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El fin del dividendo en FCC obliga a Koplowitz a vender acciones y pactar con la banca

Esther Koplowitz, principal accionista de FCC

El año 2013 será recordado por Esther Koplowitz como el de las refinanciaciones, además de uno de los más duros en la historia de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC). Las circunstancias han hecho que confluyan en el tiempo la reestructuración financiera del grupo constructor y de servicios y también de las sociedades instrumentales de su principal accionista, que se ha visto obligada a sentarse con la banca debido a la supresión del dividendo de FCC y a que esta retribución tardará aún en volver.

Como informó el diario El Mundo en su edición del pasado domingo, Esther Koplowitz ha acordado con las entidades financieras acreedoras, Bankia y BBVA, la extensión de los vencimientos del principal de la deuda por dos años, hasta el próximo 2016. Un acuerdo que aún está pendiente de firmarse pero que puede darse por prácticamente hecho, según fuentes conocedoras de la situación.

El principal problema llegó con la decisión de suprimir el dividendo de la compañía que tomó el consejo de administración a finales del pasado ejercicio, toda vez que FCC cerró 2012 en números rojos, con pérdidas superiores a los 1.000 millones de euros.

La retribución al accionista supone el único ingreso para B 1998, la sociedad instrumental a través de la que la empresaria controla su participación en la empresa presidida por Esther Alcocer Koplowitz, su primogénita.

Sin dividendo en los próximos años

Sin estos ingresos, el pago del servicio de la deuda se convertía en un pequeño problema cuyas dimensiones se acrecientan por momentos teniendo en cuenta que la supresión del dividendo no es una medida extraordinaria sino que se extenderá, con toda probabilidad, al próximo ejercicio y puede que a alguno más.

El consejero delegado de FCC, Juan Béjar, aseguró en la presentación del plan estratégico que la compañía no volvería a dar dividendo al menos hasta que no volviera a la senda de la rentabilidad, algo que no sucederá al cierre de 2013, salvo circunstancias muy inesperadas.

En 2011, B 1998 recibió 81,7 millones de euros en concepto de dividendo de FCC (la totalidad de sus ingresos si se suman los de Azate, otra de las patrimoniales de Koplowitz). La cifra se fue hasta los 85,6 millones de euros en 2010. Sin estas cantidades para los próximos años, Esther Koplowitz se ha visto obligada no sólo a negociar con la banca sino también a buscar una solución para obtener liquidez y atender el servicio de la deuda.

Frustrada ampliación de capital

La empresaria exploró varias fórmulas, entre ellas una ampliación de capital en B 1998, para lo que sondeó a sus socios en la instrumental: el grupo de empresas Aguinaga y Bodegas Faustino. También trató de incorporar nuevos socios, tanto en el mercado español como en el internacional aunque sin éxito.

Con este escenario, Koplowitz trasladó a sus socios la necesidad de vender acciones de FCC para poder satisfacer los intereses a las entidades financieras, una medida que fue vista con buenos ojos por sus compañeros de viaje en B 1998, que mantienen un compromiso de permanencia en la sociedad hasta el próximo 2016.

Los términos definitivos del acuerdo con la banca aún no han trascendido en tanto en cuanto los documentos están a falta de la firma definitiva, por lo que tampoco se conoce con exactitud el porcentaje de FCC que pondrá a la venta. Eso sí, Koplowitz conservará la mayoría en el grupo constructor, con lo que, como mucho, podrá deshacerse de un 3,88% del capital, que le dejaría un 50,01% en sus manos.

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