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Carmena dinamita el plan de Florentino: no habrá macrocontrato de basuras en Madrid

Florentino Pérez y Manuela Carmena.

El Ayuntamiento de Madrid acabará con una de las grandes apuestas del presidente de ACS, Florentino Pérez: un gran contrato de recogida de residuos en la capital. El Consistorio liderado por Manuela Carmena aún no ha tomado una decisión firme respecto a la licitación de este servicio pero todo parece indicar que su estrategia irá en dirección totalmente opuesta a la que planteaba la anterior corporación municipal, consistente en unificar los dos lotes actualmente vigentes (centro y periferia) en un gran contrato a largo plazo.

El Consistorio ha publicado un aviso previo de licitación en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) referido al servicio de recogida de residuos, cuyos contratos actuales (ya prorrogados) vencen después del próximo verano, según desveló el portal madridiario.es. De acuerdo con este anuncio, el Ayuntamiento pretende dividir el servicio en tres lotes, en lugar de los dos ahora existentes.

Fuentes del sector apuntaron que la decisión del Consistorio aún no es definitiva y que finalmente podría optar por mantener los dos contratos que funcionan en la actualidad. Eso sí, el anuncio descarta dos hipótesis: que la corporación municipal recupere el servicio para prestarlo a través de una sociedad pública y que licite un macrocontrato a largo plazo. Según la información de madridiario.es, los tres contratos que ofertaría el Ayuntamiento tendrían una duración de cuatro años, prorrogables por otros dos.

Los planes de la anterior corporación municipal, encabezada por Ana Botella, consistían en volver a unificar los dos lotes de recogida de residuos en Madrid a través de la licitación de un gran contrato con una duración aproximada de 10 años. Para hacer coincidir en el tiempo el vencimiento de los contratos del centro y la periferia, el equipo de Botella diseñó una licitación para el segundo de apenas 13 meses de duración.

Este proceso era el primer paso en los planes de Florentino Pérez para hacerse con el gran contrato. A través de su filial de servicios Urbaser, ACS, en alianza con Cespa (Ferrovial), presentó una oferta con una notable baja (superior al 10%) para hacerse a toda costa con la licitación, aunque fuera materialmente imposible hacerla rentable. Un objetivo que, obviamente, consiguió.

Sacrificio sin resultado

La meta era lograr entrar en un terreno que, hasta ese momento, era coto vedado de FCC, que mantiene el contrato de los barrios centrales de la capital. “Las compañías adjudicatarias consiguen datos fundamentales de cómo funciona el servicio, claves para armar una buena oferta con vistas a futuras licitaciones”, señalan fuentes del sector. 

Pero el hecho de que el Partido Popular perdiera la alcaldía de Madrid en las elecciones autonómicas y municipales del pasado mes de mayo trastocó del todo los planes de Florentino Pérez. En primer lugar porque a finales del pasado año, cuando vencían los dos contratos de recogida de residuos, el equipo de gobierno municipal, prácticamente recién llegado a la sede del Palacio de Correos, optó por prorrogar ambos con el fin de darse más tiempo para pensar qué hacer con este servicio (por entonces, incluso se planteaban remunicipalizarlo).

Esta circunstancia hizo que la UTE Urbaser-Cespa duplicara las pérdidas previstas como consecuencia de la oferta tan baja que habían realizado para entrar como fuera en la prestación del servicio. De esta forma, los aproximadamente 25 millones de euros de números rojos acumulados en el primer (y, en principio, único) año del contrato van a ampliarse hasta el entorno de los 50 millones.

Y en segundo lugar, tal sacrificio económico no va a tener correspondencia en el objetivo final que perseguía el presidente de ACS porque no habrá macrocontrato.

En su día y contra todo pronóstico, ACS se quedó fuera del proceso de adjudicación de los contratos de limpieza viaria y de zonas verdes del Ayuntamiento, distribuidos en seis lotes. Desde entonces, Florentino Pérez persiguió el gran contrato de recogida de residuos como una forma de que el Ayuntamiento de Madrid le resarciera de lo que consideraba todo un desagravio. Sin embargo, por ahora deberá esperar una mejor oportunidad. 

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