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BBVA y Bankia, muy cerca de refinanciar por cinco años la deuda de Esther Koplowitz

Esther Koplowitz quiere conservar la mayoría en el capital de FCC

El proceso de reestructuración de la deuda personal de la principal accionista de FCC, Esther Koplowitz, estimada en unos 1.100 millones de euros, está a punto de tocar a su fin. Bankia y BBVA, sus acreedores particulares, ultiman un acuerdo con la empresaria para extender el vencimiento del préstamo hasta 2019. Todo apunta a que, finalmente, el multimillonario estadounidense George Soros no intervendrá en la operación, aunque sí podría tener un papel protagonista posteriormente, en la ampliación de capital de FCC.

Precisamente, este lunes se cumple el plazo que se dieron las partes a finales del pasado mes de julio para resolver la situación. Fuentes conocedoras de la situación señalan que es poco probable que el acuerdo definitivo se firme en las próximas horas, dado que aún restan algunos detalles por resolver.

Sin embargo, la cercanía de las posturas hace que rebasar la fecha del 15 de septiembre sin un pacto en firme no suponga problema alguno para sellar un acuerdo definitivo próximamente.

Entre los pocos detalles que han trascendido se encuentra que la refinanciación será para los próximos cinco años, lo que le dará el oxígeno necesario a Koplowitz para que recupere sus ingresos recurrentes a través del dividendo de FCC y poder hacer así frente al servicio de la deuda.

Paso imprescindible para la ampliación

La operación es muy relevante para la empresaria pero no menos para el grupo de construcción y servicios, toda vez que este paso previo es estrictamente necesario para realizar la ampliación de capital en la que FCC lleva tiempo trabajando.

Esta operación, valorada en unos 1.400 millones de euros, permitirá a la compañía amortizar parte de los más de 4.500 millones de deuda que refinanció. Más concretamente, el objetivo es el denominado tramo B, que tiene como característica principal su carácter de convertible. Es decir, que si a su vencimiento, en 2018, FCC incurriera en impago, los bancos firmantes del sindicado canjearían el importe del tramo (1.350 millones de euros) por títulos de la empresa y pasarían a convertirse en accionistas, lo que definitivamente haría que Esther Koplowitz perdieran la mayoría que ahora mantiene por poco en la compañía (aún conserva un 50,1% del capital).

En el momento en que la refinanciación de la deuda de Koplowitz sea un hecho, la ampliación de capital podrá realizarse, un proceso en el que la compañía ya trabaja y que podría tener finalizado, incluso, antes de que finalizara el presente ejercicio. Todo dependerá de los plazos necesarios para realizarla y el tiempo que lleve terminar de pulir los detalles de la refinanciación de la deuda de la empresaria.

Un proceso de dos años

Este proceso ha sido largo y complicado. Los problemas comenzaron hace casi dos años, cuando a finales de 2012 el consejo de administración de FCC decidió suspender el dividendo a cuenta de la compañía debido a las pérdidas en las que incurrió por su necesario saneamiento.

La suspensión de la retribución al accionista dejó a Koplowitz sin ingresos recurrentes para hacer frente al servicio de la deuda y los vencimientos semestrales que exigían los bancos. Un año después, a finales de 2013, la empresaria se vio obligada a vender un 3,8% de FCC para obtener la liquidez necesaria, en torno a 75 millones de euros, para cumplir con sus obligaciones financieras, aunque el problema persistía puesto que la vuelta del dividendo a la compañía no será inmediata.

Buena parte del paquete que vendió Koplowitz fue adquirido por George Soros, quien en los últimos meses apareció como una posible solución para los problemas de la empresaria. El multimillonario estadounidense realizó dos ofertas a Bankia y BBVA para comprarles la deuda de la principal accionista de FCC, pero ambas fueron rechazadas, principalmente por las notables quitas que incluían (la última, algo superior al 30%).

Todo parece indicar que Soros no intervendrá finalmente en este proceso pero podría ser una pieza fundamental en la ampliación de la compañía, como el apoyo que necesita Esther Koplowitz para evitar que la operación suponga la pérdida del control efectivo del grupo.

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