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La banca española reconoce que no sabe cómo hacer negocio en 2016 y lo fía todo a bajar provisiones y gastos

José María Roldán, presidente de la AEB.

La banca española afronta un escenario de desconcierto con unos tipos de interés próximos a cero y sin precedentes, con el euríbor en terreno negativo y a las puertas de una revolución tecnológica que promete poner patas arriba a un sector que en estas condiciones no ve cómo generar ingresos y beneficios. Los bancos en 2016 se enfrentarán a un entorno "difícil y en el que será complicado obtener márgenes". Al menos así lo prevé José María Roldán, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB).

"Estamos claramente mejor que al inicio de la crisis, y todavía hay margen para disminuir las dotaciones más para mejorar la cuenta de resultados"

Sin embargo, el sector cuenta con un par de palancas para salvar los resultados de este año, tal y como explicó Roldán durante la presentación de los resultados del sector bancario español. La más importante, a juzgar por las explicaciones del máximo representante de la patronal bancaria española, serán las menores dotaciones por deterioros e insolvencias, ahora que la morosidad está reduciéndose y mejoran las perspectivas de la economía. "Tenemos cierto alivio en la media que con la mejora de la economía española podremos tener menores provisiones.

Durante los años posteriores al estallido de la crisis económica, las entidades financieras españolas se vieron obligadas a dotar cientos de miles de millones de euros ante el avance imparable de la mora y el deterioro de sectores como la construcción o el inmobiliario. Pero aquella situación se está revirtiendo, lo que se traduce en que parte de aquel dinero provisionado ya puede desdotarse (ver gráfico inferior). "La caída de la morosidad se refleja en menores provisiones y dotaciones. Desde este punto de vista las menores necesidades ayudan a los resultados. Todavía hay recorrido a la baja. Estamos claramente mejor que al inicio de la crisis, y todavía hay margen para disminuir las dotaciones más para mejorar la cuenta de resultados", reconoció Roldán.

Y es que el sector bancario español ha empleado una inmensa cantidad de recursos en provisionar sus agujeros. Según cálculos de Funcas reflejados en su último informe de Perspectivas Económicas y Financieras de España, desde el inicio de la crisis el esfuerzo en dotaciones ha superado los 200.000 millones de euros, y asciende hasta los 330.000 millones de euros (un 30% del PIB) si se suman "otros recursos asignados como provisiones", según explican desde la Fundación de Cajas de Ahorros.

Tras cubrir los agujeros en lo peor de la crisis para calmar a los mercados y mandar una señal de confianza, la mejora de las perspectivas económicas permiten reducir el peso de las provisiones en los balances y darán "cierta comodidad" para alcanzar una buena evolución de los resultados en este ejercicio, según explicó José María Roldán. Una liberación de dotaciones que en ningún caso podrá ser masiva, toda vez que el Banco de España y el supervisor europeo atarán en corto al sector para mantener los niveles de cobertura tras la aprobación de la nueva circular contable de provisiones.

Recortes para ganar más

Otra de las palancas con las que la banca española tiene "cierto margen" y espera arreglar las cuentas de 2016 serán el llamado "control de costes". Parte de esta tendencia ya se está desarrollando en los últimos meses, con los cierres de oficinas y las reducciones de plantilla. Las últimas estimaciones hablan de 3.000 sucursales cerradas y 15.000 empleados menos para los próximos tres años.

En las últimas semanas y meses esta operación se ha acentuado en el sector financiero español, con el anuncio de recortes de plantilla por parte de Banco Santander (425 oficinas y 1.660 trabajadores menos), Catalunya Banc (225 bajas), Caixabank (510 prejubilaciones)...

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