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Los ministros florero de la comisión del rescate bancario

Elena Salgado (izquierda), exvicepresidenta del Gobierno con Zapatero, junto a Ana Oramás, de Coalición Canaria.

Cuando pase el tiempo se podrá valorar lo que ha conseguido la Comisión de Investigación de la crisis financiera: tener durante tres días seguidos a los máximos responsables de la economía española en las últimas dos décadas, Rodrigo Rato (1996-2004), Pedro Solbes (2004-09) y Elena Salgado (2009-11). Y el próximo martes completará el cartel Luis de Guindos, ministro de Economía desde diciembre de 2011.

Sin embargo, el resultado deja mucho que desear. Reproches cruzados, excusas, mentiras y mucha media verdad han completado las jornadas maratonianas vividas en el Congreso de los Diputados entre el martes y el jueves.

Ninguno de los custodios de la cartera de Economía tuvo responsabilidad de la creación de la burbuja inmobiliaria, ni pudo pincharla. Ninguno pudo hacer más para rebajar el coste del rescate bancario. Y ninguno tuvo competencias para frenar la crisis de las preferentes que tanto daño hizo a cientos de miles de ahorradores.

El único atisbo de autocrítica fue el asumido por Solbes, al reconocer que su Gobierno se equivocó al dibujar el panorama macro de 2009 y 2010 -después del famoso debate frente a Manuel Pizarro en el que negó la crisis- y al asumir que a él y a Zapatero les "faltó valentía" para ser más austeros y reformar las cajas de ahorros. A toro pasado es más fácil asumir errores de este tipo, sobre todo para un exvicepresidente conocido por sus diferencias con su jefe que le llevaron a salir antes de tiempo.

El maquinista cobarde

La mayor paradoja de la comparecencia de Solbes es que admitió que durante su mandato acabó de formarse la burbuja inmobiliaria -"el tren cogió algo más de velocidad", según sus palabras-, pero sus advertencias "cayeron en saco roto". Usando su ejemplo, Solbes era el maquinista que veía como su tren se dirigía a un terrible y mortífero accidente, y en lugar de frenarlo o avisar al pasaje, salta a la cuneta.

No mucho mejores fueron las excusas de Rato, para quien -resumiendo- dejó en 2004 la economía española en perfecto estado de revista. Salvo, como mucho -matizó- un ligero calentamiento inmobiliario. Lo mismo respecto a Bankia. Para el expresidente, el banco nacionalizado estaba perfectamente dirigido y con el futuro asegurado hasta que llegó Guindos. De no ser por la intervención del actual ministro, Bankia no hubiera necesitado 19.000 millones y España ningún rescate.

Salgado negó algo que es un secreto a voces dentro del Ibex 35 y que incluso atestiguan documentos judiciales

Caso aparte merece Salgado. Consideraciones económicas aparte -se considera la salvadora de España de las garras del rescate-, su momento estelar llegó al negar llamadas para que las grandes empresas acudieran a la salida a bolsa de Bankia. La exvicepresidenta se escuda en que es algo que ningún presidente del Ibex va a contradecirla porque le provocaría problemas legales, al invertir dinero de la empresa en contra de su interés. Pero incluso hay documentación judicial -en el caso de Iberdrola- que refleja que recibió una "petición expresa del Gobierno" para invertir en la salida a bolsa. Más claro agua.

Haciendo balance, ¿de qué vale tener responsables económicos si cuando llega la hora de la verdad no se responsabilizan de los problemas importantes? ¿Y de qué vale tener una Comisión de Investigación en la que cada uno da las excusas que más le interesa? Y lo que es peor, sin importar el problema de fondo: aprender las lecciones para que no se vuelva a repetir la peor crisis en décadas. Por lo menos para una cosa servirá esta Comisión: que los responsables de la crisis se retraten.

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