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Campaña del Gobierno contra Francia por su boicot a la interconexión eléctrica con España

El presidente francés, François Hollande, y su ministro de Exteriores, Laurent Fabius, con Rajoy en Madrid.

Francia no quiere que la electricidad y el gas provenientes de España compitan con su energía en los mercados europeos. Así ha sido desde hace años y así sigue siendo. Los excedentes energéticos españoles llegan a Francia con cuentagotas por mor del embudo que sigue suponiendo la interconexión de las redes con el país vecino, por el que sólo pasa el 1,2% de toda la electricidad que podría exportar España.

La negativa de Francia a desatascar este embudo se volvió a repetir la semana pasada en el marco del Consejo de Medio Ambiente y Energía de la Unión Europea y ahora el Gobierno español ha pasado al ataque. Según las fuentes consultadas, desde Moncloa se ha diseñado una estrategia para, por un lado, presionar a Francia para que dé su brazo a torcer, y por otro, para que la Comisión apueste más decididamente por ampliar y mejorar la interconexión desde la Península Ibérica, lo que permitirá reducir la dependencia energética de Europa con Rusia.

Ha abierto la veda el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que estos días ha pedido que se aceleren los proyectos y las obras para terminar los 60 kilómetros que quedan para cerrar la interconexión con el país vecino. "La interconexión con Francia lleva muchos años en el cajón, y en el cajón de al lado está el tema del desarrollo energético de los países del norte de África", ha lamentado el ministro, que considera que estas dos inversiones mitigarán la excesiva dependencia de Rusia, justo cuando su presidente, Vladimir Putin, ha decidido cortar el envío de gas a Ucrania.

Francia sostiene que hay suficiente interconexión con España y se niega a cumplir los objetivos que quiere imponer Bruselas de forma obligatoria

España y el norte de África (en especial el plan solar Mediterráneo) son dos alternativas a desarrollar para que Europa no dependa tanto de la ex república soviética. Pero para que eso ocurra, el Gobierno de François Hollande tiene que ceder ante las pretensiones de Bruselas de elevar al 15% el objetivo de interconexión sobre toda la capacidad instalada en la Unión Europea hasta 2030.

Dentro de este objetivo se enmarcan 33 proyectos prioritarios, entre los que se encuentran el gasoducto Midcat que enlaza Cataluña con Francia y la ampliación de la raquítica interconexión eléctrica con el país vecino.

Pero el Ejecutivo de Hollande ha rechazado que se fijen objetivos obligatorios de interconexión en la UE porque hay que tener en cuenta las diferencias entre el gas y la electricidad, los costes de los proyectos y las diferentes zonas del Viejo Continente.

La entrada de gas y electricidad en Europa proveniente de España y del norte de África reduciría la excesiva dependencia de Rusia

Sin embargo, fuentes cercanas al Gobierno español consideran que el boicot de Francia a los planes comunitarios persigue seguir manteniendo a España como a una "isla eléctrica", que no puede exportar a Europa su energía excedente.

El Gobierno galo insiste en que "hay que dejar de decir que España y Francia no están conectadas", ya que a principios de 2015 se inaugurará la nueva línea de alta tensión entre los dos países que duplicará la capacidad de interconexión de 1.400 a 2.800 megavatios.

Con la situación actual, Francia tiene la llave para exportar a Alemania y al resto de Centroeuropa toda su energía excedentaria en épocas como la actual, de moderada demanda, mientras que en pleno invierno, gracias al gran parque nuclear con que cuenta (el 70% de su energía es de origen atómico), puede afrontar sin energía externa todas sus necesidades.

Lo idóneo para España y para dar más estabilidad al consumo en Centroeuropa es que la capacidad de interconexión con Francia se elevara a 10.000 MW, frente a los 1.400 actuales

El vecino del norte no necesita, para nada, la energía proveniente de más abajo de los Pirineos y usa la suya como un instrumento de control estratégico hacia Europa y frente a los vaivenes provocados por las tensiones entre Rusia y Ucrania.

En la línea crítica de Margallo se manifestó ayer Alberto Nadal, secretario de Estado de Energía, que fijó en entre 8.000 y 10.000 megavatios efectivos la interconexión mínima necesaria con Francia, proyecto que tendría un coste aproximado de entre 5.000 y 6.000 millones de euros, pero que ahorrarían unos 2.500 millones a España.

Europa necesita un mercado integrado, estable y eficiente, pero no fragmentado como el actual, añadió Nadal en Santander. 

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