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La banca se vuelca con el dividendo en efectivo para compensar la caída en Bolsa

Francisco González, presidente de BBVA, y Ana Botín, de Banco Santander.

Si algo están teniendo en común las juntas generales de accionistas de la banca española celebradas hasta el momento es la voluntad manifestada por todas sus cúpulas dirigentes de incrementar sus pagos de dividendos en efectivo. Tras años en los que el scrip dividend (retribución con nuevas acciones) era la norma habitual de buena parte del sector, con la consiguiente dilución para los accionistas, las entidades se están volcando ahora en prometer a sus dueños pagos en cash, como fórmula para recuperar el interés y el apetito de los inversores.

"Los dividendos abonados en acciones pueden diluir las participaciones de nuestros accionistas"

Si bien las entidades financieras españolas están más capitalizadas que nunca, merced a años de scrip dividend, ampliaciones de capital y contención en el reparto de beneficios, el reciente castigo del sector sufrido en las bolsas (dudas sobre la rentabilidad) ha empujado a los bancos a mejorar sus promesas de cara al 2016. Dicen que pagarán mejor y en dinero contante y sonante.

Un ejemplo es la presidenta de Banco Santander, Ana Botín, quien se comprometió este viernes, durante la Junta General de Accionistas, a retribuir a los dueños de la entidad con un dividendo de 21 céntimos por acción. De esta cantidad, la parte en efectivo (16,5 céntimos) será la que más crezca respecto al pasado ejercicio: un 10%. "Los dividendos abonados en acciones pueden diluir las participaciones de nuestros accionistas", explicó la máxima responsable del banco, consciente del castigo que han recibido a lo largo de esta crisis los antiguos dueños de acciones de Santander, a los que ahora promete meter en el bolsillo entre un 30% y un 40% de sus futuros beneficios.

"Lo que importa es el dividendo en efectivo", reconoció Botín sin medias tintas, si bien reconoció que cortar de forma tajante con el pago en acciones no es posible ni deseable por el momento. "Queremos mantener un poco de scrip por tener una cierta flexibilidad, pero creemos que seremos capaces de hacer cada vez más en efectivo", añadió. El banco castigó especialmente a sus accionistas a inicios del pasado año, cuando recortó el dividendo por acción de 0,60 a 0,20 euros por acción, al tiempo que se llevó a cabo una ampliación de capital que diluyó un 60% a los inversores.

"Queremos mantener un poco de scrip por tener una cierta flexibilidad, pero creemos que seremos capaces de hacer cada vez más en efectivo"

También aprovechó para prometer un mayor dividendo en efectivo el presidente de BBVA, Francisco González. El banquero recordó durante la pasada Junta General de Accionistas que el grupo que preside tiene el compromiso de repartir un dividendo futuro nétamente en efectivo de entre un 35% y un 40% de los beneficios netos. Todo con el objetivo de mantener una remuneración "atractiva" para los inversores.

Bankia y Bankinter ya solo pagan en efectivo

Mientras Santander y BBVA apuestan por ir hacia el pago en efectivo, dos entidades como Bankia y Bankinter ya están instaladas en esta dinámica desde hace años. El banco nacionalizado repartió 302 millones de euros, todos en forma de dinero, durante la pasada Junta General. Es el segundo año que la entidad devuelve a sus dueños parte de sus beneficios, "un motivo de enorme satisfacción" para José Ignacio Goirigolzarri, su presidente, toda vez que 200 millones van dirigidos a devolver el rescate pagado por el contribuyente. 

También a cobrar en dinero contante y sonante están acostumbrados los accionistas de Bankinter. La entidad presidida por Pedro Guerrero anunciaron un reparto de dividendo, en efectivo, equivalente al 50% de los beneficios netos. Es una cantidad un 36% mayor que la retribución del año anterior, según datos del propio banco.

La dilución se paga

Las ampliaciones de capital y el abuso del scrip dividend han acabado penalizando a los bancos, tal y como ya informó este diario. Hasta la llegada de la crisis financiera, existía una cierta correlación entre el nivel de capitalización de un banco y su valoración en Bolsa. Pero esto se truncó a partir de 2010, toda vez que las entidades comenzaron a realizar inmensas emisiones con las que mantener los niveles de capital, si bien a costa de diluir de forma constante a los accionistas que invirtieron antes de la crisis.

BBVA, por ejemplo, duplicó el número de acciones en circulación (de 3.700 a 6.400 millones de participaciones). Pero en ese periodo, el precio de las mismas en Bolsa no ha hecho sino caer, de forma que los inversores perciben que la rentabilidad obtenida por el banco no es tan atractiva. Esta tendencia podría cambiar, si finalmente los bancos confirman su nueva estrategia para proteger al accionista.

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