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Los ceses en Garoña salpican al Gobierno: la oposición sospecha connivencia con el CSN

Los consejeros del CSN, Cristina Narbona y Fernando Castelló, la vicepresidenta Charo Velasco, y el presidente Fernando Martí.

Crecen las sospechas entre algunos grupos políticos de la oposición de que hay connivencia entre el Gobierno y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para facilitar la reapertura de la central nuclear de Garoña.

El PSOE y Compromís-Equo, entre otros grupos, ven con recelo que solo cinco días después de la aprobación por parte del Consejo de Ministros (21 de febrero) del Real Decreto que permitirá la puesta en marcha de la central, el CSN decidiera fulminar por sorpresa a los dos responsables de este organismo en la planta, como adelantó este diario.

De ahí que el diputado de Compromís-Equo, Joan Baldoví, haya ido un poco más allá de la pura crítica política y ha registrado tres preguntas escritas en la Mesa del Congreso de los Diputados dirigida al Gobierno. El portavoz del grupo de izquierda ecologista pregunta si “¿tenía el Gobierno conocimiento de estos ceses?; ¿cuáles son los motivos que han causado estos ceses repentinos e inesperados?; y ¿están relacionados con el objetivo del Gobierno de forzar la reapertura de la central nuclear de Garoña?”.

Las preguntas, para las que el diputado “solicita respuesta por escrito”, se presentaron el pasado 19 de marzo en el Registro General del Congreso.

Compromís cree que hay algo más detrás del cese de Inmaculada Córdoba, jefa de servicio de Garoña durante casi 20 años y responsable máxima del CSN en la planta, y de Alfredo Mozas, inspector residente.

¿Cuáles son los motivos que han causado estos ceses repentinos e inesperados?, se pregunta el diputado de Compromís-Equo, Joan Baldoví

Fernando Marti, presidente del supervisor nuclear, ya explicó en la Comisión de Industria del Congreso, hace dos semanas, que los ceses se deben al “relevo generacional” y a los cambios que se están produciendo en el CSN para que haya una renovación general.

Y concretamente, en el caso de Mozas, se produjo un “ascenso merecido”, mientras que el relevo de la jefa de servicio se ha producido porque llevaba más de 15 años en el cargo y lo normal en este tipo de puestos es que no estén más de diez años.

Pero desde Compromís se sospecha que lo que quiere Marti es colocar a técnicos afines en Garoña para controlar de forma directa el proceso de reapertura, que se reactivará en cuanto Nuclenor, la empresa controlada por Endesa e Iberdrola que gestiona la central, presente la solicitud de renovación de su licencia.

El proceso de reapuertura de Garoña va a ser muy polémico y algunos grupos políticos creen que el CSN quiere controlar todos los resortes en la dirección de la planta para evitar filtraciones y sorpresas

Ya lo puede hacer, toda vez que el Consejo de Ministros dio luz verde al Real Decreto para la Gestión Responsable y Segura del combustible nuclear gastado y los residuos radiactivos, que traspone a la normativa española una Directiva comunitaria/Euratom de 2011 sobre la materia.

La norma incluye una modificación al Reglamento sobre instalaciones nucleares y radiactivas, de 1999, que permitirá a Nuclenor solicitar la renovación de su licencia, paso previo para que la planta pueda volver a operar.

En el CSN son conscientes de que el proceso va a ser muy polémico y Marti quiere tener plena confianza en las ‘enviados’ del supervisor nuclear a la central.

Desde el PSOE se insiste en que la planta debe proceder a su cese definitivo, porque “ha cumplido un ciclo de vida útil y supone riesgos para la seguridad”.

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