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Díaz Ferrán saqueó 1,15 M de euros de Marsans en sólo 20 días con 13 cheques 'sospechosos'

Imagen de archivo de Gerardo Díaz Ferrán.

Irregularidades hasta el último día. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, ha incorporado al sumario de la Operación Crucero el informe que los tres administradores concursales del Grupo Marsans remitieron al Juzgado de los Mercantil número 12 de Madrid que gestionaba la suspensión de pago de la empresa de viajes. En dicho documento se denunciaban las supuestas irregularidades cometidas tanto por Gerardo Díaz Ferrán y su socio, el fallecido Gonzalo Pascual, como la empresa Posibilitumm Business, de los liquidadores Ángel de Cabo y Iván Manuel Losada. Entre estas, destacaba que "días antes de la declaración de concurso" se sacaron de la tesorería de la empresa 1.149.766, 74 euros mediante la emisión de trece cheques cuyo "fin o destinatario es poco claro o desconocido".

El 18 de junio de 2010, Marsans emitió siete cheques de 100.000 euros cada uno, tres de los cuales tenían destinatario "desconocido"

El informe detalla que todos los cheques fueron cargados contra la cuenta que la empresa tenía en el Banco Santander y que las primeras disposiciones se produjeron el 9 de junio de 2010. Ese día, se pagaron cuatro cheques, todos ellos a favor de Naviera Grimaldi, la empresa que instó el concurso de acreedores. En concreto, los cheques fueron de 250.000 euros, 74.735,45 euros, 17.400 euros y 2.346,42 euros. En total 344.481,47 euros. Mucho más sospechosos fueron los cheques emitidos ocho días después, cuando el ex presidente de la CEOE y su socio habían abandonado formalmente la administración del grupo y había sido sustituidos por el hombre de confianza de De Cabo, Iván Manuel Losada. Ese 18 de junio, Marsans emitió siete cheques de 100.000 euros cada uno, de los cuales tres no tenían destinatario conocido.

En otro, lo era un ambiguo "personal adjunto a la presidencia de la empresa". Uno más se registró como "pago fianza local calle Serrano". Los dos últimos, iban dirigido a una de las empresas clave de la trama de los liquidardores, Szendia Asociados 21 SL, para una supuesta "provisión de fondos del concurso de acreedores". Sobre estos dos cheques, los administradores destacaban que no se había emitido factura. En su auto de ayer, el juez Velasco destacaba que esta mercantil fue la utilizada por la trama de Díaz Ferrán y De Cabo para "canalizar" 33,8 millones de doláres abonados por Airbus a una sociedad irlandesa del Grupo Marsans. De este dinero, 4,9 millones de euros acabaron en una cuenta en Suiza del propio De Cabo.

Salarios sin pagar

La siguiente disposición sospechosa, también por 100.000 euros, tuvo fecha de 21 de junio. Ese día supuestamente se realizó "la normalización del pago del aval de la IATA", la asociación internacional de transporte aéreo. Sin embargo, los administradores concursales reflejaron en su informe sus dudas sobre el verdadero destino final del mismo. Igual ocurrió con el último cheque de la lista: una disposición de 5.274,87 euros cuyo destino fue, de nuevo, "desconocido".

Los administradores concursales descubrieron varias cajas fuertes en las oficinas centrales de Marsans que sólo conservaban 200 euros

Sin embargo, no fueron estos cheques los único movimientos sospechosos de dinero que detectaron los administradores al fiscalizar las cuentas de la empresa. Además, descubrieron que "en los últimos meses anteriores a la declaración de los concursos, el Grupo Marsans utilizó la sociedad Marsans Shopping como receptora de los fondos que todavía existían para evitar embargos. Así se procedió a traspasar todos los fondos del resto de compañías del grupo a esta sociedad", se puede leer en el texto. En el mes de junio de ese año, justo cuando los trabajadores dejaron de percibir sus salarios, se produjo la salida del efectivo de las cuentas de esta empresa sin que se sepa cuál fue su destino final.

También llamó la atención de los administradores las cajas fuertes que se encontraron en las oficinas centrales de la compañía, situadas en el número 2 de la calle Mahoría, de Madrid. Cuando se iba a producir el deshaucio de las mismas el 19 de octubre de 2010 por falta de pago, los administradores consiguieron retrasar el mismo un mes para poder proceder a la apertura de las mismas. Sin embargo, cuando finalmente accedieron a su contenido descubrieron que también habían sido literalmente saqueadas: había menos de 200 euros y documentos "de escaso interés para el concurso". Un saqueo que afectó también a otros bienes como el material informático.  

Seis fichajes con salarios "extremadamente altos"

Los administradores concursales también destacan que tras la compra de la compañía por parte de Posibilitumm, la empresa de De Cabo, se había contratado personal al que se les había asignado "salarios extremadamente altos teniendo en cuenta la situación" de la compañía. Sólo en seis nóminas, el gasto era de 1,5 millones de euros brutos anuales. Entre ellas destacaba la del propio Iván Manuel Losada, la mano derecha de De Cabo y también detenido en la Operación Crucero, quien se había asignado un salario anual bruto de 500.000 euros más un incentivo del 5% sobre el total de beneficios. Los otros 'fichajes' no le iban a la zaga: Jesús A.G. iba a tener un salario de 265.831,92 euros brutos anuales; Miguel M.M., de 350.000 euros, Ana Belén D.G., 125.000 euros; Leoncio Jacinto C.M., 136.527,60; y Ignacio A.V., 180.000 euros. Además, en el informe se reflejó  que Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, que hasta la fecha sólo tenían la condición de administradores solidarios, se dieron de alta como trabajadores dos meses antes de la declaración de concurso, por lo que cobraron un finiquito de 20.555, 21 euros cada uno al causar baja en la empresa.

Díaz Ferrán y Pascual se dieron de alta como trabajadores en Marsans meses antes de vender la empresa para cobrar un finiquito por despido

Los administradores criticaron también la evidente desidia de los nuevos propietarios que habían provocado un "agravamiento de la insolvencia" de Marsans. En este sentido, destacan su "pasividad" a la hora de resolver los contratos de arrendamiento de los locales (más de 800 en 47 provincias) a pesar de la nula actividad de la compañía entonces. Según el informe, en los primeros meses del ejercicio 2010-2011 el gasto por este concepto se acercó al millón de euros mensuales. Algo parecido ocurría con la rescisión del contrato con la central de reservas Amadeus, de la que tampoco se utilizaba ya sus servicios. Eso originaba "nada menos que 200.000 euros al mes" de gastos. Incluso en la resolución del ERE para los trabajadores, los liquidadores habían dado muestra de dejadez, ya que pese a que se había declarado el 25 de junio de 2010, ya había pasado un mes sin acuerdo y los propietarios monstraban poca prisa por resolverlo, por lo que la deuda de Marsans se incrementaba cada mes en cerca de 4 millones de euros a causa de los sueldos de sus trabajadores.

Por todo ello, el informe concluye de que "en el caso de que el concurso se califique como culpable los administradores y ex administradores sociales de la concursada podrían llegar a responder de un déficit patrimonial de más de 400 millones de euros. El producto de la venta de los activos de Marsans, que su adminsitración mercantil cuantifica en su plan de liquidación en 12 millones de euros, no será en ningún caso suficiente para cubrir la masa pasiva del concurso", señalaban el documento, para a continuación destacar sus serias dudas también sobre la solvencia de Díaz Ferrán y su socio, así como de la empresa de los liquidadores. De los primeros destacaba entonces que "sus bienes están siendo embargados" y "existe la posibilidad de que éstos devengan insolventes". De Posibilitumm resalta que tiene un objeto social que nada tiene que ver con el mundo de los viejes (comercio de animales domésticos y éxóticos) y que no tiene ni cuentas ni bienes inscritos a su nombre.

La Operación Crucero ha terminado por dar la razón a los administradores concursales. De hecho, el informe se incorporó al sumario al ser incluido como parte de la querella por alzamiento de bienes y blanqueo de dinero presentada en enero por Meliá, Orizonia, AC Hoteles y Pullmantur contra Díz Ferrán y sus socios, y que fue redactada por el despacho de abogados Ashurst. De hecho, algunos de sus datos fueron incluidos ayer por el juez Eloy Velasco en el auto con el que envió a prisión a Díaz Ferrán y De Cabo.

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