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El Canal rechaza la mediación de Bruselas pese al posible resorte financiero del BEI

La ACP ha rechazado la mediación de la Comisión Europea en el conflicto sobre los costes de las obras de ampliación del proyecto

El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Industria, Antonio Tajani, se ha encontrado con la puerta de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) cerrada a cal y canto. Su propuesta de mediación en el conflicto por los sobrecostes de la ampliación de la vía interoceánica ha sido rechazada por la administradora canalera incluso antes de desvelarse su contenido, que podría incluir respaldo financiero por parte del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Fuentes del organismo han indicado en declaraciones al diario 'Panamá América' que no reconocen la mediación de la Comisión Europea y han recalcado que "la solución al conflicto debe darse dentro de los mecanismos que indica el contrato firmado".

Pese a que el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), liderado por Sacyr, anunció este domingo que por el momento no detendría las obras de ampliación, pese a que el plazo dado en el previaso de paralización de los trabajos ha finalizado ya, la postura de la ACP no se ha movido un ápice. Es más, la administradora del Canal considera que el consorcio ya está incumpliendo el contrato porque ha reducido de forma significativa el ritmo de las obras, extremo que GUPC niega.

La respuesta de la ACP ha llegado horas después de que el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Industria, Antonio Tajani, se comprometiera "personalmente" a "intentar buscar una solución diplomática" al conflicto.

A través de un comunicado, explicó que en las últimas horas ha recibido "una petición del consorcio de empresas europeas que tienen una divergencia con las autoridades panameñas sobre el coste de la obra de expansión del Canal de Panamá para que intente mediar en la solución".

Fuentes del organismo han indicado en declaraciones al diario 'Panamá América' que no reconocen la mediación de la Comisión Europea

Tajani marcó una improvisada hoja de ruta que incluía contactos con los gobiernos de los países donde están domiciliadas las empresas y también el de Panamá. E incluyó en esa primera ronda de contactos al Banco Europeo de Inversiones (BEI), que bien podría tener la llave financiera que desbloqueara el problema.

Bruselas parece tener claro que el origen de la disputa es claramente financiero. El consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC), conformado por las tres empresas europeas y la panameña Cusa, aunque con un mínimo porcentaje, amenazó con detener este lunes las obras de ampliación por una falta de liquidez provocada por los sobrecostes de las obras, que valora en unos 1.600 millones de dólares.

Con este escenario, cualquier mediación que aspire a concluir con éxito debe incluir una solución financiera. El intento del Gobierno español, plasmado en la visita a Panamá de la ministra de Fomento, Ana Pastor, se quedó en una simple declaración de intenciones y en un compromiso de tratar de llegar a un acuerdo entre GUPC y la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), que amenaza a su vez con tomar el control de la obra si el consorcio detiene los trabajos. Las partes se han sentado a negociar pero no han sido capaces de acercar posiciones.

Financiador del Canal

La mención de Tajani al BEI indica que la solución del problema pasaría por el organismo supranacional, que conoce perfectamente el proyecto de ampliación del Canal de Panamá, hasta el punto de que es uno de los financiadores, con una aportación de 500 millones de dólares. Una representación del BEI visita con frecuencia las obras de ampliación y está permanentemente informado de la evolución de los diferentes contratos.

La propuesta inflexible de la ACP para poder continuar las obras consiste en la inyección de 100 millones de dólares por cada una de las partes. El consorcio estaría dispuesto a aportar esa cantidad pero a cambio de que la administración canalera ponga sobre la mesa cuatro veces más, algo que la ACP se niega incluso a negociar.

En los últimos días, Sacyr, como líder del consorcio, ha tratado de encontrar financiación en Panamá aunque sus intentos no han tenido éxito. El cable lanzado el pasado viernes por el vicepresidente Tajani debería tener un marcado carácter financiero para poder tener éxito porque si en algo están de acuerdo las partes es que hace falta dinero para resolver la situación.

"Sacyr no va a abandonar el proyecto, las obras van a continuar y se van a acabar"

La propuesta de mediación de Bruselas también tiene carácter político, toda vez que EEUU parece haber cobrado ventaja para aprovechar este conflicto. La ACP ha mencionado en repetidas ocasiones que cuenta con un plan B en el caso de que los trabajos se detengan y el contrato queda rescindido. En este sentido, la estadounidense Bechtel, que aspiraba a hacerse con las obras de ampliación y perdió frente a GUPC, ya se ha ofrecido para contribuir a finalizar las obras, que cuentan con un avance cercano al 70%.

Los intereses de EEUU

El Gobierno norteamericano apoyó al gigante de la ingeniería, al que embarcó el pasado mes de noviembre en una visita oficial a Panamá encabezada por el vicepresidente Joe Biden. Por entonces, la tensión entre GUPC y la ACP ya había dado los primeros síntomas de ir en aumento por el asunto de los sobrecostes. 

La empresa española, que con una participación del 48% lidera el consorcio ha reiterado en distintas ocasiones su disposición al diálogo. "Sacyr no va a abandonar el proyecto, las obras van a continuar y se van a acabar porque no contemplamos otro escenario que el del acuerdo", declaró su presidente, Manuel Manrique.

Sin embargo, el administrador del Canal, Jorge Quijano, ha reiterado en numerosas ocasiones que la ACP está capacitada para asumir los trabajos en apenas quince días en caso de que el consorcio abandone el proyecto. De hecho, asegura haber contactado ya con varias empresas y la sombra de Bechtel es, cada vez, más alargada.

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