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El Ibex catalán espera señales de Estremera antes de la deslocalización

Entrada de la bolsa de Barcelona

Tras el inesperado susto del jueves, los ojos del Ibex catalán están en Estremera (Madrid), no en Barcelona. El preso Oriol Junqueras es visto como la última esperanza para que los partidos independentistas recuperen parte del 'seny' catalán y busquen una salida negociada con el Gobierno español. De lo contrario, pocas compañías quieren estar en Cataluña para ver cuáles serán las consecuencias.

"Si eres un empresario y resulta que ganan con mayoría absoluta los que te quieren sacar de Europa... ¿Qué haces? Si eres una pyme con una tiendecita te aguantas. Si eres una mediana o gran empresa, de entrada llevas las nuevas inversiones fuera y te planteas deslocalizar", señala un señalado directivo catalán. 

Los planes de contingencia están sobre la mesa. Pero los empresarios catalanes todavía quieren agotar todas sus balas antes de tomar medidas dolorosas. El plan central del Ibex catalán era una victoria de Inés Arrimadas, de Ciudadanos, con posibilidades de Gobierno. Descartada esta opción, el plan B pasa por un gobierno en coalición de Junts per Catalunya y Esquerra Republicana, sin la CUP y que renuncie a la unilateralidad. Todo lo que no sea eso activará los planes de deslocalización de las empresas. 

La apuesta del Ibex

En este escenario, es donde todas las miradas se fijan en Estremera, la prisión donde pasa sus días Junqueras desde hace dos meses. El empresariado catalán da por imposible al "mesiánico" Carles Puigdemont y ven en el líder de ERC el único posible elemento estabilizador de esta crisis.

Refuerzan esta teoría las últimas palabras pronunciadas por Puigdemont en el discurso de su victoria moral, cuando dijo que "Rajoy, el Ibex, el entorno mediático y Europa deben tomar nota".

 Oriol Junqueras acercándose a la Audiencia Nacional

La jugada que está proyectando el Ibex catalán no es sencilla y requiere de varias carambolas: que Puigdemont y Junqueras se pongan de acuerdo en poner un Gobierno independentista pero que renuncie a la unilateralidad; que la CUP no entre en el Gobierno; y que En Comú Podem o el PSC se abstengan para facilitar la investidura. Esta jugada daría la ansiada estabilidad a las empresas catalanas.

La situación no invita al optimismo. "Frente al 'seny' [sensatez], en Cataluña vivimos una fase de 'rauxa' [arrebato]. La gente ha votado por dignidad. Y no se dan cuenta, o no se quieren dar cuenta, de que esa dignidad va a hacer que sus pisos valgan la mitad", apunta otro empresario.

Los empresarios esperan un pacto de los perdedores de las elecciones, PP y PSOE, para reformar la Constitución y atajar esta crisis  

Desde las compañías son conscientes de que resolver este rompecabezas no es fácil, por lo que se espera que den unas semanas antes de tomar medidas de deslocalización. Pero la amenaza está sobre la mesa. Y es real.

También hay críticas hacia Moncloa por no haber sabido gestionar la crisis y "por no hacer política". Por ello esperan que "los perdedores de la crisis", PP y PSC, tomen medidas en Madrid para atajar la crisis, lo "que pasaría por una reforma de la Constitución". "No se puede aplicar el 155 eternamente, tienen que hacer algo", añaden fuentes financieras.

Por el camino, ya han salido más de 3.100 empresas de Cataluña, con sedes fiscales incluidas, y cada vez más señales macro y previsiones apuntan a un frenazo económico en Cataluña con efectos en toda España. Algo que ira más o se detendrá en función de quién gane. El 'seny' o la 'rauxa'.

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