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Los impagos de Metro de Madrid arrastran a un consorcio de CAF al borde de la quiebra

Una estación de la Línea 6 del Metro de Madrid.

Construcción y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF) se las prometía muy felices cuando, en septiembre de 2008, se adjudicó un multimillonario contrato para el suministro, en tres lotes independientes y en régimen de arrendamiento operativo a 17 años, de 60 trenes (302 coches) a Metro de Madrid por un importe total de unos 400 millones de euros.

Esa suculenta adjudicación, que incluía una partida de mantenimiento de 200 millones de euros y comprendía 27 unidades de 6 coches cada una (162 coches) destinadas a modernizar la Línea 6 (la famosa Circular del suburbano madrileño) y otros 140 coches destinados a otras líneas, se ha complicado con la crisis y ha llevado al consorcio creado por el fabricante vasco de trenes para suministrar esas máquinas, Plan Metro, al borde de la insolvencia por los retrasos en los pagos de la empresa pública propiedad de la Comunidad de Madrid.

El pasado abril, ese consorcio, del que CAF controla un 40% a través de su filial Concesiones Ferroviarias SA (el resto pertenece a SEIEF, un fondo de ‘private equity’ gestionado por el banco franco-belga Dexia, principal financiador de la operación), se declaró en preconcurso de acreedores ante el estado de insolvencia en el que se encontraba.

En vista de las dificultades para repagar una deuda de más de 407 millones repartida entre Dexia (40%) y el Instituto de Crédito Oficial (ICO), Caixabank y Banco Popular (con un 20% cada uno), y tras dejar de pagar a la banca más de 20 millones de euros que le vencían en 2012, el consorcio logró darle la vuelta a esa situación en julio pasado, cuando logró refinanciar su deuda, levantó el preconcurso e, incluso, retiró una demanda que acababa de presentar contra Metro de Madrid por incumplimiento de contrato.

Fuentes de Metro de Madrid aseguran que, con ese acuerdo de refinanciación, el conflicto ya está “solucionado” y señalan que en la empresa pública no “consta” la presentación de esa demanda de Plan Metro, en la que el consorcio le exigía que aceptara la entrega de 27 unidades de trenes que ya estaban listas y que Metro se había negado a recibir y abonar en 2012, precipitando la asfixia de Plan Metro, que no pudo facturar ni un euro a la empresa pública, su único cliente.

El consorcio adjudicatario ha demandado a CAF, que a su vez le reclama 16,9 millones

Y si bien el consorcio ha esquivado la insolvencia, su situación ha obligado a CAF a rendir cuentas a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en un tema “de accionistas”, según Metro de Madrid. Muy a su pesar, CAF ha tenido que aportar 16,9 millones de euros a ese consorcio través de tres préstamos participativos (uno por cada lote de trenes) con vigencia hasta 2029, que, sin embargo, se ha negado a liberar en última instancia.

Los fondos, comprometidos en 2011, estaban destinados a cubrir los desfases de tesorería provocados por el nuevo calendario de entrega de los trenes impuesto por Metro de Madrid, que también logró forzar una rebaja de las cuotas de los alquileres. Pero el grupo vasco asegura que esos 16,9 millones, por los que no ha realizado ninguna provisión en sus cuentas, no constituyen un préstamo “válido”. Esos créditos no han sido “ratificados por el Consejo de Administración de Plan Metro ni por parte de Grupo CAF” y “sus condiciones no se encuentran, por tanto, formalizadas”, ha explicado la empresa en respuesta a un requerimiento de información de la CNMV remitido al regulador el mes pasado.

Ante su negativa a poner dinero, en febrero del año pasado el consorcio Plan Metro logró que un juzgado admitiera a trámite una demanda contra CAF para exigirle la validez de esos créditos, un primer pago de 5,67 millones y el abono de otros 103.000 euros en concepto de daños y perjuicios. CAF, que ha asegurado a la CNMV que el litigio se limita “a las condiciones para el cobro y tipo de interés de los créditos concedidos a la sociedad participada, no cuestionándose la validez de los mismos”, contestó a esa demanda el pasado 3 abril, exigiendo, a través de una demanda reconvencional, el abono de la integridad de los préstamos (esos 16,926 millones). El fabricante de trenes tiene valorado en cero euros su 40% en Plan Metro.

La empresa vasca, que no ha querido hacer comentarios, también ha reconocido a la CNMV que, pese a tratarse de créditos participativos, no ha incluido en sus cuentas ese importe como parte de la inversión neta en Plan Metro. El grupo “ha considerado, de acuerdo a su posición en el litigio mantenido, que dichos préstamos concedidos son deuda financiera plenamente exigible, y que por consiguiente no tienen la consideración de participativos ni forman parte de la inversión neta en Plan Metro”, ha explicado.

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