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Obama envía a un emisario a Madrid para abroncar a España por su política contra las renovables

José W. Fernández saluda al secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito (derecha), el pasado 29 de mayo.

Estados Unidos ha elevado el tono de sus críticas al Gobierno español por los recortes de la retribución de las energías renovables, un sector en el que fondos y empresas estadounidenses tienen comprometidas inversiones multimillonarias (especialmente, en el negocio termosolar) y al que el Ministerio de Industria tiene en el punto de cara a la nueva reforma que ultima para intentar atajar el déficit de tarifa eléctrico.

Para trasladar su descontento, la Administración de Barack Obama envió el mes pasado a su secretario de Estado Adjunto para Asuntos Económicos y Empresariales, José W. Fernández, que en un almuerzo privado celebrado en la Embajada estadounidense en Madrid, se expresó con una crudeza inhabitual en los círculos diplomáticos para criticar la política española hacia las renovables.

En el almuerzo, típicamente estadounidense (hubo barbecue veraniega con hamburguesas y las típicas ribs –costillas- tan del gusto de la gastronomía del otro lado del charco), Fernández utilizó un tono que hizo pensar a alguno de los comensales que, más que de España, hablaba de Bolivia, epítome de la inseguridad jurídica para las empresas españolas en los últimos años.

La nota oficial que remitió el pasado 31 de mayo la Embajada de Estados Unidos en Madrid sobre el cuarto viaje de trabajo a España de Fernández en los últimos tres años indicaba que, en su visita, el alto cargo de la Administración Obama “expresó su apoyo a las medidas que España está tomando para hacer frente a su déficit fiscal y generar crecimiento y compartió las preocupaciones sobre el clima de inversión relacionados con la reforma de las energías renovables y la protección de la propiedad intelectual”.

Sin embargo, según varios de los presentes en el citado encuentro privado, el tono empleado en ese almuerzo fue otro. “No estamos dispuestos a permitir que no se respeten los contratos firmados en base a la normativa vigente”, advirtió Fernández, que, según asistentes al encuentro, trasladó la amenaza de los fondos estadounidenses de cerrar el grifo de las inversiones hacia España.

El almuerzo se celebró bajo el auspicio del embajador saliente de Estados Unidos en España, Alan D. Solomont, que mientras enfila sus últimas semanas de estancia en Madrid se está empleando a fondo para tratar de neutralizar un nuevo golpe del ministro de Industria, José Manuel Soria, a las renovables.

El pasado miércoles, en un acto celebrado en la Casa de América en Madrid, el propio Solomont se permitió anunciar una próxima reunión para antes del otoño del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y su homólogo estadounidense. “El Presidente Obama quiere recibir al presidente Rajoy. Se está tratando de programar la visita”, indicó.

La visita de Fernández el mes pasado fue intensa. En su viaje, que realizó tras efectuar escalas en México, Turquía y Bangladesh, el secretario de Estado Adjunto para Asuntos Económicos Empresariales de EEUU se reunió con representantes gubernamentales y empresariales en España para analizar prioridades y también las perspectivas entre EEUU y la UE, "incluyendo el incremento de los lazos de inversión y comercio de la Alianza Transatlántica de Comercio e Inversión”, según el citado comunicado de la embajada.

En concreto, se reunió con "altos representantes del Gobierno e instituciones del Estado": el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito; el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle; el Alto Comisionado para la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros; el director general de Comercio e Inversiones Antonio Fernández-Martos; el diputado y portavoz de exteriores del PP en el Congreso, José María Beneyto, así como con el Consejo de la Fundación España-EEUU, y el Consejo de la Competitividad.

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