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La banca española se gasta casi 1.000 millones de euros en despidos y prejubilaciones

Protesta de empleados de Barclays por los recortes de plantilla aprobados en 2015.

Los bancos españoles suman una factura de casi 1.000 millones de euros para costearse los recortes de plantilla, los planes de ajuste y los cierres de oficinas anunciados durante el la primera mitad del año. Así lo constatan los informes semestrales publicados por las propias entidades, y en los que se cuantifican y concretan los impactos de la mayoría de entidades financieras españolas que han llevado a cabo tijeretazos en su número de empleados en lo que va de año.

A falta de conocer los planes de ajuste concretos de Banco Popular, que no ha presentado aún sus cuentas correspondientes al primer semestre del año, el desembolso más grande lo ha llevado a cabo hasta el momento Banco Santander, tal y como reflejan sus resultados a 30 de junio de 2016. La entidad presidida por Ana Botín ha destinado ya unos 475 millones de euros para llevar a cabo su "plan de transformación". En la medida que gran parte del mismo impactaría en España, es éste país el que se lleva un mayor porcentaje del montante total: unos 237 millones de euros para costear los despidos y los cierres de sucursales.

Caixabank, 160 millones por echar a 371 personas

Tras Santander, es Caixabank la entidad financiera española que paga una mayor factura por su ajuste de plantilla. En el caso del banco catalán, su plan de "desvinculaciones voluntarias incentivadas" para trabajadores nacidos antes de 1959 y firmado con los representantes sindicales ha supuesto la salida de unas 371 personas en junio de este año, y ha costado a la entidad presidida por Jordi Gual más de 160 millones de euros.

En tres años, los bancos españoles cerrarán unas 3.000 oficinas despedirán o reducirán el número de empleados en unas 15.000 personas, según Funcas

Con más del doble de bajas (un máximo de 850 despidos) pero con un menor coste total ha resuelto Unicaja el ajuste de plantilla llevado a cabo en EspañaDuero, la entidad adquirida en 2013. La antigua caja de ahorros malagueña estima que el impacto del acuerdo laboral alcanzado en mayo de 2016 con los representantes de los trabajadores no superará en total los 140 millones de euros.

Menos costosa aún ha sido para BBVA el plan de prejubilaciones llevado a cabo por el banco en la primera mitad del año. Los 259 empleados que se jubilarán de forma anticipada permitirán a la entidad presidida por Francisco González reducir su gasto en personal en los próximos ejercicios, pero ha sumado una factura de 131 millones de euros en el primer semestre del año. A este ajuste habría que sumar también los 89 empleados que saldrán de Liberbank, si bien la entidad fruto de la fusión de Cajastur y Caja Castilla-La Mancha (entre otras) no facilita en sus resultados semestrales el coste asumido por llevar a cabo este ajuste de plantilla.

15.000 empleados menos en 3 años

Los bancos españoles llevarán a cabo aún un ajuste de plantilla y capacidad durante los próximos tres años, de forma que se cerrarán unas 3.000 oficinas y se despedirá o se reducirá el número de empleados de la banca en unas 15.000 personas, según cálculos del profesor Santiago Carbó, investigador de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), publicados en el Panorama Económico y Financiero Español del mes de enero. "Algunos de estos ajustes podrían considerarse 'orgánicos' en el sentido de que están provocados por la oferta y la demanda en un contexto en el que hay un cambio tecnológico significativo y hay una competencia creciente procedente de los operadores no bancarios", señalan desde Funcas. Es decir, que tanto la cada vez mayor cuota de la llamada banca online y móvil, como la competencia surgida por la emergencia de competidores de actividades financieras no bancarias empujan al sector en el sentido de reducir sus redes físicas".

Pero los ajustes llevados a cabo por las entidades no solo buscan reducir costes. El sector se enfrenta a un cambio de paradigma y las entidades consideran que no todos sus actuales empleados cumplen con el perfil idóneo para adaptarse a ese nuevo esquema. Fuentes del sector lo dicen claro: "Sobran bancarios y empleados de caja y faltan ingenieros y matemáticos". Ahora mismo los perfiles más demandados y valiosos para las entidades financieras españolas son aquellas personas capaces de trabajar con big data y gestionar grandes cantidades de información, tal y como informó este diario.

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