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Felipe Benjumea pactó este año una bonificación de siete millones si dejaba la presidencia de Abengoa

Felipe Benjumea, presidente ejecutivo de Abengoa.

Felipe Benjumea (Sevilla, 1957), presidente de Abengoa hasta el pasado 24 de septiembre, primer accionista del grupo a través de la sociedad Inversión Corporativa, firmó, en plena tormenta financiera sobre la empresa, un contrato mercantil con la compañía por el que acordó recibir una bonificación de siete millones de euros en el supuesto de que fuera cesado o en el caso de que permaneciera en el cargo hasta la edad de los 65 años.

Abengoa ha vivido desde el pasado mes de noviembre la peor crisis de su historia por dudas sobre la clasificación de su deuda. El viernes 14 de noviembre de 2014 las acciones del grupo que cotizan en el Ibex 35 se desplomaron un 36,5%, después de que la agencia Fitch asegurara que la deuda de la empresa española era el doble de la que decía ser. La compañía trató de aclarar lo que se suponía había sido una confusión, pero las incertidumbres se han mantenido durante todo este año. El 3 de agosto pasado Abengoa volvió a sufrir un revolcón en Bolsa perdiendo un 31% de su valor después de anunciar una ampliación de capital prevista de 650 millones de euros, con la que no contaba el mercado.

En esa situación, el presidente del grupo acordó una bonificación de siete millones de euros sobre la que no informó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores hasta que el regulador del mercado requirió a la empresa información sobre indemnizaciones pactadas entre la sociedad y los consejeros. El pasado mes de mayo Abengoa remitió la información solicitada a la CNMV en un documento al que ha accedido Vozpópuli y que puede consultarse en los registros sobre retribuciones.

El 24 de septiembre Abengoa comunicó que Felipe Benjumea sería sustituido como parte de una serie de medidas acordadas para sacar adelante la ampliación de capital anunciada

La multinacional española explicó al organismo presidido por Elvira Rodríguez que en 2015 se habían firmado "contratos mercantiles" con el presidente ejecutivo, Felipe Benjumea, y el consejero delegado, Santiago Seage, que reconocen a favor de estos "el derecho a percibir una bonificación condicionada a su permanencia en el cargo hasta alcanzar la edad de sesenta y cinco años por importe de siete millones de euros y tres millones de euros respectivamente". La compañía añadió en su escrito a la CNMV que las bonificaciones anteriores "se devengarán, asimismo, en el supuesto de cese anticipado de sus relaciones con la sociedad por causas ajenas a la voluntad del consejero o que no traiga causa de un incumplimiento de sus funciones imputable al consejero, de manera que la bonificación se devengaría íntegramente en los supuestos de incapacidad permanente o fallecimiento del consejero, abonándose a los herederos en este último caso".

El pasado 24 de septiembre Abengoa comunicó que Felipe Benjumea sería sustituido como presidente por José Domínguez Abascal, responsable de innovación del grupo, como parte de una serie de medidas acordadas para sacar adelante la ampliación de capital anunciada en agosto de 650 millones de euros. Benjumea es ahora presidente de honor de Abengoa.

Vozpópuli contactó el viernes, a última hora de la tarde, con la compañía para tratar de ampliar esta información y confirmar si, efectivamente, Felipe Benjumea recibirá siete millones de euros al haber sido cesado, pero ésta no hizo comentarios.

Junta de accionistas

Abengoa celebra este sábado junta de accionistas que pone fin a la etapa del grupo presidida por Felipe Benjumea. Veinticinco años en los que el empresario sevillano ha logrado convertir la empresa fundada en los años cuarenta del pasado siglo por su padre Javier Benjumea y José Manuel Abaurre Fernández-Pasalagua en una reconocida multinacional de las energías renovables con presencia en medio mundo. Sin embargo, las dificultades en las que se ha situado la compañía para pagar la deuda han provocado que sean los principales bancos acreedores los que, aparentemente, tomen las riendas del grupo a partir de ahora.

La compañía que resultará de la aplicación de los planes estratégicos adelantados las últimas semanas será muy distinta de la que es ahora, al menos en tamaño. Inversión Corporativa, la sociedad de Benjumea a través de la que controla el 57% del capital, pasará a tener el 40% y aportará 120 millones de euros a la ampliación de 650 millones. HSBC, Banco Santander y Crédit Agricole CIB se han comprometido a asegurar 465 millones de la ampliación bajo determinadas condiciones en acciones clase B.

La empresa pretende vender activos hasta finales de 2016 por valor de 1.200 millones de euros. El grupo se desprenderá de plantas de biocombustible, plantas desaladoras en Argelia, Ghana, una central solar en Sudáfrica, plantas de cogeneración en Brasil, en México, concesiones hospitalarias... También venderá toda o la mayor parte de su participación en Abengoa Yield, la filial que cotiza en el Nasdaq. No volverá a distribuir dividendos hasta que mejore su calificación crediticia.

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