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ACS, en evidencia: en abril dijo al mercado que no vendería más ‘iberdrolas’

Pocas horas después de que ACS colocara en el mercado el 3,7% de Iberdrola, una operación realizada a mediados de abril, la compañía explicó la operación a los analistas, a los que trasladó dos mensajes: primero, que la inversión en la compañía eléctrica seguía siendo estratégica; y segundo, que a corto plazo no pondría en el mercado más títulos de la empresa que preside Ignacio Galán.

Sin embargo, el tiempo no ha tardado en dejar en evidencia al grupo constructor. Como en aquella ocasión, la presión de la banca acreedora ha obligado a mover ficha a ACS, con una refinanciación que le ha costado perder los derechos políticos sobre otro 8,25% del capital de Iberdrola que estaba en sus manos y que fue a parar a Société Générale, el banco que le facilitó el crédito de 1.600 millones de euros con el que canceló un sindicado de algo más de 2.050 millones.

Y apenas 72 horas hábiles ha necesitado la entidad gala para colocar en el mercado algo más de un 5% de Iberdrola, prestadas por ACS en la operación, con lo que la participación efectiva de la constructora en Iberdrola se ha quedado levemente por encima del 6%.

Es decir, que 90 días después de que la compañía lanzara un mensaje a los inversores, éste ha saltado literalmente por los aires, algo que el mercado no está dispuesto a pasar por alto. La credibilidad de ACS ha quedado en entredicho y los inversores han castigado con fuerza a la compañía que preside Florentino Pérez.

Un mayor castigo en bolsa

Desde que se efectuó su primera salida de Iberdrola, ACS se ha dejado en bolsa un 32%, un rendimiento mucho más negativo que el mostrado por el Ibex-35 en este periodo, en el que ha bajado un 15%. Además, la trayectoria bursátil de la constructora se ha desmarcado en este tiempo de la de Iberdrola, a la que estaba ligada por el hecho de ser su principal inversor. En este mismo periodo, la eléctrica se ha dejado algo más de un 20%. Hasta hace poco incluso era Iberdrola la que estaba más castigada en el mercado que ACS.

En ambas ocasiones, ACS ha tenido que mover ficha por la presión de la banca acreedora y no por voluntad propia. Hace apenas un año, los planes de Florentino Pérez pasaban incluso por incrementar la inversión en Iberdrola y alcanzar hasta el 30% del capital. Pero los últimos doces meses se han hecho especialmente largos.

Durante la última semana, intensa en la bolsa, con significativos paquetes de acciones de Iberdrola moviéndose entre inversores, el mercado ha podido comprobar como el mensaje de ACS tras el primer movimiento quedaba en papel mojado. 

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