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Bronca entre el FROB y los accionistas del Banco Gallego por su nacionalización

Amancio Ortega, presidente de Inditex

Banco Gallego va camino de convertirse en la primera entidad nacionalizada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria en este 2013. El organismo dependiente del Banco de España aprobó ayer una ampliación de capital por valor de 170 millones (aportó 80 millones) que puede convertirle en el nuevo dueño de la entidad si sus principales accionistas, entre ellos Amancio Ortega, no aportan 90 millones de euros en el próximo mes. La operación se votó en una tensa Junta de accionistas marcada por los duros enfrentamientos entre los accionistas y el FROB, según confirman algunos de los asistentes. 

Ortega, dueño del 2,46% de la entidad gallega, al igual que el resto de accionistas de referencia, tienen un mes para decidir si completan con 90 millones la ampliación de capital. En caso contrario, el FROB, dueño del 49% de los títulos del Banco Gallego, como propietario de Novagalicia, tendrá el control del banco en su totaiidad. Durante la Junta, con una representación del 49,85% de los accionistas, éstos criticaron duramente la forma en la que el organismo del Banco de España está gestionando el futuro de la entidad. Además, los minoritarios reclamaron que el valor de cada acción se situara al menos en 1,5 euros. El FROB se negó a esta petición, lo que volvió a incrementar la tensión de la Junta.

El FROB les comunicó el pasado viernes que podría subastar el banco sin su consentimiento, pese a no tener la mayoría accionarial. Para ello, el organismo del supervisor trasladó al núcleo duro del Gallego que se ampararía en la ley 9/2012, de 14 de noviembre, para tomar el control de la entidad y cumplir así con el plan de resolución de Novagalicia, que incluye la venta o liquidación de activos (caso del Banco Gallego) minimizando el coste para los contribuyentes.

El texto de la norma faculta al FROB a que "la transmisión (por la venta de acciones) se realizará en representación y por cuenta de los accionistas de la entidad, pero sin necesidad de obtener su consentimiento ni el de terceros diferentes del comprador, y sin tener que cumplir los requisitos de procedimiento exigidos en materia de modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles".

La venta del Gallego alterará la subasta de Novagalicia, porque es una vía más barata de entrar en el mercado gallego

El FROB acude a esta vía normativa para salvaguardarse de las posibles acciones legales que puedan ejecutar los accionistas de referencia del Gallego por la pérdida de su participación en el banco. "Por lo visto en la Junta, no hay que descartar ninguna vía", explican varios de los asistentes.

La Junta aprobó ayer con el único voto favorable del FROB una operación acordeón (reducción de capital para compensar pérdidas y posterior ampliación) que puede hacer perder toda su inversión a Epifanio Campo (11,58%), Javier Ungría (11,48%), el propio Urgoiti (7,41%), BNP Paribas (3,13%), Ramón Bahamonde (3,65%) y Amancio Ortega (2,46%), los principales accionistas del Gallego. Las cantidades son importantes (alrededor de 15 millones de euros) pero no desorbitadas dado el pequeño tamaño de la entidad. El patrimonio del Banco Gallego, a cierre de 2011, últimas cuentas anuales conocidas, ascendía a 254 millones de euros. 

Las pérdidas para el dueño de Zara oscilan entre los 5  y los 10 millones de euros. Su entrada en el accioniariado del Gallego fue consecuencia del proceso de salida a Bolsa de Inditex en mayo de 2001, en la que la entidad financiera actuó como uno de los bancos colocadores.

Los planes del FROB pasan por vender Banco Gallego antes de mayo, así figura en el 'term sheet' (pliego de términos que fija las condiciones del rescate europeo de NCG) o someterlo a una liquidación ordenada. Precisamente, la venta de esta entidad podría alterar la subasta de Novagalicia, que podría iniciarse tras la adjudicación de Catalunya Caixa. "Es una vía más barata de entrar en el mercado gallego que la compra de Novagalicia", aseguran en el sector.

El Gallego declaró pérdidas de 275 millones en el pasado ejercicio tras realizar saneamientos, y tenía un déficit patrimonial superior a los nueve millones de euros.

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