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Casa Tarradellas, la aliada de Mercadona en el epicentro del independentismo catalán

Una nueva planta para pizzas en Gurb, tal y como estaba el pasado enero

Pocas comarcas hay donde el independentismo catalán ha calado tan hondo como la comarca de Osona, a una hora de coche al norte de Barcelona. La medieval ciudad de Vic con su plaza mayor de tierra única en España, hace de capital de una extensa área de 50 municipios y 155.600 habitantes. Con respecto a la política, la antigua CiU y ERC controlan la mayoría de ayuntamientos, con apenas 3 para el PSC. Estamos por tanto hablando de una de las zonas más proclives a la independencia de toda Cataluña, sede también de una potentísima industria porcina y de una de las marcas de alimentación más conocidas en España: Casa Tarradellas.

Casa Tarradellas tiene su origen en Gurb, un pueblo que tal vez dio nombre a una de las novelas más conocidas de Eduardo Mendoza. En los últimos días un rumor se extendió por algunos círculos de internet: la compañía había eliminado su dirección, pueblo y provincia de origen de las pizzas frescas, ese producto que han expandido por toda España con marca propia y con marca Hacendado. De esta forma se cambiaba "Carretera Puigcerdà, kilómetro 70, 08053 Gurb (Barcelona)" por un mucho más escueto "N-152, km 70, CP 08053". Estos rumores achacaban el cambio al miedo a la empresa a ser penalizada por su origen.

La compañía ha asegurado a 'Vozpópuli' que efectivamente se eliminó la localidad y la provincia de procedencia de los productos, pero que no ha sido ahora sino que el cambio se produjo hace más de un año, y que en ningún caso vendría motivado por ningún tipo de miedo a boicots debido a la situación política sino "por una renovación del diseño que se hace de forma periódica, y con el objetivo de que dejar más espacio para que se vea el producto".

La empresa catalana descarta con firmeza la motivación política, sabedora de lo difícil que es navegar en unas aguas donde han encallado otras compañías cuyos dueños han sido relacionados con alguna veleidad independentista, como GB Foods (antigua Gallina Blanca), de la familia Carulla o Codorníu, de la familia Raventós. Sin embargo, no se conocen declaraciones que hayan trascendido a los medios al respecto de Josep Terradellas Arcarons, presidente de Casa Tarradellas, S.A, ni de otros miembros del consejo, básicamente familiares. Su mujer, Anna Falgueras, actúa de vicepresidenta mientras que tres hijos (Josep, Anna y Nuria) están en el consejo según las cuentas de 2015 consultadas a través de Insight View.

Algún artículo de prensa menciona la anécdota de que el dueño de la compañía acudió el día después de la manifestación del 11S a la planta de fabricación para abroncar a sus trabajadores por haber acudido a la manifestación política.

Reticencias a etiquetar en catalán

No se conoce mucho sobre las ideas políticas del payés (como el mismo se define) Josep Terradellas, quien montó su empresa casi desde cero a partir de un pequeño restaurante de carretera. Se puede leer tanto que no es independentista como que sí que lo es. En 2012, el entonces director de la Cambra de Comerç de Osona, Josep Pujadas, aseguró que "todos los empresarios de la comarca están convencidos, aunque lo dicen con la boca pequeña porque pueden sufrir, todos están por la labor. No sólo son empresarios sino parte del pueblo catalán".

Sin embargo, desde Tarradellas no dejan lugar a la ambigüedad. Nunca se han pronunciado al respecto y, por lo que se ve en sus redes sociales, sus mensajes son sólo en castellano en su Twitter, Facebook, Instagram y YouTube. Su web sí está en cuatro idiomas (castellano, catalán, francés e inglés).

Precisamente la Plataforma per la Llengua, organismo destinado a buscar "la normalización definitiva del catalán", ha acusado en multitud de ocasiones a Casa Tarradellas de "ir contra el ciudadano catalán" por etiquetar sólo en castellano. No sería la única empresa señalada: Nestlé, Danone, Gallina Blanca, Panrico, Henkel, Philips, Nutrexpa o Coca-Cola también han sido mencionadas en multitud de ocasiones por esta institución.

Expansión con Hacendado

Mientras tanto, Tarradellas habla con sus números y estos dicen que la compañía no ha parado de crecer mientras el 'procés' se ha estado desarrollando a partir de 2012. Entre 2011 y 2015 sus fondos propios se han disparado desde 180 hasta más de 300 millones de euros; su facturación ha subido de 680 a 854 millones de euros y sus beneficios han crecido, aunque mucho menos que la facturación como efecto de trabajar a volumen y de su presencia en las 1.600 tiendas de Mercadona.

Los beneficios no han subido tanto como las ventas, aunque alcanzaron los 23 millones de euros netos en 2015.

Además de todo ello, su gasto en personal se ha reducido, pasando de 140 millones de euros en 2011 a 137 en 2015. Su estructura sigue siendo, como cuando fue fundada en 1975, tremendamente opaca e incluso el auditor Century Auditores tuvo que hacer una salvedad a las cuentas de 2015 señalando que no habían recibido información suficiente "sobre el personal o sobre partes vinculadas, que la compañía considera información confidencial".

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