupo Orizonia, con 5.000 empleados, se declararon en concurso de acreedores con 2.085 millones de deuda, una de las mayores quiebras empresariales ocurridas en España, la mayor del sector turístico. Poco antes de la declaración del concurso, Barceló y Globalia tantearon la compra de Orizonia, propiedad de la sociedad estadounidense de capital riesgo Carlyle, sin llegar a un acuerdo. En mayo de 2014 Orizonia entró en liquidación.

Los administradores concursales han presentado ahora una acción rescisoria en la que explican que en febrero de 2013 Orizonia traspasó a Barceló Viajes el negocio aéreo en Portugal de la aerolínea Orbest (un Airbus A-330 y dos A-320), y parte de su negocio minorista (152 establecimientos de la agencia de viajes Vibo, con una plantilla de 1.000 empleados), sin apenas contraprestación, un mes antes de que Orizonia fuera declarada en concurso.

Barceló ganó 100 millones en 2015, más del doble del beneficio de 2014

El informe pericial presentado por la administración concursal al juez valora en 47,2 millones de euros los tres aviones, y en 12,4 millones el negocio minorista. Los administradores concursales reclaman a Barceló dichas cantidades, en total 59,6 millones, por entender que ese debía haber sido el precio razonable que tenía que haber pagado. Los términos en los que se acordó la operación entre Barceló y Orizonia, sostienen los administradores concursales, se rebelan ahora como perjudiciales para los acreedores de la empresa quebrada.

Barceló se opone a la reclamación de la administración concursal de Orizonia. Fuentes de la compañía defienden que se adquirió el negocio aéreo y minorista de su competidor asumiendo la deuda, y que en la decisión de llevar a cabo la operación pesó el deseo de “mantener el empleo a más de 1.000 empleos”.

El grupo con sede en Palma de Mallorca cuenta con 100 hoteles en 19 países y 658 agencias de viajes en 22 países. Barceló terminó el ejercicio 2015 con una cifra de negocio de 2.480,2 millones de euros, un 20,6% más que en 2014, un beneficio de 100 millones (más del doble de lo ganado un año antes), y una deuda bancaria total de 963,4 millones. La compañía fundada en 1931, que emplea a 23.748 personas, está controlada por la tercera generación de la familia Barceló, y copresidida por Simón Barceló Tous y Simón Barceló Vadell.

En julio de 2015 Barceló completó la compra del 100% de Occidental Hoteles por 174 millones de euros (11 establecimientos hoteleros en República Dominicana, México, Costa Rica y Aruba). A finales del pasado año traspasó a la socimi BAY, controlada por Hispania y en la que Barceló posee el 24% del capital, 16 hoteles y dos centros comerciales, de acuerdo a las cuentas de 2015, auditadas por KPMG y firmadas el pasado 7 de abril.

Juicio al gran capital riesgo

El juez a cargo del concurso de Orizonia determinará próximamente fecha para la vista, previsiblemente antes de verano, en la que se tratará la calificación del concurso del que fuera el mayor grupo turístico español. La administración concursal solicita la declaración de concurso culpable, y reclama una indemnización de 159 millones de euros a Carlyle. En el fondo, lo que juzgará el magistrado de Palma de Mallorca será la operativa de las grandes sociedades de capital riesgo.

La sociedad estadounidense de capital riesgo Carlyle creó el grupo Orizonia tras la adquisición en 2006 de Iberostar, por 843,8 millones de euros. Los administradores concursales sostienen que la principal razón por la que quebró Orizonia fue porque no pudo sostener la actividad con la elevada deuda que mantenía, procedente de la compra por parte de Carlyle de Iberostar. La firma de inversión aportó menos del 19% del coste de adquisición, el resto del dinero lo prestaron entidades financieras, entre ellas Goldman Sachs, Societe Generale, y Caja Madrid.

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