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Sabadell, Caixa y Kutxabank se disputan la red de Caja 3, en plena fusión con Ibercaja

En paralelo a las grandes subastas, la banca sana sigue estudiando otras fórmulas para completar su red en aquellas zonas donde presenta un déficit de negocio, mediante la compra de trozos de antiguas cajas, como adelantó hace semanas Vozpópuli. La adquisición por parte del Sabadell de la red de Caixa Penedés a BMN fue la primera de este tipo de operaciones, que afectará no sólo a la banca nacionalizada sino también al conjunto de entidades que recibirán dinero público mediante bonos convertibles ('cocos').

El interés de la banca sana se concentra ahora en Caja 3, que volverá a fusionarse con Ibercaja, una vez que Bruselas apruebe su plan de recapitalización y quede totalmente saneada. Para ello, el SIP que lidera la CAI no sólo transmitirá sus activos inmobiliarios tóxicos al banco malo sino que se verá obligado a realizar otra serie de desinversiones, como la venta de parte de su red. Como adelantó este medio, el Sabadell estudia la compra de Caja Badajoz para compensar su nula presencia en esta ciudad, donde apenas cuenta con dos oficinas.

Pero no sólo el banco presidido por Josep Oliu se muestra dispuesto a comprar parte de la red de Caja 3. La Caixa y Kutxabank también se muestran en la misma situación. La entidad liderada por Isidro Fainé suspira por aumentar su volumen de negocio en Extremadura y Aragón. Mientras, la fusión de las tres cajas vascas aspira a consolidar su red en Castilla León, especialmente en Burgos, mediante la compra de la red de Caja Círculo de Burgos.

Ibercaja no consolidará a Caja 3 hasta que no concluya su saneamiento, pero sí tendrá el control sobre cualquier decisión, incluida la venta de red

Tanto Jaime Guardiola, en el caso del Sabadell, como directivos de La Caixa y Kutxabank han mantenido ya contactos con representantes de cada una de las tres cajas para sondearles sobre la venta total o parcial de su red. Operaciones que, tras la integración con Ibercaja, necesitan también la aprobación del Consejo que preside Amado Franco. Los planes de los directivos de Ibercaja es utilizar a Caja 3 como una filial hasta que se firme la integración definitiva en diciembre de 2013. Será entonces cuando las cifras de Caja 3 consolidarán en Ibercaja Banco, entidad de la que Ibercaja poseerá un 87,5% y su socio apenas un 12,5%, según consta en el protocolo de integración rubricado la pasada semana.

Sin embargo, una de las condiciones para la fusión implica un acuerdo laboral que contempla un severo ajuste en la plantilla y red de de Caja 3. Ibercaja exige la salida, vía despidos, de alrededor de 580 trabajadores, lo que implicaría el cierre de 130 oficinas. Además, los servicios centrales de Caja Badajoz y Caja Círculo de Burgos en estas dos ciudades quedarían desmantelados, con la consiguiente salida de otros 250 trabajadores. La compensación económica que ha puesto sobre la mesa Ibercaja mejora la última reforma laboral. Así, contempla el pago de 28 a 30 días por año trabajado con un tope de 18 mensualidades.

Ibercaja presiona para que se firme este acuerdo antes del próximo 17 de diciembre, tres días antes de que Bruselas anuncie si aprueba el plan de recapitalización de Caja 3. Durante las negociaciones laborales, los representantes de la entidad presidida por Amado Franco han llegado a manifestar que si no se aprueban estas condiciones, Caja 3 acabaría nacionalizada.

El SIP liderado por la CAI es uno de las tres entidades del Grupo 2 que recibirán la segunda tanda de ayudas europeas. Según Luis de Guindos, ministro de Economía, el montante total de la inyección del rescate europeo para Caja 3, BMN y CEISS (ficha bancaria de Caja España Duero) rondará los 1.500 millones. De esta cantidad, Caja 3 recibirá alrededor de 450 millones, una vez traspasado todo su ladrillo tóxico al banco malo.

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