Publicado: 10/03/2016 16:17
La fama de tacaño y ahorrador persigue desde hace años a Ingvar Kamprad, el multimillonario fundador de Ikea. A pesar de que Forbes le situase en 2006 como el cuarto hombre más rico del mundo, el empresario compra su ropa en tiendas de segunda mano para ahorrar dinero, según cuenta él mismo en un documental de un canal sueco de televisión. "Creo que toda mi ropa la he comprado desde siempre en mercados de segunda mano. Quiero dar un buen ejemplo", asegura este hombre a sus casi noventa años.
En la década de los setenta, Kamprad desplazó la estructura de Ikea a la vecina Dinamarca para pagar menos impuestos
Kamprad defiende que este carácter austero, característico de la región agrícola en la que nació, es uno de los factores que contribuyeron a levantar el imperio de la marca de muebles, caracterizada por la sobriedad y la filosofía del "hazlo tú mismo". Tampoco utiliza un lujoso coche último modelo para desplazarse, sino que emplea su viejo Volvo 240 gl de más de 20 años de antigüedad. A pesar de que su fortuna está estimada en cerca de 65.000 millones de euros, los testimonios recogidos en el documental al que ha tenido acceso el diario de negocios Dagens Industri aseguran que compra los yogures cuando están a punto de caducar.
En la década de los setenta, Kamprad desplazó la estructura de Ikea a la vecina Dinamarca para pagar menos impuestos. Y, posteriormente, se fue a vivir a Suiza. Desde 2014 sus hijos controlan la firma y el magnate sueco ha decidido regresar desde Lausana a su tierra natal. Pero su carácter tacaño ya copó titulares cuando reveló el disgusto que se llevó al descubrir que un corte de pelo en Holanda le había costado 22 euros. Desde entonces intenta cortarse el pelo cuando está en un país en vías de desarrollo. "La última vez fue en Vietnam”, explicaba.
La historia de IKEA
Kamprad nació en 1926 y su primera infancia la pasó en una granja. A sus 17 años, fundó la cadena de muebles con el dinero que le entregó su padre por sus buenas notas. Rápidamente vio el negocio de comprar objetos al por mayor para venderlos posteriormente a un precio competitivo. Comenzó primero vendiendo cerillas a sus vecinos y después empezó a comerciar con semillas, postales, adornos navideños, bolígrafos y plumas estilográficas.
Cuando tenía 19 años hizo el primer anuncio de la empresa y a los 22 años incluyó los muebles. Con 25 años editó el primer catálogo y en 1953 organizó la primera exposición de productos, que generó un gran revuelo entre sus competidores suecos. En 1956 se diseñaron los productos con formato específico para poder montarlos en casa y ser transportados en cajas planas. Dos años después abrió la primera tienda en Suecia y en 1960 el primer restaurante. A partir de entonces comienza su expansión por Europa y, a mediados de los ochenta, da el salto a EE.UU.
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