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Carmena torpedea los planes de Florentino al esquivar la licitación del gran contrato de basuras

Florentino Pérez escucha un discurso de Manuela Carmena

Los grandes proveedores de servicios urbanos aguardaban con expectación el gran contrato de recogida de basura en Madrid para finales de este año pero, a día de hoy, las posibilidades de que se licite son mínimas. El Ayuntamiento de la capital ha comunicado a las compañías adjudicatarias de los actuales contratos que, con toda probabilidad, procederá a prorrogar los mismos por un año, una opción que está en manos del Consistorio para poderla ejecutarla de forma unilateral.

La noticia no es buena para ninguno de los proveedores pero, en especial, para la UTE formada por Urbaser (ACS) y Cespa (Ferrovial). Estas empresas decidieron apostar fuerte por meter la cabeza en la recogida de residuos de la capital, con la vista puesta en el gran contrato de finales de 2015. Para ello, no dudaron en acudir a la licitación del contrato de basuras de la periferia de Madrid incluso a pérdidas, con una oferta a la baja prácticamente imposible de rentabilizar.

Ahora Madrid incluía en su programa la posibilidad de recuperar algunos servicios urbanos que desde hace más de 20 años están en manos privadas

Al tratarse de un contrato con carácter provisional, de apenas 13 meses de duración (poco habitual en este tipo de licitaciones), las pérdidas no serían demasiado grandes y, en todo caso, serían compensadas con una posición de ventaja con vistas al gran contrato.

Florentino Pérez, presidente de ACS, fue el gran muñidor de este plan. Contrariado por quedarse fuera del gran contrato de limpieza de la capital (las empresas del grupo no se llevaron ninguno de los seis lotes en juego), Pérez consideró que la recogida de residuos sería una oportunidad única para resarcirse. Sus posibilidades aumentarían al atestiguar una cierta experiencia en este ámbito dentro de Madrid, un territorio que hasta entonces había estado reservado exclusivamente a FCC.

Cambio de gobierno, cambio de planes

Los planes del anterior equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid, encabezado por Ana Botella, consistían en volver a simplificar los contratos de recogida de residuos urbanos del centro y la periferia de la capital en uno solo, con una duración de al menos 10 años y una cuantía superior a los 1.000 millones de euros.

Pero el resultado de las elecciones municipales y autonómicas cambió el signo político del Ayuntamiento. El bastón de mando recayó en Manuela Carmena, de Ahora Madrid, formación que incluía en su programa la posibilidad de que el Consistorio recuperara la prestación de servicios urbanos que desde hace más de 20 años está en manos de empresas privadas.

Tres meses después, la idea todavía ronda por los principales despachos del Ayuntamiento. Pero, por lo pronto, y mientras se toma una decisión al respecto, lo que no está dispuesto a hacer es proceder a la licitación de un contrato de semejante volumen.

De esta forma, los planes de Florentino Pérez se vienen abajo con estrépito. Deberá proseguir un año más con un contrato que no genera rentabilidad y que, además, no cumple con su objetivo fundamental, esto es, el de palanca hacia el gran contrato porque, por el momento, no se licitará.  

Dudas

“El Ayuntamiento quiere prorrogar los contratos, tanto el de la periferia como el del centro (en manos de FCC). Aún está hablando con las empresas, que no quieren la prórroga, pero están en posición de desventaja”, apunta una fuente conocedoras de la situación.  

El escenario también se ve condicionado por las numerosas dudas que han surgido en el seno de Ahora Madrid sobre el futuro de los servicios municipales, entre los que también se incluye el de la limpieza, que ha sido duramente criticado por Carmena. “No tienen claro cómo resolver el problema, tampoco tienen experiencia en licitaciones de este tipo. Para ellos, lo más fácil y rápido es prorrogar los contratos”.

La decisión se da prácticamente por hecho en las compañías adjudicatarias, aunque aún no se ha tomado una decisión definitiva, que tendrá que llegar antes de que finalice el mes de octubre.

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