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Iberdrola y Endesa no llegan a acuerdo sobre el futuro de Garoña

La central nuclear burgalesa

Nuclenor, empresa titular de la central nuclear de Garoña (Burgos) y participada al 50% por Endesa e Iberdrola, no desistirá de la solicitud que hizo hace tres años para renovar la autorización para su explotación al no llegar a un acuerdo los dos socios, que tampoco lo han alcanzado para presentar alegaciones.

Según han informado hoy a Efe fuentes empresariales, la junta general de Nuclenor se reunió ayer para, entre otros asuntos, someter a votación la propuesta de Iberdrola Generación Nuclear de desistir ante el Ministerio de Energía en la solicitud de autorización de reapertura de la central, de acuerdo con un escrito encargado por Nuclenor a un despacho de abogados que analizaba, entre otras cuestiones, su viabilidad económica.

Iberdrola alegó que si no desisten en la solicitud de la autorización de explotación de forma inmediata hay el riesgo de que el Ministerio tome la decisión de otorgarle a Nuclenor la autorización para reanudar la actividad en la planta burgalesa, para lo cual tiene de plazo hasta el 8 de agosto, y que los propietarios de la planta se vean obligados a hacer las inversiones necesarias para volver a ponerla en marcha y explotarla, pese a no ser viable económicamente.

Por eso, planteó que el desestimiento en la solicitud es la única alternativa que hay y la mejor forma de defender el interés social de Nuclenor. Endesa Generación se opuso en la junta a desistir de forma inmediata y planteó presentar alegaciones, para lo que hay de plazo hasta hoy, pidiendo una serie de condiciones para que fuera viable, ya que de no hacerlo se iría contra el valor patrimonial de la compañía, pues el Ministerio podría otorgar el permiso sin ninguna condición por parte de las empresas, al no presentar alegaciones.

La postura de Endesa era la de que se presentaran unas alegaciones que incluyeran una serie de condiciones para que los propietarios pudieran seguir explotando la central y en caso de que no se aceptaran, desistir.

Sin embargo, Iberdrola sostiene que no hay otra alternativa al desistimiento, pues una posterior renuncia a la autorización no es viable jurídicamente y con ello se mantiene el riesgo de que el Ministerio renueve la autorización, a pesar de que la central sea inviable económicamente, como viene manteniendo esta compañía.

El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ya dijo en marzo en la junta de accionistas de su compañía que es "inviable" reanudar la producción en la central nuclear de Garoña y pidió a Endesa que desistiera en la solicitud de permiso para retomar la actividad.

El pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) había ya aprobado, el pasado 8 de febrero, un dictamen favorable a la reapertura de la central burgalesa, pero siempre y cuando Nuclenor cumpliera con las inversiones en seguridad que se le exigen.

El Ministerio de Energía abrió este mes el plazo para presentar alegaciones antes de decidir si concede o no la autorización de explotación para que la planta, cuya actividad está parada desde diciembre de 2012, vuelva a funcionar. 

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