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El imperio Nozar llega a su fin: el juez rechaza el convenio y el grupo se ve abocado a la liquidación

Tras más de siete años en concurso de acreedores Nozar se asoma a su liquidación. El juez del concurso de la compañía de la familia Nozaleda ha rechazado en una sentencia comunicada esta semana la propuesta de convenio presentada por el grupo, la misma que admitió a trámite el pasado mes de junio y que motivó entre directivos, abogados y miembros de la familia esperanzas de superar el concurso. La situación económica de la empresa hace prácticamente inviable que prospere su anhelo de evitar la situación concursal.

El grupo era dueño de Panticosa, Boi Taull, accionista de Flex, de Colonial o Astroc

Ahora la empresa podría recurrir dicha sentencia, que si no fuera admitida por el magistrado Andrés Sánchez Magro, del mercantil número dos de Madrid, supondría la apertura de la fase de liquidación. El escrito del juez rechazando la propuesta del convenio es "demoledor", de acuerdo a fuentes consultadas por Vozpópuli, lo que hace improbable que prosperara un recurso. Además, en un auto, el magistrado desestima la solicitud formulada por la compañía de separación de la administración concursal.

El grupo Nozar, creado en 1981, fue una de las grandes inmobiliarias del boom, con miles de viviendas construidas en España y accionista de dos de las empresas más representativas de la época, Colonial, cuando estaba presidida por Luis Portillo, y Astroc, cuando estaba controlada por Enrique Bañuelos (Juan Carlos Nozaleda llegó a sustituir a Bañuelos como presidente de la inmobiliaria). Los Nozaleda eran propietarios de un imperio empresarial que sobrepasaba el negocio del ladrillo, pero la crisis económica, el estallido de la burbuja inmobiliaria y las deudas contraídas llevaron a la familia de origen mexicano afincada en España a perder gran parte de su fortuna.

En 2006 la compañía gestionaba activos inmobiliarios valorados en 2.780 millones de euros y un año antes había alcanzado una facturación de 575,6 millones. Nozar estaba presente en el sector alimentario (propietario por ejemplo de la bodega Enate, de Qualia Lácteos -con Quesos El Valle-); en el turístico (dueño de complejos como los balnearios de Panticosa o Boi Taull); accionista del grupo de colchones Flex, de Galerías Primero; además de contar con valiosas obras de arte. La delicadeza con la que la familia Nozaleda trató sus inversiones en arte o alimentación no fue suficiente para mantener a salvo sus negocios inmobiliarios. "Si compraban una empresa de jamones, contrataban al mejor cortador de jamón del mundo", dicen fuentes cercanas a los empresarios. "Crearon una potente pinacoteca en Enate y con las imágenes de los cuadros ilustraban las botellas de sus vinos, contrataban a los mejores enólogos; tienen un gusto exquisito, para Panticosa ficharon al cocinero Subijana, y para rehabilitar el hotel de Panticosa contrataron a Moneo", recuerdan. "No eran inversores a corto plazo, para nada, pero se metieron de lleno en el mercado inmobiliario en el peor momento", comentan.

Nozar emplea en la actualidad a 13 personas

Nozar, con un pasivo en la actualidad superior a los 1.500 millones de euros, fue declarado en concurso voluntario en 2009; en 2010 la Audiencia Provincial de Madrid instó al juez a declarar el concurso como necesario, y el magistrado retrasó la fecha de declaración del concurso, como necesario, a 2008. Tras años de negociaciones con los acreedores y los administradores concursales, la compañía logró el pasado año presentar una propuesta de convenio con adhesiones que representaban más del 75% de los acreedores, abriendo la puerta a una posible salida de la situación concursal en la que se encontraba.

Los principales bancos españoles acreedores, y también la administración concursal, se opusieron a la posibilidad de que prosperara la propuesta de Nozar. El magistrado da la razón prácticamente a todos los argumentos esgrimidos por Banco Popular, Santander, BBVA, y Caixabank para rebatir el convenio en la sentencia comunicada recientemente, en la que da respuesta a demanda incidental presentada por los bancos.

Las entidades financieras advertían que el convenio basaba gran parte de su éxito en la esperanza de que los tribunales dieran la razón en el futuro a la compañía sobre reclamaciones de rescisión de créditos por más de 300 millones de euros. Y no veían sentido en la pretensión de la empresa de proponer a los acreedores quitas del 75% y esperas para cobrar de 15 años, límites que exceden los permitidos por la Ley Concursal salvo en el caso de que se trate de empresas cuya actividad pueda tener especial trascendencia para la economía española.

El juez explica en su sentencia que, tal y como indicó la administración concursal en su informe de evaluación de convenio, Nozar en la actualidad emplea a 13 personas, que en los últimos años ha vendido algunas viviendas sin obtener beneficio, y que alquila un local en la calle Serrano de Madrid. De esta forma, el grupo no puede beneficiarse de la excepción contemplada por la Ley Concursal en su artículo 100.
El hecho de que Nozar base gran parte del pago a sus acreedores en la posibilidad de que en el futuro los tribunales le dieran la razón sobre rescisiones de crédito valorados en 300 millones de euros, presenta, dice el juez, un "aspecto fantasmal, quimérico" sin conexión con la realidad económica y jurídica. El magistrado resume la propuesta como una peculiar "singularidad diacrónica", un convenio cuyo cumplimiento descansa en que "todo cambie después para poder cumplir ahora", informan las fuentes consultadas.

La compañía presentó una querella asegurando que los administradores habían incurrido en actuaciones delictivas

El juez desestima la separación de los administradores

El pasado mes de noviembre Nozar acudió a los tribunales para querellarse contra los administradores concursales nombrados por el juez, Cristina Jiménez Savurido y Luis Aurelio Martín Bernardo, y solicitar la separación de los profesionales de la administración concursal.

La compañía presentó una querella en el juzgado de instrucción número 46 de Madrid asegurando que los administradores habían incurrido en actuaciones delictivas; y en el mercantil número dos requirieron formalmente la separación de ambos. En su petición al mercantil la empresa aludía a una "hostilidad evidente" entre los profesionales concursales y la sociedad, y afirmaban que los administradores concursales habían realizado una serie de actuaciones con el objeto de frustrar el convenio de acreedores y llevar a la empresa a la liquidación.

En un auto comunicado esta semana el juez del mercantil desestima la solicitud del grupo, advirtiendo que ya en 2013 Nozar trató de lograr la medida y que ahora carecería de fundamento una resolución distinta a aquélla. El magistrado señala que referirse a supuestas hostilidades supone desvirtuar la función que los administradores desempeñan.

El desestimiento a la pretensión de Nozar en el mercantil, comentan fuentes jurídicas, podría tener implicaciones en la resolución que tome el juez de Plaza Castilla donde fue presentada la querella contra los administradores concursales.

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