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La CNMV difunde por "error" en su web datos personales del expresidente Felipe González

Felipe González, en un mitín en Gijón.

El expresidente del Gobierno Felipe González ha visto perturbado recientemente su confesado aburrimiento en el consejo de administración de Gas Natural Fenosa por un "error" que ha propiciado que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el regulador bursátil español, difunda varios datos personales del ex líder socialista.

La semana pasada, la página web del organismo que preside la exministra Elvira Rodríguez publicó durante algunas horas diversos datos de González en un documento remitido por el expresidente al regulador para comunicar una venta de acciones y colgado en dicho portal el pasado miércoles.

En concreto, la CNMV publicó una “información complementaria” a esa comunicación, realizada por el expresidente como sujeto obligado a informar de esa venta de títulos. En la citada comunicación, que no debía ponerse a disposición del público, figuraban el DNI de González, un número de teléfono móvil y un correo electrónico de contacto. Un hecho inusual y que afectó, además, al único expresidente del Gobierno que está presente en el consejo de administración de una empresa cotizada en España.

El documento (ver aquí) especificaba que la información contenida en el mismo “no se pondrá a disposición del público” y fue retirado a las pocas horas, según fuentes de Gas Natural. “Se trató de un error y la CNMV lo corrigió”, explican desde la tercera eléctrica española, sin especificar de dónde provino ese error.

Este pudo deberse a que los datos sobre participaciones de los consejeros se envían en un formulario automático que la CNMV sólo revisa a posteriori. “Cuando cientos de personas envían miles de comunicaciones, puede haber errores”, explican desde el regulador.

La información figuraba en el documento en el que informaba de la venta de todas sus acciones en la gasista

Entre los datos contenidos en el documento suprimido figuraban la dirección postal y el correo electrónico de la secretaría de la fundación que lleva el nombre del expresidente, creada hace un año, presidida por él mismo y dedicada al “estudio, la elaboración, recopilación, sistematización y puesta a disposición del archivo documental, bibliográfico, fotográfico, audiovisual y en cualquier otro soporte, de la trayectoria personal, profesional, política e institucional" de González.

Dicha fundación también se dedica al “impulso de actuaciones y proyectos que desarrollen los valores relacionados con la democracia y las libertades, el bienestar material y su distribución, la investigación, desarrollo e innovación y el emprendimiento en el marco de gobernanza global vinculado al nuevo orden mundial”, según rezan los estatutos de la entidad, que tiene en su patronato a personalidades como el diplomático israelí Shlomo Ben Ami, la exministra de Sanidad Ángeles Amador, el sociólogo y exministro de Educación José María Maravall (como vicepresidente), y a la hija de González, María González Romero, como secretaria.

La información difundida figuraba en la notificación en la que González comunicó que había vendido todas sus acciones de Gas Natural. En concreto, el expresidente indicaba que el pasado 18 de junio se había desprendido de 1.902 acciones de la compañía a un precio unitario de 22,8 euros, lo que le permitió ingresar 43.365 euros.

El incidente añade algo de picante a la tediosa labor de González como consejero de Gas Natural y se suma a los chistes que, en privado, dice estar dispuesto a contarle el consejero delegado de esa empresa, Rafael Villaseca, para que no se aburra y siga aportando su valioso know-how a la empresa: “No hay en España otro asesor para Latinoamérica como él. Es el mejor”, dijo recientemente Villaseca en un encuentro privado en el Club de la Energía.

En enero de este año, el expresidente del Gobierno anunció que dejaría el cargo que ocupa desde 2010 como consejero de la compañía cuando termine el periodo para el que fue elegido, porque "es muy aburrido". El mandato como consejero, por el que cobra 126.500 euros anuales, concluyó unos días después de la pasada junta general de accionistas, celebrada en abril, pero no llegó a abordarse su eventual salida y González pudo seguir, aburrido pero bien pagado.

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