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ACS compra el 2,5% de autocartera con los ingresos procedentes de la venta del 6,5%

ACS va a tener complicado ganar dinero con las operaciones que lleva a cabo con sus propias acciones. Al contrario de lo que suele hacer el resto de empresas cotizadas, la compañía que preside Florentino Pérez ha comprado títulos propios a precios muy superiores a los que registraba cuando los vendió, algo que ya le pasó factura el pasado año, cuando perdió 50 millones de euros por este concepto.

A comienzos de 2013, ACS se deshizo de la práctica totalidad de su autocartera, una operación que le reportó unos ingresos de 360 millones de euros.

Por entonces, la compañía buscaba liquidez en un entorno en el que el resto de las grandes empresas estaban financiándose con la emisión de deuda corporativa.

Las urgencias a la hora de llevar a cabo la operación supusieron que ACS tuviera que vender cuando el precio de las acciones se encontraba aún sensiblemente por debajo de los 20 euros. La operación no sentó bien a la acción, que en los dos primeros meses del año experimentó un retroceso del de 16%.

Compras para estimular la cotización

Sin embargo, a partir de marzo ACS comenzó a comprar acciones propias de nuevo para alimentar una autocartera que se había quedado prácticamente a cero desde del 6,5% que presentaba al cierre de 2012. Estas operaciones catapultaron a los títulos de la constructora, que desde entonces han repuntado un 28%.

Pero, como consecuencia de este movimiento, ACS ha comprado sus propias acciones a un precio muy superior al que registraba cuando las vendió. Así, la mayoría de las operaciones de compra se realizaron por encima de los 20 euros por título, cuando la operación de venta se llevó a cabo a un precio de 17,83 euros.

De esta forma, ACS ha invertido buena parte de los 360 millones que obtuvo por la venta de acciones propias en volver a comprarlas, aunque hasta el momento tan sólo ha comprado el equivalente al 2,5% del capital.

Camino inverso

Tradicionalmente, las empresas cotizadas compran autocartera cuando sus acciones están extremadamente baratas, de forma que logran dos objetivos. En primer lugar, estimulan la cotización y, en segundo lugar, se aseguran plusvalías cuando llegue el momento de volver a poner las acciones en el mercado.

Sin embargo, ACS recorrió el camino inverso aunque lo que sí ha conseguido es que el precio de las acciones recobre parte del lustro que tenía antes de la crisis. Una cuestión bienvenida por parte de los directivos que cuentan con opciones sobre acciones, toda vez que el desplome de los títulos de la compañía hacía que ejecutarlas no supusiera ninguna ventaja sino todo lo contrario.

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