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Botín planea adelgazar Banesto mientras diseña el futuro de la entidad

Emilio Botín, presidente del Santander.

En paralelo a la reestructuración del sector financiero español, Emilio Botín planea la propia reestructuración interna del Grupo Santander. Banesto es la pieza clave de todos los movimientos que se diseñan en Boadilla. La primera medida proyectada para la filial es un adelgazamiento de su red, mediante dos vías: el cierre de sucursales y la venta (operación en fase de estudio) de un máximo de 400 oficinas al Santander. Movimientos previos antes de la gran decisión con respecto a Banesto: la integración total en el Santander, el aumento de tamaño con nuevas compras (Catalunya Caixa) o incluso su venta.

Ninguna opción parece descartada en estos momentos. "Algo importante va a pasar con Banesto, no tardando mucho", sostienen fuentes sindicales, recogiendo las sensaciones que se transmiten desde la red. Antes del verano, el grupo inició un estudio para conocer la rentabilidad de más de 300 sucursales de la filial. Una situación que provocó que se paralizasen muchas peticiones de traslados e incluso que más de una decena de oficinas en Madrid, y varias decenas en todo el territorio, lleven meses sin cubrir el puesto de director. "Una situación desconocida en Banesto", se admite desde los sindicatos. En las últimas semanas, por indicación de la Dirección de Medios, se han colocado contadores de clientes en el umbral de las puertas de acceso para tener un "control más efectivo" de las oficinas, explican desde la entidad. Un signo inequívoco de próximas decisiones.

Todas estas medidas han derivado en el próximo cierre de 50 oficinas en todo el territorio. La clausura se producirá en la semana del 13 de diciembre y los 120 trabajadores afectados por la medida serán reubicados en otras sucursales. La mayoría de las oficinas afectadas se encuentran situadas en Cataluña, un dato significativo ante el interés del Santander por adquirir Catalunya Caixa. Compra que está proyectada realizar a través de Banesto.

La red de Banesto puede aligerarse hasta en 450 oficinas antes de final de año. Se cerrarán 50 sucursales y el Santander podría llegar a comprar otras 400

Con el cierre de estas 50 oficinas, la filial del Santander habrá clausurado, en los últimos cuatro años, el mismo número de sucursales (alrededor de 300) que decidió abrir hace cuatro ejercicios en su plan de expansión. De hecho, apenas el 10% de esas nuevas oficinas permanecen aún abiertas.

Fuentes del banco aseguran que el número de cierres coincide más o menos con el llevado a cabo en los últimos cuatro años. En 2011, de hecho, se cerraron 48 sucursales, mientras que un año antes las clausuras ascendieron a solo 11, ya que 12 meses antes el ajuste de su red alcanzó las 142 oficinas, frente a las 31 cerradas en 2008, ejercicio en el que la banca española dejó de inaugurar locales bancarios para iniciar una caída en picado de estos locales.

La otra medida de adelgazamiento consiste en la compra del Santander de un máximo de 400 oficinas, un 20% de las existentes, a su filial antes de final de este año. Con la medida, Banesto vería reforzada su solvencia y lograría unas importantes plusvalías que ayudarían a mantener en negro su cuenta de resultados al término del ejercicio 2012.

En este sentido, Banesto reconoció ayer, a través de un hecho relevante a la CNMV, que "considera todas las alternativas disponibles, incluyendo posibilidades de venta de ciertas sucursales a Banco Santander, sin que a esta fecha exista dirección alguna en ese sentido".

Responsables de la división inmobiliaria del Santander ya han comenzado a visitar oficinas de Banesto y recopilar toda la documentación legal de estos inmuebles de cara a la operación

Lo cierto es que en las últimas semanas, responsables de la división inmobiliaria del Santander han comenzado una ronda de visitas por sucursales de Banesto, principalmente aquellas que están situadas en inmuebles que son propiedad del banco presidido por Antonio Basagoiti. Desde la división inmobiliaria del Santander se está recopilando toda la documentación (escrituras, IBI, planos y licencias) de las oficinas seleccionadas, según ha podido saber Vozpópuli. En Madrid, Galicia y Andalucía, las visitas de los 'hombres de rojo' a las oficinas de Banesto se han multiplicado en las últimas semanas.

El traspaso de estas sucursales puede suponer el inicio de la integración total de Banesto en el Santander. Una opción que Alfredo Sáenz, consejero delegado del grupo, se atreve a plantear en público. "Es una discusión que consideramos y hacemos de forma recurrente. Si no se ha hecho ya es porque los beneficios directos que aportan por separado cada red no compensan las pérdidas indirectas o la pérdida de clientes que supondría la operación", confesaba el CEO del Santander, el pasado abril, durante la presentación de resultados del primer trimestre. En el verano, sin embargo, negó esa posibilidad.

Hasta marzo, el Santander aún no había decidido ensombrecer a Banesto, todavía con José García Cantera, como CEO de la filial. A partir del pasado julio, por decisión de Boadilla, Banesto dejó de ser la entidad que abría el calendario de presentación de resultados, y, por tanto, perdió esa condición histórica de marcar tendencia en el sector. Incluso, en el tercer trimestre, por primera vez en años, se suspendió la rueda de prensa de resultados.

Un perfil bajo que ya se aventuraba cuando se dejó a la filial sin representación de peso en el Consejo del Santander, con la salida de Antonio Basagoiti, presidente no ejecutivo. Con esta medida, Banesto sólo cuenta con el sillón de Matías Rodríguez Inciarte, consejero dominical de la filial, en el máximo organo de dirección del Santander. "No tenemos que justificar esa decisión. Hay razones de fondo", explica Sáenz.

Desde la salida de García Cantera, el peso de Banesto se ha ido diluyendo en el grupo. La opción de la integración total es recurrente en las reuniones del Consejo del Santander

La llegada de Javier San Félix, sustituto de Cantera, un especialista en fusiones dentro del grupo, acrecenta los rumores internos de la integración con el Santander, en función del resultado de la puja por Catalunya Caixa. Incluso, dentro del propio banco, no se descarta el interés por el Popular, en cuya ampliación participa el Santander asegurando la colocación de 500 millones.

La preocupación ante el futuro de la filial es máxima entre los representantes sindicales de Banesto que esperan un mensaje tranquilizador en la reunión que mantendrán, próximamente, con Javier San Félix para abordar el futuro de la entidad. La respuesta se cocina ya en Boadilla.

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