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El FROB reconoce que el test de Oliver Wyman se quedó corto: detecta ya tres nuevos peligros

Antonio Carrascosa, director general del FROB.

No sólo preocupa el apocalíptico escenario adverso de Oliver Wyman. Una proyección que aumenta sus opciones de consumarse (en septiembre se cifró apenas en un 1%), según las últimas estimaciones de expertos como Funcas o BBVA Research, en cuanto al aumento del desempleo o caída del PIB. En las últimas semanas, los temores se han acrecentado en el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, según ha podido saber Vozpópuli, ante la aparición de nuevos riesgos quea afectan ya al sector y que quedaron fuera del examen de esta consultora.

La preocupación del FROB se centra en la posible aparición de nuevas necesidades de capital entre las antiguas cajas, especialmente las nacionalizadas, por tres situaciones que o bien no se contemplaron en el test de Oliver Wyman o bien se utilizó una metodología diferente en cada entidad, como sucedió con las participaciones industriales.

El nivel de estrés al que se sometió la cartera industrial de las entidades nacionalizadas, especialmente en Bankia, fue mucho más exigente que en el resto del sector. Incluso, en el caso de algunas entidades, como La Caixa, según apuntan desde el propio FROB, no se efectuó nivel de estrés alguno.

Según fuentes del sector, la razón para esta diferencia de trato es que las entidades nacionalizadas deben vender sus participaciones industriales según las condiciones impuestas por Bruselas para su recapitalización, mientras que La Caixa y el resto de entidades sanas no tienen pensado acometer esas enajenaciones de forma inmediata, por lo que no tienen necesidad de reconocer una pérdida de valor de mercado. Sin embargo, el deterioro económico perjudica a todas las entidades ante la disminución por ingresos de los dividendos provenientes de las empresas participadas, lo que reduce la capacidad de absorción de pérdidas del sector financiero.

A estos riesgos hay que sumar el cada vez más cercano escenario adverso que sólo podría darse en el 1% de los casos, según aseguraba Oliver Wyman en septiembre

Junto a las participaciones industriales, hay otros dos riesgos que preocupan especialmente al FROB. Por una parte, las millonarias indemnizaciones que tendrán que pagar las antiguas cajas por romper los contratos de banca seguros con multinacionales como Aviva o Aegon. En algunos casos, la ruptura se ha producido por la venta de una antigua caja a otro grupo; en otros, por los procesos de fusión que han reducido a un operador único el contrato de banca seguos de los SIP.

Así, Aegon ha recibido 190 millones de Banca Cívica por el fin de su asociación en el negocio de vida, salud y pensiones y exige otros 600 millones a la CAM, proceso que se encuentra actualmente en vías de negociación con el Sabadell. En el caso de Bankia, chocan cinco grupos aseguradores: Mapre, Aviva, Caser, CNP y Groupama. Dos aseguradoras han optado por denunciar sus contratos y reclamar un arbitraje que determine las indemnizaciones que les corresponden. Mientras, Aviva reclama 944 millones a Bancaja.

También Mapfre extendió su pacto con Catalunya Caixa a las cajas de Tarragona y Manresa. Sin embargo, su venta a un tercero (este jueves se cierra la fase de ofertas no vinculantes) provocara, con toda probabilidad, otro nuevo conflicto.

Hasta el momento, Unespa, la patronal del seguro, se mantiene neutral y evita establecer un criterio oficial. Según el primer 'decreto Guindos', todos estos conflictos deben estar resueltos en enero de 2014 con un solo proveedor para el ramo de seguros generales y otro para vida. No da margen para trabajar en base a líneas de producto ni para repartir la red según criterios regionales, algo que se aplica ahora de facto al vender cada aseguradora en las oficinas de su antigua caja socia.

"Vamos a algo desconocido con las entidades nacionalizadas porque sus planes de recapitalización son muy complicados", defiende Carrascosa, director general del FROB

El último riesgo que preocupa al FROB se refiere a los créditos fiscales que tienen apuntados las entidades en función a beneficios futuros. En algunos casos, como apunta el propio Antonio Carrascosa, director general de esta institución, "la realidad de estos activos fiscales es mucho peor de lo que está apuntado". "No sabemos en qué grado afectarán estos tres riesgos al sector en los próximos meses, pero lo cierto es que tendrán su repercusión", admiten desde el FROB. En la misma línea se pronunció Carrascosa el pasado martes ante analistas en un acto en la Bolsa. 

El director general del FROB fue más lejos en sus preocupaciones sobre el devenir del sector financiero español. "No sabemos cómo van a evolucionar las cuentas de resultados de las entidades con los tipos de interés tan bajos y el poco negocio bancario actual. Además, en el caso de las nacionalizadas vamos a algo desconocido porque los planes de recapitalización son muy complicados", aseguró Carrascosa.

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