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García-Page tensa la cuerda con el Gobierno: no al basurero nuclear ni al cierre de Elcogas

Unos trabajadores de Elcogas se manifiestan contra el cierre de la planta de Puertollano.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, va a mantener viva la lucha contra el Gobierno central en dos polémicos frentes abiertos, que pueden pasar factura electoral al PP en las próximas elecciones generales.

El dirigente socialista se ha opuesto frontalmente a la construcción del basurero nuclear en Villar de Cañas (Cuenca) por el que tanto bregó su predecesora, María Dolores de Cospedal. Y ahora, García-Page está abanderando la batalla contra el Ejecutivo para evitar el cierre de la planta térmica Elcogas, ubicada en Puertollano (Ciudad Real).

El presidente autonómico culpa al Ministerio de Industria y Energía de dejar caer una central que sin las ayudas públicas es inviable y cuyo cierre provocaría el despido de 130 trabajadores directos y otros muchos indirectos. La planta de Elcogas es pionera en su sector (sólo hay ocho de su tipo en todo el mundo): genera electricidad mediante la gasificación de carbón nacional y coque de petróleo, lo que la convierte en una central térmica, pero a la vez casi renovable por su tecnología avanzada.

El presidente autonómico acusa a Soria de dejar caer la planta de Puertollano al recortar las ayudas tras la reforma eléctrica

Está controlada por Endesa e Iberdrola y en sus primeros años (arrancó a finales de los 90) era rentable gracias a las ayudas de la Unión Europea y del Gobierno español.

Pero los recortes aplicados por el ministro José Manuel Soria al sector eléctrico desde 2013 a la retribución de todas las energías ha provocado un agujero (pérdidas acumuladas de 150 millones, 50 de ellos sólo en 2015) que sus accionistas no están dispuestos a enjugar.

Endesa e Iberdrola solicitaron el cese de actividad, Cospedal movió sus hilos en Madrid y consiguió retrasar el cerrojazo. Pero la Secretaria General del PP ha sido desplazada por García-Page y éste, por razones obvias, no goza de la simpatía ni de Moncloa ni de Génova.

Industria ha autorizado el cierre y el líder socialista castellano-manchego ya ha avisado que “vamos a pelear hasta el último momento por Elcogas. No voy a tirar la toalla”. Ha denunciado que “hay una estrategia marcada por Rajoy y por el ministro de Industria (seguida muy de cerca por el PP) para el cierre. Elcogas no estaría como está si no l ehubieran dado la vuelta que le han dado a la política energética de este país” y tiene previsto reunirse con representantes de Endesa e Iberdrola para evitar el cierre.

Cerrar una planta que fue pionera por su tecnología y dejar en el paro a 130 trabajadores directos es un arma arrojadiza que García-Page no quiere dejar escapar

Tirando del tradicional populismo patrio, García-Page ha llegado a afirmar que “con un 2% de lo que se ha ido en tapar el agujero de Rato habría para mantener una parte importante del sector energético de este país”.

El caso es que el dirigente autonómico va a batallar en las próximas semanas y meses para paralizar el cierre y usarlo como arma arrojadiza contra el PP en periodo preelectoral.

En paralelo, el exalcalde de Toledo mantiene la pugna contra el Ejecutivo para frenar la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de Villar de Cañas.

Para bloquear el desarrollo del basurero nuclear, empantanado hasta la fecha por los informes contrarios realizados por expertos y consultoras ante la inseguridad que presentan los terrenos, García-Page se ha sacado de la manga un sorprendente golpe de efecto: preparar el procedimiento de ampliación del espacio Red Natura en la Laguna del Hito, que pasará de 1.000 a 25.000 hectáreas, de forma que el cementerio nuclear quedaría dentro de esta zona protegida y no podría desarrollarse.

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