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Revolución en Boadilla: Santander imita a BBVA y elimina los despachos con el cambio de cultura

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Imagen del exterior de la Ciudad Financiera de Banco Santander, en Boadilla del Monte (Madrid).

La Ciudad Financiera de Banco Santander en Boadilla del Monte (Madrid) está en obras estos días. La entidad presidida está llevando a cabo reformas en su sede central para renovar los espacios corporativos de su sede central, de forma que están tirando abajo los tabiques, lo que dejará sin despachos a buena parte de sus directivos, una decisión que ya tomó hace dos años Francisco González en BBVA. La decisión forma parte de la transformación del banco emprendida por Ana Botín desde su llegada, que entre otros cambios radicales redujo el número de divisiones a apenas una decena.

Emulando las tendencias marcadas por algunas de las grandes empresas más modernas a nivel internacional (flexiworking, agilización de procesos...) Banco Santander reformará sus oficinas centrales para conseguir espacios más diáfanos. Es decir, que los empleados del banco trabajarán en espacios abiertos sin apenas despachos cerrados. Estas obras "tienen que ver con que se está implantando una nueva cultura en todo el grupo involucrando a la alta dirección y a todos los empleados en la construcción de un banco más sencillo, personal y justo", explican fuentes de la primera entidad financiera del país.

Este nuevo leit motiv enarbolado por la entidad se traducirá en "una menor jerarquía", más transparencia y eficiencia, según señalan desde la entidad, que optará en su lugar por una mayor colaboración. Así, los empleados de Santander que trabajan en la Ciudad Financiera pasarán a hacerlo en espacios comunes para todos y rodeados de tecnología (pantallas, móviles y equipos informáticos) para sustituir el papel. Por ejemplo, en vez de despachos, el banco contará con más mesas de reuniones.

La entidad aspira a lograr mejorar en las clasificaciones de best place to work, la lista internacional que evalúa a las empresas preferidas para trabajar

Aunque el principio general es acabar con muros separadores y dejar los espacios abiertos, las reformas de cada planta serán distintas en función de las necesidades de cada departamento o división. Así, por ejemplo, el departamento de comunicación dispondrá de diversas salas de reuniones, mientras que en riesgos, por su parte, primarán otro tipo de elementos. "Habrá diversidad de espacios para adaptarse a las funciones de cada unidad, no para las jerarquías", explican desde el banco.

Más allá de las mejoras en la gestión obtenidas a partir de esta nueva cultura, el banco reconoce que espera alcanzar objetivos concretos de tipo reputacional con este nuevo estilo de oficina, lo que a su vez mejorará en su capacidad de atraer y retener talento, entre otras ventajas. Así, la entidad aspira a lograr mejorar en las clasificaciones de best place to work, la lista internacional que evalúa a las empresas preferidas para trabajar por países.

Una reforma que continúa la de las sucursales

La renovada Ciudad Financiera de Santander es una vuelta de tuerca más a la reforma iniciada por el banco en sus inmuebles. Desde el pasado mes de mayo, la entidad presidida por Ana Botín ha venido inaugurando oficinas Smart Red, que se rigen también por la nueva cultura corporativa de Simple, Personal, Fair (sencillo, personal, justo) promovida por el banco.

Las sucursales bancarias con cajeros y colas para realizar la operativa diaria están en retroceso. Buena parte de las mismas se están cerrando en todo el sector, y para el resto el plan de Santander pasa por poner en marcha oficinas más abiertas y cargadas de tecnología (tablets para los usuarios, cajeros automáticos...) en las que la mayoría de los recursos humanos están volcado en actividades de asesoría, aquellas en las que el banco obtiene más rentabilidad.

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