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Frenético cruce de cartas entre Esther Koplowitz y sus acreedores para cerrar la refinanciación

Esther Koplowitz cruzó tensas cartas con sus acreedores

El proceso de refinanciación de la deuda personal de Esther Koplowitz, valorada en algo más de 1.000 millones de euros, ha vivido en lo que va de mes de octubre sus momentos más álgidos, que se han traducido en una frenética correspondencia entre la empresaria y la banca acreedora, BBVA y Bankia, en la que ambas partes han puesto de manifiesto sus diferencias, en ocasiones con un elevado tono.  

En un plazo de apenas diez  días, la principal accionista de FCC y los bancos han cruzado al menos cuatro cartas en las que ha habido reproches, toques de atención, algunas comparativas incómodas y, finalmente, una llamada al diálogo y la calma para acabar con un proceso que se extiende ya durante casi dos años y que influye de forma notable en la marcha del grupo de construcción y servicios.

La primera de las cartas, remitida por los bancos a Koplowitz a comienzos, daba por rotas las negociaciones con la empresaria, a la que planteaban dos exigencias para retomar las conversaciones: por un lado, que aceptara quedarse por debajo del 30% del capital de FCC tras la venta de sus derechos en la ampliación de capital (a través de la que obtendrá fondos para pagar a los bancos); por otro, que dejara en un segundo plano a Jean Marie Messier, el abogado francés que ha asesorado a Koplowitz en este proceso y con el que la banca no ha tenido nunca una buena sintonía.

Por entonces, la operación quedaba aparentemente en vía muerta aunque fuentes próximas al proceso indicaban que las conversaciones no se habían roto del todo y que la voluntad de ambas partes seguía siendo llegar a un acuerdo.

Respuesta airada 

Sin embargo, a todo esto no contribuyó en exceso la respuesta de la empresaria a esa primera misiva de los bancos. Bankia y BBVA recibieron una carta de Koplowitz en la que se podía adivinar el tono desafiante de Messier y en la que la empresaria afeaba la conducta de los bancos al dar por rotas las conversaciones después de las numerosas concesiones que había hecho en el proceso.

Además, Koplowitz también apuntaba a la dureza con la que estaban negociando los bancos en este proceso en comparación con otros en los que las entidades habían sido más flexibles a la hora de acordar quitas, en clara alusión a operaciones con fondos oportunistas.

Mientras el mercado esperaba impaciente la resolución de un proceso cuyo final parecía cantado desde mediados de septiembre, incluido un comunicado de B-1998, la instrumental de Esther Koplowitz, en el que se hablaba de cierre inminente, el cruce de cartas entre las partes no se detenía. Los bancos volvieron a responder con una misiva en la que reiteraban sus exigencias a la principal accionista de FCC, siempre con la fecha límite del 15 de diciembre en el horizonte, cuando el préstamo pasaría a ser considerado moroso al no haber atendido Koplowitz el pago del último vencimiento.

La última carta fue remitida el pasado lunes por la empresaria a los bancos, con un tono más conciliador, instando a las entidades a retomar las negociaciones y cerrar cuanto antes un capítulo que está lastrando el futuro de FCC, toda vez que la refinanciación de la deuda de Esther Koplowitz es un paso previo necesario para poner en marcha una ampliación de capital de 1.000 millones.

El papel del yerno de Koplowitz

En esta última comunicación se dejó sentir la intervención de Pablo Santos, yerno de Koplowitz, que en las últimas semanas ha cobrado relevancia en las negociaciones, ante el rechazo de los acreedores a la figura de Messier.

La carta tuvo su efecto, toda vez que las partes volvieron a poner toda la maquinaria a tope para tratar de cerrar el acuerdo antes del pasado miércoles, cuando estaba convocado el consejo ordinario de la compañía que debería dar luz verde a la ampliación.

En realidad, las segundas unidades no dejaron de trabajar durante todo este periodo de actividad epistolar con el fin de que todo estuviera preparado para cuando llegara el momento de firmar el acuerdo.

Sin embargo, no fue suficiente. El acuerdo no llegó a tiempo, aun generaba algunas dudas en el entorno de la empresaria, y el consejo de administración tuvo que aplazar su decisión. A última hora del jueves aún se negociaban los últimos detalles de un pacto que está prácticamente terminado.

De hecho, la compañía tenía previsto celebrar un consejo extraordinario este viernes aunque, finalmente, no se llegó a convocar para dar tiempo a cerrar los últimos detalles. Está previsto que a comienzos de la próxima semana tenga lugar este consejo para que FCC pueda cerrar su ampliación antes de que finalice el año. 

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